Jordi Wild, Pedro Sánchez y la masculinidad tóxica

Suele decir el famoso youtuber Jordi Wild que sus podcasts son apolíticos, que odia los “packs ideológicos” y que no es de izquierdas ni de derechas, pero, de repente, organiza un combate de lucha y sus seguidores empiezan a corear “¡Pedro Sánchez, hijo de puta!” mientras él se parte de risa con sus colegas. 

Es lo que ocurrió el viernes por la noche en el Palau Olimpic de Badalona. El creador de contenido organizaba la tercera edición de un espectáculo de artes marciales mixtas. Un evento retransmitido en directo seguido, en algunos momentos, por más de 350.000 espectadores. Todo rezumaba testosterona: chistes de cuñao, hachas, espadas y mazas. Una mezcla explosiva, vaya.

En medio de un combate entre dos señores vestidos con armadura medieval, el público del estadio empezó a gritar “hijo de puta” al presidente del Gobierno. Así, sin venir a cuento. Y Jordi Wild y otro conocido youtuber llamado El Xocas se regocijaron con la escena entre aplausos y risotadas: “Así vamos aquí… No se puede replicar”, dijo sobre los insultos. “Increíble, increíble”, contestó el otro.  

Esto sería una anécdota si no fuese porque, aunque no lo reconozcan, estos youtubers amplifican muchas veces el marco de extrema derecha. Atacan al Ministerio de Igualdad, dicen que ya no se pueden hacer bromas sobre el feminismo, dan pábulo a los discursos populistas sobre los menas, la okupación, el Estado fallido o los impuestos y hacen entrevistas en las que les cuelan constantemente medias verdades.

A muchos tíos como Jordi Wild o El Xocas, el “hijo de puta” al presidente del Gobierno les parece legendario. Otra muestra de esa masculinidad tóxica, obnubilada por los discursos reaccionarios, que teme que las mujeres alcancen el poder y que disfruta de darse golpes en un duelo medieval

Son los referentes de varias generaciones de chavales. Han creado un universo digital paralelo, la llamada manosfera, que alimenta una masculinidad tóxica con la que muchos jóvenes se sienten identificados ante los privilegios que sienten que están perdiendo con los avances del feminismo. En España, por ejemplo, somos uno de los países donde más ha crecido la brecha ideológica entre chicos y chicas. Ellos cada vez son más reaccionarios. Ellas, cada vez más progresistas. ¿Coincidencia? No lo creo.

“Tengo muchos suscriptores jóvenes desengañados de la política. Pero siempre digo que si un día los youtubers, streamers e influencers hiciéramos un partido... ¡Cuidado! ¡Peligro!”, confesaba Wild en una entrevista en el Heraldo de Aragón. Ahora él y sus amigos han entrado de lleno en la batalla cultural que contrapone la figura de Pedro Sánchez a todo lo que representan y defienden. Se les ha visto, por fin, el plumero. 

Últimamente, recuerdo con ternura cuando hace una década todo el país nos echamos las manos a la cabeza con el “usted no es una persona decente” de Sánchez a Rajoy en un debate electoral. Ahora a muchos tíos como Jordi Wild o el Xocas el “hijo de puta” al presidente del Gobierno les parece legendario. Otra muestra de esa masculinidad tóxica, obnubilada por los discursos reaccionarios, que teme que las mujeres alcancen el poder y que disfruta de darse golpes en un duelo medieval. 

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