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El diálogo sobre Cataluña

Sánchez avisa a Esquerra de que el futuro del diálogo depende de su contribución a la estabilidad en España

Pedro Sánchez, José Luis Ábalos, Cristina Narbona, Adriana Lastra y Carmen Calvo, durante el Comité Federal del PSOE.

Que el diálogo que el Gobierno de España se dispone a poner en marcha con la Generalitat de Cataluña en los próximos días “sea duradero y fructífero” depende, entre otras cosas, del “fortalecimiento de la estabilidad política en España y en Cataluña”. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no fue más allá en el desarrollo de este argumento durante su intervención ante el Comité Federal del partido, el órgano que reúne a los dirigentes socialistas de toda España, incluidos los barones, y que este sábado celebró su primera reunión después de las elecciones de noviembre, pero sí fue lo suficientemente explícito para señalar a Esquerra.

Sánchez no se refirió a la necesidad de dar cumplimiento a ese “principio del diálogo” como una amenaza, pero sí quiso dejar claro lo que está en juego, sobre todo después de que Esquerra haya insistido en vincular la viabilidad de los Presupuestos Generales del Estado a los primeros pasos de la mesa de diálogo que el Gobierno y la Generalitat abrirán antes de que termine el mes de febrero. De hecho, el aviso del presidente da la vuelta al argumento de los republicanos catalanes, que ya en la investidura dejaron claro que si no hay mesa no habrá legislatura: si no hay legislatura, vino a sostener el presidente, tampoco habrá mesa.

La tesis de Sánchez quiere despejar cualquier duda a los de Oriol Junqueras, en prisión desde hace 28 meses por el intento de declaración unilateral de independencia del 2017: el PSOE necesita a Esquerra tanto como Esquerra a los socialistas. Así que si torpedean los Presupuestos, como ya ocurrió en febrero del año pasado, y el Gobierno se tambalea, eso afectará inevitablemente a la mesa de diálogo, cuya puesta en marcha en uno de los principales argumentos electorales de ERC ahora que Quim Torra ya ha anunciado la convocatoria inminente de elecciones anticipadas en Cataluña.

Estabilidad política en España pero también en Cataluña, indicó el presidente. Y eso es una alusión directa a lo que pueda pasar después de las elecciones, para las que todavía no hay fecha. En el PSOE son muy conscientes de que será muy difícil construir un diálogo estable y sobre todo constructivo con la Generalitat si la Presidencia sigue en manos de Junts per Catalunya, cuyo líder, el expresident y ahora eurodiputado Carles Puigdemont, sigue apostando por la unilateralidad. En el PSOE y sobre todo en el Gobierno están convencidos, en cambio, de que si Esquerra consigue imponerse a Junts y asume la Presidencia del Govern como cabeza visible de una mayoría independentista las posibilidades de que la mesa de diálogo alcance acuerdos serían mucho mayores.

Esquerra ya dijo en la investidura, por boca de su portavoz, Gabriel Rufián, que si la mesa de diálogo no se pone en marcha, no habrá legislatura. “Esquerra ya lo ha hecho antes”, recordó entonces haciendo referencia a la derrota presupuestaria de febrero de 2019. “Sólo hay que hacer memoria. Y puede volver a hacerlo si el pueblo de Cataluña vuelve a ser estafado”, advirtió.

El vicepresidente del Govern y número dos oficioso de ERC, Pere Aragonès, insistió en ese argumento en una entrevista concedida esta semana a la Cadena SER en la que advirtió al Gobierno para que se prepare a sostener una “negociación dura” si quiere obtener el respaldo republicano al proyecto de Presupuestos que planea llevar a la Cámara. En cualquier caso, dijo, “para un segundo acuerdo [sobre las cuentas] se debe cumplir el primero, que se ponga en marcha la mesa, y a partir de aquí hablaremos de los Presupuestos”.

No será, en todo caso, “un cheque en blanco”, porque hay “incumplimientos” en materia de financiación o en asuntos tales como la dependencia, donde “nosotros ponemos 1.500 millones y el Estado 300, cuando debería ser al 50%”. Habrá que cumplir con “la disposición adicional tercera”, algo que el PSOE ya ha garantizado, con la financiación de los Mossos d’Esquadra y hablar del “modelo de pensiones y de la Seguridad Social”, señaló a modo de ejemplo.

“La independencia”, resumió, “nos preocupa, pero las pensiones también”. Igual que “la senda de austeridad, si hay políticas más expansivas”, y compromisos con el sector de la automoción, la innovación en la industria, las exportaciones o la financiación del Estado del Bienestar. “No va a ser fácil”, pero están “dispuestos a hablar si se cumple el primer acuerdo”, el de la mesa de diálogo, porque la intención de ERC es “no renunciar a ningún espacio en el que se pueda mejorar la vida de los catalanes”.

Optimismo

Lo cierto es que tanto el Gobierno como en el PSOE han comenzado a instalarse el optimismo y la confianza de que será posible llegar a acuerdos con Esquerra y sacar adelante los Presupuestos para 2020, que son la llave de una legislatura en la que el Ejecutivo de coalición se propone llevar a cabo un ambicioso programa legislativo y social.

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La mesa entre el Gobierno y la Generalitat debe apoyarse además, y así lo volvió a destacar Sánchez ante el máximo órgano de del PSOE entre congresos, en “la búsqueda de soluciones compartidas y viables que representen a una amplia mayoría de catalanes”, un acuerdo “tan amplio como el que alumbró el primer autogobierno de Cataluña al amparo de la Constitución”, que en 1979 contó con el 88,15% de los votos afirmativos. Pero también en la construcción de “una confianza creciente entre los interlocutores, abordando primero los asuntos donde las posiciones están más cercanas”, en lo que el presidente llama “las políticas reales”, las que “tienen que ver con el empleo de los catalanes, la economía de los catalanes, la sanidad de los catalanes, la dependencia de los catalanes” y “las infraestructuras”.

Estos principios serán los que Sánchez expondrá el lunes al líder del PP, Pablo Casado, durante la reunión que mantendrán en el Palacio de la Moncloa y después de obtener este sábado el beneplácito del Comité Federal, en el que no hubo voces críticas: Javier Lambán, el presidente aragonés, se marchó nada más terminar la intervención del secretario general, y Emiliano García-Page, el presidente de Castilla-La Mancha, dio su visto bueno al diálogo mientras se mantenga dentro de la ley, que es precisamente lo que Sánchez ha planteado desde que ocupa la dirección del partido. Los demás barones, sin excepción, aplaudieron la estrategia de diálogo para el reencuentro que el Gobierno ha puesto en marcha con Cataluña.

“España es plural”, resumió Sánchez ante los suyos, aprovechando además la triple convocatoria electoral del año, precisamente en las comunidades con lengua propia e identidad más marcada. El PSOE, sostuvo, lo entiende, y por eso “representa al conjunto de la sociedad española”.

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