Este mundo ya es otro y mucho peor

Este mundo ya es otro e infinitamente peor, como no podía ser de otro modo cuando quienes lo han cambiado son Putin, Netanyahu y Trump. El primero invadió Ucrania y al principio la respuesta internacional dio a entender que nunca iba a ganar lo que parecía una guerra de Rusia contra el resto del mundo: pero la va ganando. El segundo está cometiendo un exterminio en Gaza cuyo único fin es borrar de la Tierra al pueblo palestino y lo hace a puerta vacía, sin que nadie le pare los pies y con todo el mundo cerrando los ojos para no ver la sangre que derrama el criminal de guerra ni a la gente que muere de inanición. El tercero no sólo está poniendo de rodillas a sus supuestos aliados, sino también arrinconando la democracia en los propios Estados Unidos. Y las tres cosas dan fe de que la Unión Europea era un gigante con los pies de barro. La solución, comprar armas y multiplicar el tamaño de los ejércitos, para lo cual ya se pide en diferentes países el regreso del servicio militar obligatorio. Mira, aquí va a tener una segunda oportunidad el patriota Abascal, que en su momento se libró de las maniobras, las guardias y la jura de bandera.

Eso que se llamaba el orden mundial ha saltado por los aires, cosa que explica muy bien la negociación a tres bandas en Taijín de India, Rusia y la anfitriona, China, que ha sido calificada de cumbre antiOTAN. El jefe del Kremlin prefiere definir su alianza con Pekín como “la fuerza estabilizadora del mundo.” Para echarse a temblar.

Cabe preguntarse si los líderes ultras del planeta, incluidos los de España, saben lo que están apoyando cuando aplauden mirando a Washington, porque es el salto del barco que ha llevado a cabo el presidente norteamericano lo que ha dado la vuelta al tablero y avala esta era de los autócratas que sólo buscan establecer regímenes totalitarios y sociedades amordazadas, que imagino que es lo que desean quienes les votan.

Cabe preguntarse si los líderes ultras del planeta, incluidos los de España, saben lo que están apoyando cuando aplauden mirando a Washington

Cuentan en la desdichada Argentina de Milei que en los inicios de la represión desatada por la Junta Militar, una patrulla se presentó en casa del cantante Charly García y que el maestro abrió la puerta, les gritó “¡Haber estudiado!” y volvió a cerrarla de un golpe. Ojalá las cosas fuesen en la realidad tan fáciles como en las leyendas, pero, en cualquier caso, el consejo, orden o lo que fuera del genio a aquel escuadrón de la muerte le va como anillo al dedo a quienes aquí y ahora se atreven a reivindicar la memoria de Franco y a echarle flores a su dictadura asesina. Haber estudiado.

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