El contrato sin transparencia con Pfizer por 35.000 millones

Denuncio un expediente escandaloso cuya responsabilidad es de la Comisión Europea. Se trata de un contrato que no solo mantiene una falta de transparencia sino que, además, su opacidad provoca sospechas sobre posibles irregularidades en su tramitación. Veamos los hechos. 

El contrato directo con Pfizer fue muy relevante, tanto en términos de volumen, 1.800 millones de dosis de vacunas para una población en la UE inferior a 450 millones de personas, como por el precio estimado a pagar. Por los datos filtrados, cada dosis se pagó, al principio, a 15,50 euros, y luego el precio subió un 25% hasta los 19,50 euros, según el Financial Times. Otra cosa sería el coste real de producción. Aplicado al nuevo contrato de suministro de 1.800 millones de dosis, supondría un pago estimado a la farmacéutica Pfizer de 35.000 millones de euros.

El día 24 de abril de 2021 se conoció, por informaciones de la prensa, que la Comisión Europea estaba negociando otro contrato con el grupo farmacéutico Pfizer/BioNTech. Poco después, el 20 de mayo, los medios se hacían eco de una escueta nota oficial de la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, según la cual “el acuerdo de adquisición anticipada” se concretaba en “un contrato que contempla 900 millones de dosis garantizadas de la vacuna contra la covid-19 de Pfizer, así como otros 900 millones 'opcionales' para su distribución entre 2021 y 2023. Seguirán otros contratos y otras tecnologías de vacunas", añadía la nota sin más precisiones.

Aquella noticia representó, sin duda, un alivio para la ciudadanía de la UE temerosa de la amenaza de la pandemia. Pero, a la vez, puso sobre la mesa un buen número de preguntas: sobre el proceso negociador del contrato, sus contenidos y sobre la falta de transparencia. Se iniciaba así la controversia en torno al tercer contrato de la Comisión para la vacuna de ARNm de Pfizer/ BioNTech. Los dos anteriores habían asegurado el suministro de un total de 600 millones de dosis.

El acuerdo se produjo en un momento álgido de la pandemia, poco después de que los problemas de producción y distribución del competidor AstraZeneca dejaran a la UE por detrás de EEUU y el Reino Unido en la carrera por adquirir vacunas. Fue en medio de esta crisis cuando la presidenta, Úrsula von der Leyen, intervino. The New York Times, en abril de 2021, ya había informado que la líder de la UE había intercambiado mensajes de texto con Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer, en el período previo al acuerdo.  

El Tribunal Europeo de Cuentas ha censurado a la Comisión Europea por negarse a entregar y publicar detalles sobre cómo se negoció el mayor contrato de vacunas con la poderosa farmacéutica estadounidense Pfizer. Se habla de posibles desviaciones producidas durante unas negociaciones que no siguieron el procedimiento fijado en el reglamento comunitario. 

Debe conocerse el procedimiento negociador, el importe de esa compra preventiva, así como otras cuestiones relacionadas con las entregas y las características de unas vacunas que contemplasen su adaptación a las variantes del virus surgidas del covid-19

En aplicación del principio democrático de Transparencia debe conocerse el procedimiento negociador, el importe de esa compra preventiva, así como otras cuestiones relacionadas con las entregas y las características de unas vacunas que contemplasen su adaptación a las variantes del virus surgidas del covid-19 a lo largo de los veinte meses transcurridos. 

También interesa conocer si el contrato recoge cláusulas de condiciones a Pfizer para lograr un aumento de la producción deslocalizada de vacunas en países del sur. Cláusulas que obligasen a Pfizer a concesiones de licencias voluntarias no exclusivas a terceras empresas de países del sur que conlleven una transferencia de conocimientos y tecnologías, permiso de exportación a otros Estados y un precio justo. Todo ello para facilitar la producción masiva de vacunas, pensando en los países más pobres, ahora y de cara a futuras pandemias que llegarán. 

El pasado 10 de octubre de 2022, la farmacéutica Pfizer tenía que comparecer en la audiencia de la Comisión Especial COVID-19 del Parlamento Europeo para responder a las preguntas de sus miembros. Sin embargo, la ausencia del director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, causó sorpresa y levantó críticas. En su lugar, la representante de la farmacéutica, Jannine Small, solo aportó comentarios evasivos e imprecisos.

Con tal motivo, el Grupo Socialista del Parlamento Europeo (S&D) señaló su sorpresa por la decisión de Albert Bourla de cancelar su asistencia a la reunión de la Comisión Especial del EuroParlamento sobre la evolución de la Covid-19. Para este grupo, “la transparencia es fundamental cuando se trata de la utilización de dinero público”. 

El contrato de vacuna ARNm de Pfizer/BioNTech es un ejemplo de incumplimiento de la obligación de transparencia. Aun comprendiendo las dificultades de una operación acelerada por la existencia de una pandemia, no se puede justificar, de nuevo, la opacidad de los contratos con farmacéuticas, desoyendo las preguntas del Parlamento Europeo y de la opinión pública.

Por último, el 15 de octubre de 2022 se ha conocido que la Fiscalía de la UE (la EPPO es un organismo independiente) ha abierto una investigación sobre las compras de vacunas por parte de la Comisión Europea. Un anuncio que volverá a centrar la atención en el papel jugado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

En el tiempo transcurrido, las claves del megacontrato entre la Comisión Europea y Pfizer no han sido desveladas. Así lo han afirmado el Tribunal de Cuentas Europeo, la Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, la Fiscalía, diferentes grupos del EuroParlamento en la Comisión Especial, expertos en la materia y medios de comunicación que han investigado sobre la opacidad del contrato.

La Comisión Europea debe rendir cuentas y someterse a una evaluación parlamentaria sobre la eficacia y la eficiencia de su gestión ante la pandemia. La transparencia ha de guiar la acción de la Comisión porque es una obligación democrática y aportaría credibilidad a las instituciones europeas ante la ciudadanía. 

La petición de conocer el elevado coste de la campaña de vacunación contra el covid-19 no puede ser rechazada como si se tratara de una información confidencial, como alegan las partes. La farmacéutica Pfizer sigue obteniendo un inmenso beneficio económico gracias a la pandemia. Inmoral.  

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Odón Elorza es diputado por Gipuzkoa del PSE-PSOE

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