La ciudad y los perros
Comienzo contundente.
Presenta a los personajes a través de una acción y con diálogos.
La historia se desarrolla en el colegio militar Leoncio Prado de Lima, en el que estudian los personajes como internos en plena adolescencia. En este ambiente castrense se palpa el peligro y la dominación extrema y cruel de unos cadetes sobre otros con tiránica eficacia; así como los prejuicios raciales, sociales y económicos. En la novela hay implícita una crítica feroz al sistema cuartelario para la educación de los jóvenes y al ejército como institución en la que prevalecen —en nombre del honor— el deshonor y las corruptelas.
Brillante la estructura de la novela. El autor da entrada a varias voces. Unas en primera persona —monólogos del Boa y el Jaguar— y otras en tercera persona. A veces no sabemos quién narra, pero lo que cuenta enriquece y completa la historia. Hasta que no acaba una no sabe muy bien quién es quién. Al final todo se aclara sin sombras ni ambigüedades y el círculo se cierra. El novelista lo consigue al multiplicar magistralmente la voz narradora. Utiliza varias técnicas narrativas, entre ellas la de los vasos comunicantes*.
En la novela hay implícita una crítica feroz al sistema cuartelario para la educación de los jóvenes y al ejército como institución en la que prevalecen —en nombre del honor— el deshonor y las corruptelas
A destacar los perfiles de los personajes principales: el Jaguar y Gamboa, el Boa y el Cava, Alberto y el Esclavo; estos últimos conforman al parecer una parte de la autobiografía del autor, ya que Vargas Llosa estuvo interno dos años en este colegio militar. Es preciso resaltar también el juego que hace con otro personaje, Teresa, pues hasta el final no sabemos si Tere y Teresa son la misma persona ni la identidad del chico que estudia con ella.
Llama la atención que el autor, que todo lo puede, salve a uno de los personajes y que incluso le augure una vida feliz. Indica un punto de vista compasivo, ya que el personaje en cuestión es víctima de un durísimo pasado. Al salvarlo, insufla esperanza al relato y paralelamente al lector, ¿por qué no?
Desde mi punto de vista hay diálogos interesantísimos; por ejemplo, en el epílogo cuando mezcla con virtuosismo diálogo y monólogo, narración y evocación.
Requiere una lectura atenta y llegar hasta el final para gozarla.
Magnífica.
La ciudad y los perros es la primera novela de Mario Vargas Llosa. Ganó el premio Biblioteca Breve en 1962. Se considera una novela vanguardista y un hito en la historia de la literatura universal.
Muy recomendable.
*Vargas Llosa es el primero que pone el nombre de vasos comunicantes a la técnica narrativa que consiste en narrar —creando una unidad— episodios que ocurren en tiempos y espacios distintos, pero que tienen un denominador común que no hace incompatible esa unión en el tiempo. Pone como ejemplo de esta técnica Madame Bovary, de Gustave Flaubert, y Las palmeras salvajes, de William Faulkner.
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Nieves Sevilla Nohales es maestra y escritora.