Las lacras de la Administración

José Enrique Centén Martín

Es ese personaje que desprestigia cualquier labor realizada en un grupo de trabajo. Los casos que se dan en la Administración pública son abundantes y variados, desprestigia a los funcionarios en general. Este elemento supone un sobrecoste del presupuesto destinado a cada departamento, así como en el trabajo para el resto de los compañeros que tienen que asumir una labor extra muchas veces.

Donde más se notan los casos de ausencias reiteradas es dentro de departamentos pequeños. Casualmente, siempre suele ser alrededor de 1 ó 2 días antes y después de sábados o festividad concreta, pero que la casualidad, el día llamado de «productividad» que se realiza por la tarde, aparece y cobran aunque trabajen menos días que los demás.

También hay ejemplos variopintos, como tomarse la tensión varias veces al mes tardando hasta cuatro horas cada vez que va, habiendo farmacias en las cercanías, suena a pitorreo, pero ocurre. Son casos fácilmente comprobables, parecen nimios, pero la reiteración cansa a los compañeros y hace que algunos pidan traslado a otro ministerio o departamento por esos elementos.

La reiteración cansa a los compañeros y hace que algunos pidan traslado a otro ministerio o departamento por esos elementos

También hay otras lacras, las bajas extrañas y reiteradas. Suele ocurrir antes de puentes largos, Semana Santa, Navidad, incluso en vacaciones escolares de los niños (hijos o nietos), bajas que nadie sabe el motivo, o los llamados «asuntos propios» que están mal controlados.

En ministerios con departamentos pequeños, ocurre con cierta frecuencia. Se llega al caso de estar pagando diez sueldos, cuando son seis personas, sueldos por suplentes y contratos temporales de supuestas bajas, alguna real puede haber, pero no siempre la de la misma persona. También suele haber elementos que habitualmente lunes o viernes cogen teletrabajo. Deberían suprimirse esos días, y si es festivo no coger otro día.

Hoy en día, con la informática, todos los departamentos pueden hacer un seguimiento de forma aleatoria o de vigilancia en casos concretos. Otro tipo de abuso es cuando llega un «liberado», exige mesa, ordenador y silla, pero el cuerpo del sujeto se le vio llegar, exigir lo anterior y desaparecer.

También cuando un «compañero» que conoces de hace tiempo, de pronto dice que es un liberado sindical, cuando nunca se pronunció a favor de sindicato alguno, y lo extraño es que ocurre muchos meses después de elecciones sindicales, que da un número (pocos) de liberados y el resto son delegados sindicales. Con solo horas mensuales eso no es fácil de tragar, porque si estaba en la lista, podría ser en suplencia por baja de otro. ¿Pero se controla? Mantiene el mismo sueldo y la productividad sin aparecer por la oficina.

Hoy en día, con la informática, todos los departamentos pueden hacer un seguimiento de forma aleatoria o de vigilancia en casos concretos

Luego están las ausencias «etéreas», supuestos funcionarios que entran sin oposición, bien por designación digital de turno, o fruto de parentesco, amistad o vaya usted a saber de qué. En muchos casos, el/la personaje desaparece como llegó, si hay suerte se le ha visto alguna vez, nada más, pero el sueldo no les falta.

Por desgracia, todos estos especímenes de supuestos funcionarios desprestigian la gran labor que realiza el resto, porque el trabajo al final sale y la Administración funciona, pero a costa de los verdaderos funcionarios de carrera que tienen que tragar las «lacras» en muchos casos protegidas, siendo un gran sobrecoste para los ministerios.

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José Enrique Centén Martín es socio de infoLibre.

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