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La mafia francesa del dióxido de carbono financió los cárteles de la cocaína en América Latina

El narcotraficante Joaquín 'El Chapo' Guzmán durante el arresto.

Fabrice Arfi (Mediapart)

El 1 de mayo de 2009, la montaña bautizada como Cerro de la Muerte, en Costa Rica, hizo gala de su nombre. Ese mismo día, a las 11 de la mañana, las autoridades locales recibieron la alerta de un accidente de helicóptero. Al día siguiente, la aeronave –un Vell Jet Ranger con matrícula TI-BBT–, fue localizada en pleno bosque, a ocho kilómetros del pueblo Villa Mills.

Haría falta un día más para que los servicios de socorro llegaran hasta el lugar del accidente, en mitad de este paisaje escarpado de América Central, hostil a cualquier forma de urbanización. Sin embargo, el desplazamiento fue en vano, los dos ocupantes del helicóptero, el piloto Edgar Arguedas Alfaro y un tal Germán Trejo Retamosa, estaban muertos. Sin embargo, una sorpresa de gran calibre esperaba a la policía local: en el interior del helicóptero encontraron 396 kilos de cocaína.

Según las autoridades de Costa Rica y Estados Unidos, este accidente ha permitido entender mejor el funcionamiento de una enorme red de aprovisionamiento de cocaína en beneficio del cártel de Sinaloa (México). Se trata de una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. A la cabeza, Joaquín Guzmán, conocido como El ChapoEl Chapo, famoso por haber huido en julio de 2015 de su prisión mexicana a través de un túnel de 1,5 kilómetros –fue arrestado meses después y se encuentra a la espera de su extradición a Estados Unidos–. Guzmán y su cártel de Sinaloa controlaban desde México el 35% de la cocaína producida en Colombia.

El piloto del helicóptero era un antiguo policía costarriqueño que participó, en el pasado, en varias operaciones antidroga. Según los investigadores, tres mexicanos que habrían reservado un hotel en el pequeño pueblo montañoso de Turrialba (también en Costa Rica), lugar en el que teóricamente debía ser depositada la cocaína, huyeron tan pronto como se enteraron del accidente a través de la prensa. Su destino: Panamá.

Esta historia, que tuvo lugar a 9.000 kilómetros de París hace siete años, podría ser un simple episodio en la gran tragedia del tráfico internacional de cocaína, un episodio digno de la serie Narcos o del libro La Griffe du chien, en la que Don Winslow narra el funcionamiento del cartel en Sinaloa. Pero no es "sólo" eso.

Compra del helicóptero

Según la investigación de Mediapart, el dinero que se esconde detrás de la compra del helicóptero costarriqueño, realizada en los días anteriores al trasporte de los 396 kilos de cocaína, está directamente relacionado con la estafa de las tasas de carbono, el timo más importante que Francia ha conocido en su historia. Pero eso no es todo: diferentes flujos financieros, identificados gracias a documentos oficiales y testimonios, permiten también relacionar el affaire del CO con uno de los reyes de la droga en Colombia, Jorge Milton Cifuentes Villa, socio de El Chapo en el seno del cártel de Sinaloa.

Tras los asesinatos cometidos en pleno París y los lazos de ciertos estafadores con el primer ministro de Israel Benjamin Netanyahou, después de las sospechas de corrupción policial y del fracaso del Estado francés frente a este fraude histórico, el dossier de la mafia del CO2 toma una nueva dimensión.

En sus orígenes no se trataba de una cuestión financiera. Aprovechando los fallos del sistema de reglamentación, varios equipos de estafadores franco-israelíes, en ciertas ocasiones asociados a miembros del crimen organizado, consiguieron desplumar, en tan solo ocho meses entre 2008 y 2009, el mercado de cuotas de CO, una bolsa ambiental creada tras el protocolo de Kyoto con la misión de luchar contra la polución industrial.

¿El resultado? Un coste de, al menos, 1.700 millones de euros para el contribuyente francés y cerca de 5.000 millones a escala europea. En lo que respecta a Francia, el Ministerio de Finanzas nunca ha considerado oportuno calcular con precisión el montante real del fraude, la única estimación disponible es la realizada por el Tribunal de Cuentas. Ciertas fuentes competentes, que han trabajado en el tema, evocan un prejuicio real de 3.000 millones de euros para Francia. De ahí, el apodo de “el robo del siglo”, un robo que supera cualquier norma.

En total, una quincena de procesos judiciales han sido abiertos en París, Lyon y Marsella, todos confiados a la aduana judicial, que aún no ha conseguido acabar con “los CO”, como se les conoce en Israel, diez años después de los hechos. Varios procesos judiciales ya han tenido lugar, como el que corresponde a la red Mimran/Mouly, que desvió 283 millones de euros. Pero otras dos investigaciones de gran envergadura implican a otras filiales –si bien, todo el mundo en la red se conoce más o menos–, las sociedades Crepúsculo y Energie Group, siguen funcionando. Junto a estos dos dosieres, han aparecido sociedades offshoreoffshore relacionadas financieramente con el cártel de Sinaloa y el tráfico de cocaína.

Trapicheo con el IVA sobre el carbono

Para entender el sistema es necesario, en primer lugar, indagar en los misterios de un inmenso laberinto de papel cuyas paredes están impregnadas de dinero, de cuentas bancarias y de contratos ficticios. En lo alto de la pirámide, aparecen Crepúsculo y Energie Groupe, dos empresas involucradas en el mercado de cuotas de CO, que a través de un trapicheo con el IVA, han desvalijado los fondos del Estado.

La primera desvió 156 millones de euros, la segunda 385, según apunta la justicia. Ambas sumas fueron desviadas entre el verano de 2008 y el invierno de 2009. En total, 38,3 millones de euros fueron enviados a una sociedad offshore establecida en Panamá, bautizada como Perla Capital, y cuyos fondos bancarios fueron abiertos en Turquía. Perla Capital es lo que se conoce como una sociedad-taxi, pues únicamente sirve para trasportar el dinero negro de un lugar a otro. Su beneficiario económico es un tal Msiaad S., conocido en Israel bajo la identidad de Avner S. Originario de Djerba, en Túnez, falleció en 2011 de un cáncer de próstata.

Además de los 38,3 millones de euros recibidos a través de su sociedad Perla Capital, también recibió a título personal 2,2 millones de euros de la sociedad Crepúsculo, en el corazón de la estafa del CO. Oficialmente especializado en el comercio del oro, Msiaad S. era, sobre todo, conocido en París como el as del "desembolso", es decir, por su capacidad a la hora de desviar fácilmente dinero líquido cuyo origen y destino no están, precisamente, en conformidad con el código penal.

Según los testimonios y los documentos obtenidos por la aduana francesa, el mismo Msiaad “Avner” S. también aparece en estrecha relación con una sociedad a la que se destinaba parte del dinero del fraude del CO: una empresa fantasma establecida en los Emiratos Árabes bajo el nombre de Sahara International LLC; 3,3 millones de euros de Crepúsculo aterrizaron en sus cuentas tras haber transitado por otras tres sociedades-taxi. ¿El objetivo? Destruir cualquier rastro, provocar cortocircuitos.

El azar fue, en algunas ocasiones, una prueba aplazada, las aduanas francesas se han topado con una buena oportunidad. Buscando en Google el nombre de Sahara International, se toparon con un artículo del diario argentino La Nación que afirmaba que dicha empresa estaría detrás de la compra del helicóptero estrellado en Costa Rica con 396 kilos de cocaína en su interior. Lo que, tras la investigación pertinente, ha demostrado ser cierto. Sahara International financió una parte de la aeronave justo antes del siniestro, el nombre de la sociedad aparecía en los contratos de venta, si bien el montante de la contribución de esta compañçia no se ha conocido con precisión.

Lo que es mejor: investigando las cuentas turcas de la otra sociedad de Msiaad S., Perla Capital, descubrimos que el vendedor del famoso helicóptero, un tal Régis N., con residencia en Florida, recibió, en los días que precedieron al accidente, el resto del precio del helicóptero (310.000 dólares).

El narco Cifuentes Villa, también implicado 

¿Puro azar? No. Pagos adicionales de un montante total de 340.000 dólares, sacados de las cuentas de Perla Capital, financiaron a finales de 2008 tres sociedades sudamericanas: la Comercializadora Empresarial Team (supuesta empresa inmobiliaria en Ecuador), la Red Mundial Immobiliara SA de CV (empresa inmobiliaria en México) y el Cubi Cafe Clik México (encargado de la distribución de café en América Central). Estas tres empresas tienen un punto turbio en común: el Departamento del Tesoro norteamericano y los servicios de lucha contra el tráfico de drogas les consideran como un medio de Jorge Milton Cifuentes Villa para blanquear dinero negro.

Nacido en 1965 en Medellín, Colombia, Cifuentes Villa es uno de los grandes nombres de la cocaína en América del Sur. Su familia, al completo, está involucrada en la empresa del polvo blanco en Colombia desde hace treinta años, frecuentando las redes criminales del cartel de Medellín y de su sucesor, el grupo Oficina de Envigado, pero también con el cártel Norte del Valle o la organización paramilitar United Self Defense Forces of Colombia.

En el entorno de Cifuentes Villa, además de Jorge Milton, aparece: Francisco, el antiguo piloto de Pablo Escobar, asesinado en 2007; Fernando, asociado con el cártel de Cali; y Dolly, arrestada y extraditada a Estados Unidos en 2012, conocida por tener un hijo con el hermano del expresidente de Colombia Álvaro Uribe. El clan Cifuentes Villa es conocido por operar en todas partes: Colombia, Ecuador, Panamá, México, Costa Rica, pero también en España.

Incluido en la lista de objetivos prioritarios de la justicia americana, que ha ofrecido hasta cinco millones de dólares por toda la información relacionada con él, Jorge Milton Cifuentes Villa fue, finalmente, arrestado en Venezuela en noviembre de 2012. Trasferido a Estados Unidos, está acusado de haber importado al territorio americano más de treinta toneladas de cocaína a través de diferentes medios: barcos de pesca, aviones o helicópteros. Cifuentes Villa es considerado por la Drug Enforcement Administration (DEA) como uno de los principales responsables del éxito de El Chapo a la hora de dominar el tráfico de cocaína a escala mundial.

Relaciones con los cárteles

Sin embargo, el misterio continúa: ¿quién, en el seno de la mafia del CO, controla las riendas de las relaciones con los cárteles de la cocaína sudamericanos? Imposible, a estas alturas, de saberlo. Ninguno de los principales acusados en los dosieres de Crepúsculo o de Energie Group están siendo investigados por esta extraña parte del caso. Y el hombre por el que transitó el dinero, Msiaad S., no es considerado, por fuentes bien informadas, a la altura de tal carrera criminal. "Era un tipo que desviaba el dinero para los estafadores, pero no un traficante internacional de cocaína. Hay gente detrás, seguro, pero ¿quién?", señala, de forma anónima, un buen conocedor de la investigación.

El banco turco Turkiye Garanti Bankasi, el segundo más grande de Turquía, por el que el dinero de Msiaad S. ha circulado, fue investigado en mayo de 2015 por el juez anticorrupción Cguillaume Daieff por "operación de simulación y de conversión fruto de estafas" y puesto bajo el estatus de testigo asistido por blanqueo.

Interrogado por el magistrado sobre las decenas de millones de euros, fruto del fraude del siglo, que han podido circular sin ningún problema por su establecimiento, un director jurídico del banco respondió a Mediapart que la entidad no tenía los medios para oponerse. También precisó que el banco puso fin a su relación con Msiaad S. tras conocer que fondos turcos provenientes de su banco aparecieron en la prensa sudamericana. Se trataba de la financiación del helicóptero y sus 400 kilos indeseables.

_________________Traducción:

Cinco militares niegan ante la juez haber escondido los 127 kilos de droga encontrados en el buque-escuela Elcano

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Irene Casado Sánchez

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