Todo falla en ese vídeo

No era la primera vez. Dicen que era una tradición, que cada año, con el arranque del curso, daban así la bienvenida a sus compañeras del colegio de enfrente. Todo lo que hemos visto y oído con ese vídeo del colegio mayor de Madrid es preocupante y demuestra que no estamos haciendo las cosas bien. Los directivos del colegio mayor tenían que ser conscientes de que eso pasaba, año tras año. Y nunca hicieron nada. Nunca. Sólo cuando el vídeo se ha hecho viral han reaccionado y lo han hecho de una forma tan sutil que ni siquiera se puede afirmar que hayan reaccionado: sólo han expulsado a quien inicia esa coreografía machista de insultos. ¿El resto? amonestados, bronquita y cursos de formación. El director intentaba salir al paso ayer como podía, decía que “era una forma de expresarse” de los chavales. Pero vamos a ver, pero...¡¡vamos a ver!!

Todo falla en este caso. Falla la permisividad del director del centro, falla la falta de percepción de 100 chicos, ya adultos (¡¡¡100!!!), de que eso que están haciendo es ofensivo, machista y humillante. Que genera miedo. Esa fachada, vista desde el otro lado, amedrenta. Yo soy una de las chicas que está en el colegio mayor de al lado y, sinceramente, estaría preocupada con lo que pudiera pasar cuando volviera al colegio mayor de noche, después de estar de fiesta. Los que viven en esas ventanas se comportaron como una auténtica manada de lobos. Les llaman putas, ninfómanas. Cada frase de lo que dicen es para echarse las manos a la cabeza: “Salid de vuestras madrigueras como conejas”, pero vamos a ver, ¿estos chicos, adultos insisto, de dónde han salido? ¿Dónde han vivido todo este tiempo? ¿Cómo pueden tratar a personas del sexo contrario así? ¿Nadie fue suficientemente inteligente, valiente, como para salir a decir que aquello era humillante, machista, violento en todas sus formas, en las verbales y en las no verbales? Intimidaron de la forma más burda a un grupo de chicas, diciéndoles lo que les esperaba: que iban a ir a por ellas.

Todo falla en este caso. Falla la permisividad del director del centro, falla la falta de percepción de 100 chicos, ya adultos (¡¡¡100!!!), de que eso que están haciendo es ofensivo, machista y humillante

Sí, era una broma. Pero ¿dónde está la gracia? De verdad, que me lo expliquen, ¿dónde está lo divertido de todo esto? Sólo cuando el vídeo ha empezado a llenar portadas, cuando se ha trasladado al debate público, es cuando se han empezado a tomar medidas.

La única esperanza que queda es que esos 100 chicos, y todos los que aplaudieron y jalearon esa coreografía del terror machista, aprendan en su paso por la universidad lo que es el respeto, aprendan a reflexionar sobre lo que son las relaciones de pareja, lo que es el consentimiento sexual, lo que es la violencia contra la mujer... La educación universitaria es en buena parte eso: aprender a pensar. No sólo adquirir conocimientos y habilidades sobre la profesión que has escogido, es tener un pensamiento más universal, tomar conciencia de lo que aportas a la sociedad siendo ingeniero, médico, abogado, periodista… Aprendes a cuestionar lo que hasta ese momento considerabas como normal: quizás hasta tu paso por esas aulas veías normal dar la bienvenida así a tus compañeras de colegio mayor, amenazarles con tirártelas a todas en la capea que ibais a celebrar. Te parecía gracioso. Pero la reflexión, la madurez, el aprender a ponerte en el lugar del otro, te ayudará a ver que eso, de gracioso, tiene bien poco. Pero para eso tienes que tener la suerte de tener profesores que te animen a hacer ese ejercicio de cuestionarte las cosas, de aprender a hacerte preguntas, de pensar por qué eso que hiciste en tu primer año del colegio mayor fue bochornoso, y me quedo corta. Ojalá los tengan.

Es la única esperanza que me queda, porque como mujer, como madre de una chica que, perfectamente, podría estar en esa otra ventana de enfrente, lo que vi me reafirma en que nos queda mucho camino por recorrer. Estamos muy lejos de conseguir que esto no sea noticia.

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