Cabecillas de la Camorra caen en España y evidencian el arraigo del crimen italiano en el país
Gennaro Cifariello está considerado por la Polizia di Stato el jefe del grupo criminal Cifariello-Cancello, uno de los más activos del clan Amato-Pagano de la Camorra. Afincado en la isla de Tenerife, dominaba los barrios napolitanos de Scampia y Secondigliano en nombre de la asociación mafiosa, y se había refugiado en España ante la redada que tuvo lugar en Italia en septiembre de este año. Fue detenido en la isla canaria por la Udyco Central de la Policía Nacional esta misma semana.
Gaetano Vitagliano, al que se sitúa en el corazón financiero del mismo clan camorrista de los Amato, es la persona arrestada por la Udyco Central en el marco de la gran redada policial que sirvió para desmantelar la 'oficina' en España del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Se le considera un colaborador directo de Raffaele Imperiale. De hecho, se le ubicó en Dubái antes de la detención del famoso capo que ahora coopera con las autoridades.
Uno y otro, miembros de alto rango de la Camorra y, en concreto, de los sucesores del antiguo clan Di Lauro, señalan una realidad que lleva tiempo sobre la mesa: los italianos se han asentado en España para traficar con grandes cantidades de cocaína, además de para mantener el resto de sus negocios clandestinos.
La presencia de los narcos italianos en España es conocida ya desde la década de 1980, pues eran ellos los destinatarios de aquellos primeros alijos de cocaína que llegaban al país de manos de los colombianos y a través de Galicia. Años después, su largo brazo quedó patente en las operaciones Giga y Freeway, también en el noroeste de España. Precisamente eran los Di Lauro de Nápoles quienes negociaban con los gallegos en aquel momento. De aquellos grupos proceden los ahora detenidos.
La detención del primer sospechoso, Gennaro Cifariello, se produjo en el marco de un operativo coordinado por la Udyco (Unidad de Droga y Crimen Organizado) a través de su grupo de Fugitivos que opera en España. Cifariello era objeto de una orden europea de detención emitida por la judicatura de Nápoles por el delito de secuestro agravado con fines mafiosos, y se encontraba prófugo desde el 29 de septiembre. Había eludido la ejecución de una orden de prisión preventiva contra otros nueve miembros de la misma organización.
La acusación de secuestro está vinculada a un grave episodio de intimidación y violencia perpetrado por la banda criminal para tomar posesión ilegalmente de una vivienda pública en Scampia, vivienda que había sido asignada regularmente a una familia del barrio.
Inicialmente, los miembros del clan intentaron intimidar a los legítimos dueños presentándose armados con palos en la puerta de la residencia. Posteriormente secuestraron al propietario y obligaron a sus familiares a entregarles las llaves y el uso de la casa como 'rescate'.
La investigación que condujo a la captura del hombre fue coordinada por la Dirección Antimafia del Distrito de la Fiscalía de Nápoles y llevada a cabo por la Brigada Móvil de Nápoles, con la colaboración de Fast Italia.
Caen los 'dueños' de las lanchas que recogieron la cocaína del narcosubmarino de A Pobra
Ver más
La información recabada orientó la búsqueda hacia territorio español, y la posterior colaboración con las autoridades españolas permitió a los investigadores identificar a una persona cercana al fugitivo, rastrear sus movimientos hasta Tenerife y, gracias a las actividades de vigilancia y seguimiento de la Policía Nacional, proceder a su captura.
En cuanto a Gaetano Vitagliano, su trayectoria es incluso más conocida. Tras la pandemia de la covid-19 ya fue relacionado con el blanqueo de capitales de la asociación mafiosa. Se le ubicó a caballo entre Dubái y España con un doble objetivo, según las autoridades: blanquear el dinero –en los Emiratos Árabes– y adquirir grandes partidas de cocaína –en la península ibérica–. Para esta última misión habría entrado en contacto directo con los colombianos y con los mexicanos del Cártel Jalisco Nueva Generación. Cuatro integrantes de esta última organización fueron detenidos en el mismo operativo, acusados de coordinar la llegada de la droga dentro de maquinaria industrial, extrayéndola en fincas del extrarradio de Madrid y repartiéndola en varios puntos, entre ellos Italia.
La gran colonia del país trasalpino en España, en especial en territorios como las Islas Canarias, pero también, por ejemplo, en el área de Barcelona, ha servido para que estos relevantes miembros de la Camorra se hayan podido ocultar en el país, pero por poco tiempo. La colaboración internacional es cada día más eficiente, y la caída de Cifariello y Vitagliano así lo demuestran. Sin embargo, una organización como la italiana, con miles de miembros, no tardará en superar el golpe.