ROBO DE ARTE
El Museo del Louvre prefirió comprar obras de arte antes que mejorar su seguridad
¿Arte o seguridad? Ante esta pregunta, parece que el Museo del Louvre prefirió arte y reforma antes que la seguridad de las obras que en él se exponen, o eso es lo que el Tribunal de Cuentas de Francia denuncia que el museo más importante de Francia y uno de los más importantes del mundo dedicó "sus notables fondos económicos a promover operaciones visibles", como la compra de más obras o al ambicioso plan de ampliación anunciado por el presidente Emmanuel Macron este 2025, antes que "a renovar y mejorar la seguridad" de sus actuales instalaciones.
El que fuera comisiario europeo de Economía en la comisión Juncker y que ahora ocupa el cargo de presidente del Tribunal de Cuentas, Pierre Moscovici, en una conferencia de prensa organizada en París, convocada semanas después del robo de joyas, que siguen en paradero desconocido, ha sido muy duro en su crítica al museo.
"El Louvre no es víctima de medios económicos insuficientes. No es víctima de la austeridad, tiene medios importantes", opinó Moscovici, quien, no obstante, apuntó que "hay una paradoja" en esa abundancia económica porque "la trayectoria financiera a medio plazo es frágil".
El propio museo reaccionó a este informe asegurando que el Tribunal de Cuentas "desconoce" los esfuerzos del Louvre en materia de seguridad. "La gestión del museo más grande del mundo y más visitado solo puede tener un análisis equilibrado si este se basa en el largo plazo", indicó el establecimiento.
Pero esta semana se ha podido conocer gracias al medio francés Liberation que la Agencia Nacional de Seguridad de la Información (ANSSI, en sus siglas en francés), durante varias auditorías realizadas entre 2014 y 2025, detectó numerosos problemas informáticos. Y aunque se percataron de numerosos errores hay varios que llaman especialmente la atención como el uso de las contraseñas: la del sistema de videovigilancia del museo era LOUVRE, la de acceso a otro de los sistemas de videovigilancia era THALES, empresa desarrolladora del software.
Por si fuera poco y pese a que desde el Louvre se niega, al igual que lo hizo la ministra de Cultura Rachida Dati, que los sistemas de seguridad del museo fallaron y la propia titular de la cartera de la que depende el museo aseguró que se estaba "contribuyendo a generar una alarma injustificada", este informe demuestra también que parte del museo funcionaba con sistemas operativos obsoletos como Windows 2000 y Windows XP, este último dejó de recibir soporte por parte de Microsoft en 2014.
Un equilibrio
Para Moscovici, "es necesario un nuevo equilibrio, entre la adquisición de nuevas obras, que son necesarias, y el refuerzo del dispositivo de seguridad", estimó.
El museo recibió en 2024 nueve millones de visitantes, el 80% de ellos extranjeros, lo que, unido al "envejecimiento de las instalaciones", ha puesto bajo presión al Louvre, de acuerdo con el Tribunal.
El informe señala que el Louvre compró 2.754 obras en ocho años (2018-2024), que representan una inversión de 145 millones de euros, de los que 105 procedieron de fondos propios.
"El Tribunal recomienda eliminar la regla, inscrita en los estatutos del establecimiento, por la que el 20% de los ingresos en las entradas al museo se tengan que dedicar a la compra de obras. El objetivo es que se reorienten los recursos propios a gastos prioritarios como la renovación y la seguridad del museo", expone el informe.
La Corte también constata "un cuadro jurídico muy frágil" basado en la Sociedad de Amigos del Louvre, fundada en 1897 y cuya meta es enriquecer el acervo del museo.
Además, el Tribunal de Cuentas elevó en al menos un 60% el coste estimado del plan de ampliación y remodelación del Louvre, anunciado a inicios de 2025 por el presidente francés, Emmanuel Macron, hasta los 1.150 millones de euros, frente a los 700 y 800 estimados.
"Ese proyecto no está completamente financiado", indicó Moscovici.
El plan para el Louvre, que prevé estar listo en 2031, tiene como grandes ejes la construcción de una nueva entrada por el este del establecimiento, para descongestionar así el acceso por la pirámide de cristal al museo, el más visitado del mundo.
Además, prevé una sala separada para exhibir La Gioconda.