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Wang Dan, líder de las protestas de Tiananmen: “La expansión del modelo chino es una gran amenaza para la humanidad”

Wang Dan, uno de los líderes de las protestas de Tiananmen.

Gilles Taine (Mediapart)

Wang Dan tenía 20 años cuando se convirtió en una de las principales figuras del movimiento estudiantil que desembocó en las manifestaciones sin precedentes en la Plaza de Tiananmen, en 1989. Detenido y encarcelado en repetidas ocasiones, hace años que tiene prohibida la entrada en la China continental. Mediapart, socio editorial de infoLibre, lo ha entrevistado durante su reciente viaje a París, a finales de junio. En esta entrevista aborda un movimiento ocultado con esmero por el régimen de Pekín y analiza la actual situación política en China.

PREGUNTA: ¿Por qué se unió al movimiento de la Plaza de Tiananmen y cómo llegó a convertirse en uno de sus líderes?

RESPUESTA: Entré en la Universidad de Pekín en 1987. En aquella época, era una universidad bastante libre, así que desde que llegué comencé a participar en actividades políticas y a organizar debates sobre la democracia. De modo que me sumé de forma natural al movimiento democrático de 1989. Como estaba comprometido desde 1987, enseguida desempeñe un papel importante dentro del movimiento. Fue un proceso que se desarrolló de manera muy natural.

P: ¿Se vio influido por el episodio conocido como Muro de la democracia de 1978-79, cuando, durante casi un año, los ciudadanos pudieron expresar libremente sus opiniones mediante la publicación de textos en una pared del centro de Pekín?Muro de la democracia

R: En absoluto, ni siquiera sabíamos de la existencia de ese movimiento. Fue mucho después cuando supe quién era Wei Jingheng [exlíder del movimiento Muro de democracia]. En mi opinión, el movimiento de la Plaza de Tiananmen tiene sus orígenes en el movimiento del 4 de mayo de 1919 [este movimiento nace de la cesión por parte de los Aliados en el Tratado de Versalles a Japón de numerosos privilegios comerciales en Shandong. Primero nacionalista, este movimiento se convertirá en progresista criticando el confucionismo, el poder de los mandarines y la opresión de las mujeres]. Algunos dicen que nos vimos influidos por los valores occidentales, pero eso es totalmente falso. Nos inscribimos en la larga tradición china que quiere que los intelectuales se preocupen por la vida de la nación.

P: Después de la masacre del 4 de junio y tras ser detenido y pasar varios años en prisión, ¿qué importancia tuvo este período en su trayectoria personal y en su forma de entender el activismo?

R: Este período me cambió profundamente, tanto en el plano personal como político. Si no hubiera sido encarcelado después del 4 de junio posiblemente no habría seguido comprometido con el movimiento democrático chino. Además, cuando fui detenido estaba en el primer año de universidad. No sabía gran cosa. Mis dos estancias en prisión [entre 1989 y 1993 y entre 1995 y 1998] propiciaron el autoaprendizaje. Durante los casi siete años que pasé en la cárcel leí muchísimo. Se puede imaginar que no tenía mucho que hacer y que era un momento perfecto para poder leer con toda tranquilidad...

Cada mes, mis padres me traían libros. Mi madre trabajaba en el Museo de Historia, por lo que tenía acceso a una extensa biblioteca. Por supuesto, ciertos libros estaban censurados, especialmente aquellos sobre sistemas políticos extranjeros, pero a mí particularmente no me interesaban estas obras. Sobre todo leí libros de historia, de filosofía y de literatura. Esto me ayudó mucho, tanto para atravesar este período como para construir al hombre en el que me he convertido después.

P: ¿Cuál fue el libro que le marcó más?

R: Me marcó profundamente Historia de la filosofía occidental de Bertrand Russell ya que me permitió tener una visión global. También tenía el proyecto completo Zizhi tongjian [obra del historiador clásico Sima Guang que abarca el período de los reinos combatientes hasta el inicio de la dinastía Song, desde el 403 a.C hasta el año 909, y que consta de 294 volúmenes y tres millones de caracteres], aunque sólo pude leer la mitad.

P: ¿Cómo influyó el movimiento de Tiananmen en el posterior desarrollo de China?

R: El 4 de junio de 1989 influyó profundamente en el desarrollo del país. La China de hoy es totalmente diferente a la de aquella época. Hubo varios cambios importantes. En primer lugar, nunca en su larga historia, sobre todo desde los Qing, se había centrado exclusivamente en el desarrollo económico. Antes de 1949, el Estado y la sociedad estaban ocupados en varias cosas, sobre todo buscando la unificación del país. Después de 1949, la lucha de clases y el activismo político adquirieron más importancia. No fue hasta 1992 cuando el Gobierno y todos los sectores de la sociedad se centraron exclusivamente en el crecimiento económico.

En segundo lugar, la matanza llevó a toda una generación a perder el interés por el destino del país. Al principio, teníamos un sentimiento de responsabilidad por ello. Nos veíamos como los sucesores del Partido Comunista; por eso salimos a la calle para honrar la muerte de Hu Yaobang [secretario general del Partido Comunista chino, entre 1980 y 1987, y partidario de la reforma política del sistema] y para pedir la continuación de las reformas políticas.

Nuestras pretensiones siempre fueron moderadas: nos declaramos en huelga de hambre simplemente para pedir la retirada de un editorial del Diario del Pueblo del 26 de abril de 1989 y la apertura de un diálogo directo con los responsables políticos. También recuerdo que, durante la reunión preparatoria para hacer la lista de los objetivos de la huelga de hambre, adelanté una tercera reivindicación, pedir la dimisión del ministro de Educación; no salió adelante porque mis otros compañeros la consideraron demasiado radical. No estábamos en absoluto en una oposición frontal al sistema.

Estado y sociedad, cada vez más alejados

P: ¿Qué queda hoy del movimiento de Tiananmen?

R: Después de 1989, a excepción de algunos pocos como yo, toda una generación abandonó la idea de desempeñar un papel más importante al frente del país. Y no sola la nuestra, la siguiente también. En la sociedad actual, la mayoría de la gente define su relación con el poder como "ellos" (el Partido, las élites) y "nosotros". El Estado y la sociedad se alejan cada vez más. Es un cambio profundo. En aquel momento, estos dos componentes todavía consideraban que estaban unidos por el destino...

Finalmente, los años 80 y el movimiento de Tiananmen provocaron la aparición de una oposición política e ideológica al Partido Comunista Chino que todavía dura hoy. En aquel momento, la conciencia de derechos humanos era casi inexistente en China. El primero que mencionó este concepto, en 1979, fue Ren Wanding [personalidad del movimiento del Muro de la democracia]. Después hubo que esperar hasta 1988 para que Fang Lizhi [astrofísico y una de las fuentes de inspiración del movimiento de Tiananmen] haga de nuevo la referencia.

El movimiento de Tiananmen permitió consolidar estos valores y añadir otros, como la acción no violenta y la democracia. Estos valores marcaron un impacto duradero en el desarrollo de la sociedad civil china y todavía están presentes hoy. Por otra parte, este movimiento ha permitido la aparición de una generación de activistas entre los que hay defensores de los derechos humanos o intelectuales gubernamentales.

 

Tiananmen (1989)

P: Precisamente esta generación, en los últimos años, ha sido reprimida duramente. Hoy, muchos de estos activistas son demasiados jóvenes para haber participado en Tiananmen y sólo cuentan con la información que le han dado sus mayores o eludiendo la censura. ¿Piensa que esta falta de memoria de los movimientos del pasado afecta a su capacidad para defender sus causas?

R: Francamente, no lo creo. Nosotros no sabíamos gran cosa de la revolución cultural o del Muro de democracia y eso no nos impidió salir a la calle. Estoy convencido de que un acontecimiento similar se va a volver a producir. A menudo decimos que los jóvenes de hoy no conocen la historia del 4 de junio de 1989, pero, más allá del hecho de que probablemente estén mejor informados que en aquella época, no creo que esto sea un obstáculo decisivo para la aparición de un movimiento parecido.

La razón principal por la que salimos a la calle era porque no estábamos satisfechos con los métodos empleados por el Partido Comunista para resolver los problemas. Este método no ha evolucionado gran cosa desde entonces. Por supuesto, me pueden decir que la juventud china no está especialmente insatisfecha, pero considero que es porque todavía no ha llegado el momento. Nosotros tampoco estábamos especialmente frustrados al principio, pero poco a poco eso fue cambiando.

P: China es a día de hoy un Estado poderoso y rico que comenzó hace algunos años a proyectar su poder a nivel internacional, sobre todo con su nuevo eje de política exterior, las Rutas de la seda. ¿Cómo analiza usted esta evolución?Rutas de la seda

R: Pienso que la promoción del modelo chino es un problema muy serio. En mi opinión, supone un gran desafío para la humanidad porque se trata de un modelo exclusivamente basado en el dinero. Soy rico por lo que puedo aplastar los derechos humanos, la protección del medio ambiente, etc. El poder del dinero también lleva a otros países a guardar silencio. Tal vez interiormente no están de acuerdo con las acciones de China, pero no se atreven a oponerse abiertamente a ella.

Esta situación me recuerda mucho a la de los años previos a la Segunda Guerra Mundial. En aquel momento, Alemania y Japón eran muy agresivos. Otros países occidentales trataron de mantener buenas relaciones con Hitler con la esperanza de evitar así los problemas. Soy muy crítico con la actitud de los países occidentales. No han aprendido nada en absoluto de la Historia. Consideraron durante mucho tiempo a la Unión Soviética como un enemigo, en parte porque era un sistema bastante tosco y entraba fácilmente en guerra con sus países vecinos, como Afganistán por ejemplo. La China de hoy es un sistema bastante más fino y bien perfilado, que basa su poder en el dinero.

Occidente considera que China es un país libre y abierto, pero no ven que esta libertad y esta apertura están íntimamente vinculadas al poder del dinero. La expansión de un modelo así representa una gran amenaza para el progreso y la libertad en cualquier parte del mundo. Creo que los ciudadanos y las sociedades civiles occidentales y de otras partes del mundo deberían intensificar la presión sobre sus gobiernos para obligarlos a resistir la expansión de este modelo.

P: ¿Qué piensa del caso Guo Wengui, el multimillonario chino exiliado en Estados Unidos que ha publicado una serie de entrevistas donde detalla casos de corrupción vinculados con la familia Wang Qishan, al frente de la lucha contra la corrupción y aliado de Xi Jinping? En junio de 2017, abrió incluso un canal en YouTube en el que habla de sus relaciones con la cúpula del régimen. ¿Esto puede influir en el 19º Congreso?

R: El caso Guo Wengui demuestra que la lucha entre las facciones dentro del partido sigue siendo fuerte. El poder de Xi Jinping todavía no es tan estable como podríamos creer. Guo Weing jamás se habría atrevido a publicar informaciones tan sensibles sobre la familia de Wang Qishan si antes no contase con el apoyo de líderes de muy alto nivel dentro del aparato del Partido. Recientemente, el marido de la nieta de Deng Xiaoping también fue detenido con relación a las tensiones que sacudieron en 2015 la Bolsa china. Poner patas arriba las cotizaciones bursátiles durante el verano de 2015 fue una maniobra en la que está implicada la máxima dirección para debilitar el poder de Xi.

Esto demuestra que, a pocos meses del Congreso, las tensiones internas en el Partido son muy fuertes. Evidentemente yo no puedo prever lo que va a pasar, pero es muy probable que Xi Jinping tenga éxito y continúe como secretario general. Pero deberá hacer frente a una oposición cada vez más fuerte. Las purgas llevadas a cabo desde que tomó el poder han molestado a mucha gente. El caso Guo Wengui subraya que sus opositores se sienten en condiciones de reaccionar.

P: ¿Cuál es el papel de Taiwán con relación al movimiento democrático chino y cómo ve las relaciones entre China y Taiwán?R:

El proceso de democratización de Taiwán y el desarrollo de su sociedad civil son una gran fuente de inspiración para los intelectuales y las ONG del continente. Numerosos activistas y profesores universitarios chinos van a Taiwán para estudiar la sociedad y su sistema político. El hecho de que Taiwán se haya democratizado y que su democracia funcione es una esperanza para los chinos del continente, ya que ambos comparten la misma herencia cultural.

En lo que a las relaciones entre Estados respecta, considero que la reunificación es muy improbable. Por supuesto, si China quiere una reunificación con medios militares, Taiwán tendrá problemas para oponerse a ello. Pero cualquier otro proceso de reunificación pacífica es, desde mi punto de vista, imposible. Las nuevas generaciones de Taiwán ya no tienen ningún sentimiento de pertenencia a China. Las personas más mayores que llegaron del continente todavía mantienen algunos lazos emocionales. En cambio, los nacidos en Taiwán, sobre todo los más jóvenes, perciben a China como los quebequenses deben percibir a Francia. La propia socialización entre ambas orillas del estrecho es difícil ya que, a pesar del desarrollo de internet, los taiwaneses usan Facebook, Twitter o YouTube, mientras que los jóvenes chinos se decantan por Weibo, WeChat o Youku.

Así las cosas, el movimiento independentista de Taiwán ha cambiado radicalmente. Antes, los independentistas eran, en su mayoría, anticomunistas y nacidos en Koumintang. Querían, sobre todo, una independencia de la China comunista. A los jóvenes independentistas actuales los definiría más como "independentistas naturales": buscan defender los derechos humanos y la democracia en Taiwán más porque para ellos es la situación natural del país que siempre conocieron que por razones políticas. A menudo les pregunto a los jóvenes taiwáneses si contemplan la reunificación cuando China se democratice; más del 80% me responden de forma negativa. La cuestión que se plantea no es la de una posible reunificación, sino la posibilidad de la independencia. ______________

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Traducido por Alba Precedo

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