Transición energética: misión fallida
Una vez finalizada la crisis derivada de la Covid-19, la implicación de la industria energética con las energías renovables se está perdiendo. La cruda realidad económica y política está haciendo que las grandes petroleras pierdan el apetito por la transición verde. Por ejemplo, la petrolera BP, que en su día se esperaba que fuese el abanderado del cambio dentro de la industria, ha echado por tierra todos los avances realizados en pro de la producción masiva de petróleo y gas. Su director ejecutivo, Murray Auchincloss, ahora nos deja algunas perlas como “hacer crecer la inversión en upstream [extracción]” o producir “energía con un alto margen de beneficio en los próximos años”. Lo bonito que tenía el discurso de la transición energética, desaparece de un plumazo cuando el esfuerzo por el cambio no compensa económicamente.
El porqué de este cambio es sencillo de entender. Problemas en el suministro, la subida de los tipos de interés, y la inflación ha hecho que los costes de las energías renovables y los proyectos asociados se disparen. Además, la invasión rusa de Ucrania hizo que los precios de los combustibles se disparasen, ocasionando beneficios récords para las petroleras. Y como no, los inversores son conscientes de ello. El valor de BP cayó más de un 25% en dos años, debido a su apuesta por las renovables. Mientras tanto, al otro lado del charco, ExxonMobil disfruta de un repunte sin precedentes en su valor debido a su apuesta centrada en petróleo y gas.
El cambio no es aislado, ni mucho menos. Gigantes como Shell, Equinor, TotalEnergies y Enel han recortado considerablemente sus esfuerzos en energía renovable, reduciendo así sus objetivos de emisiones cero e invirtiendo más en combustibles fósiles. Wael Sawan, director ejecutivo de Shell, califica la reducción en la producción de combustibles fósiles como “peligrosa e irresponsable” (link). Por su parte, Equinor ha retirado formalmente su objetivo de invertir la mitad del CAPEX anual en proyectos con bajas emisiones. TotalEnergies ha recortado en 500 millones de dólares su prepuesto en tecnología verde. Enel no se queda atrás, con una reducción de 5.000 millones de euros en sus esfuerzos por las renovables.
El panorama actual es claro: si la transición no es rentable, no se va a hacer. Las empresas (no solo las petroleras) se dedican a ganar dinero, no a salvar el planeta
Lo más gracioso de todo esto es que los inversores agradecen y aplauden esta decisión. El precio de ExxonMobil ha crecido más de un 70% desde 2019. Debido a las presiones por parte de los inversores, ahora BP va a invertir 10.000 millones de dólares anuales en petroleo y gas, mientras que recorta en 5.000 millones su compromiso con las renovables. No solo el apoyo viene de Wall Street, sino también de los gobiernos. Con la entrada de Trump y su “drill, baby drill”, las políticas climáticas brillan por su ausencia, haciendo que las petroleras tengan luz verde para seguir apostando por la energía convencional. Con estas políticas cada vez más extendidas, la ciencia y el cambio climático quedan en un segundo o tercer plano.
Activistas climáticos califican esta postura de imprudente y muy peligrosa. Greenpeace advierte de que esto es una prueba para ver que las petroleras no pueden ser parte de la solución a la crisis climática (link). El grupo 350.org argumenta también que las ganancias a corto plazo para los accionistas son incompatibles con los objetivos a largo plazo de la transición verde. Paradójicamente y de forma paralela, algunas voces dentro de la industria petrolera sostienen que los combustibles fósiles jugarán “un papen crucial en la transición durante mucho tiempo”.
El panorama actual es claro: si la transición no es rentable, no se va a hacer. Las empresas (no solo las petroleras) se dedican a ganar dinero, no a salvar el planeta. Siendo conscientes de ello, y hasta que el cambio no empiece a ser rentable, debemos de aceptar (aunque no guste) esta realidad.
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Antonio García-Amate es profesor de finanzas en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) e investiga sobre energías renovables y gas.