Los beneficios disparados de bancos y energéticas en España dejan un ganador indiscutible: Blackrock

Una reciente sesión en el Palacio de la Bolsa, en Madrid.

Cuando el Gobierno, con la inflación disparada, se puso a buscar sectores a los que exigir un sacrificio, tardó poco en encontrar una diana. En rigor, dos: sector bancario y sector energético, a los que les cayó un impuesto extraordinario que unió en su contra al PP y Vox. Casi todo el mundo pensó en lo mal que sentaría aquel tributo a Ana Botín, del Santander, o a Ignacio Sánchez Galán, de Iberdrola, nombres que automáticamente acuden a la cabeza al pensar en créditos hipotecarios y facturas eléctricas. Pero había dos personas aún más poderosas que, datos en mano, tenían mayores razones para torcer el gesto: Larry Fink y Tamim bin Hamad Al Thani, al frente, respectivamente, de Blackrock y de Qatar Investment Authority (QIA). En realidad, en este segundo caso, está al frente de todo lo que se hace en el país, ya que hablamos del Emir.

Por supuesto, lo que vale para las –escasas– malas noticias que reciben estos dos negocios de oro también vale para las –múltiples– buenas. Ahora que el cierre del primer semestre del año arroja beneficios disparados para buena parte del negocio bancario y varias firmas de referencia del energético, la megagestora estadounidense –tan extendida en el IBEX que ha alcanzado ya un carácter "sistémico"– y el fondo soberano de la autocracia petrolera catarí –en cabeza de la carrera por el negocio de las renovables en España– son los que más réditos obtienen. Especialmente, el omnipresente fondo de fondos Blackrock, máximo accionista de cinco cotizadas de banca y energía que suman 11.279,8 millones de beneficios en sólo seis meses [ver nota metodológica].

Juan Laborda, profesor de Economía Financiera de la Universidad Carlos III, afirma sobre la penetración en el IBEX de los fondos y su búsqueda de beneficios a menudo cortoplacista y sin implicación en el sector: "Realmente lo importante está en los sectores que podríamos considerar estratégicos para la economía, o donde hay en juego derechos. Ahí la lógica del beneficio de los fondos, que no es sólo de los fondos, es muy determinante sobre el rumbo de la compañía". Y añade, en el caso del indicador bursátil de referencia de la gran empresa española: "Muchos son antiguos monopolios públicos que se liberalizaron. Ahora el control está fuera y sus beneficios estratosféricos también se van fuera en forma de dividendos. Es perverso".

Los que siempre ganan

Hay un dicho popular, ratificado una y otra vez por los hechos, que dice que "la banca siempre gana". En España podría añadirse que las eléctricas también. En 2022, mientras los elevados precios de la energía y las subidas de tipos de interés lastraban las economías domésticas y la productividad, ante la banca y las energéticas se abrían excelentes perspectivas. Así que ahí apuntó el Ejecutivo de Pedro Sánchez en busca de ganadores en medio de una crisis de inflación de origen bélico que atacaba el bolsillo de la inmensa mayoría de trabajadores y empresas.

El Congreso acabó aprobando el impuesto en noviembre, con el voto en contra del PP, Cs, Navarra Suma y Foro Asturias y la abstención del PNV y el PDeCAT. Además de cosechar una recaudación de 1.454 millones en el primer pago anticipado, el nuevo tributo debía presentar la característica añadida de identificar a dos sectores especialmente lucrativos incluso en tiempos de crisis. Los números empresariales de enero-junio de 2023 confirman que la elección del Gobierno no iba desencaminada.

Veamos, primero, el sector financiero.

En un balance impulsado por las continuas subida de los tipos de interés, la llamada "gran banca", es decir, las seis entidades financieras del IBEX –Santander, BBVA, Caixabank, Banco Sabadell, Bankinter y Unicaja, en orden de capitalización–, ha ganado cerca de 12.400 millones de millones, un 20,7% más que en el mismo periodo del año pasado. Mirando sólo el negocio puramente español, la subida ronda el 50%.

El Santander, con unos beneficios de 5.241 millones en el primer semestre, un 7% más, tiene a Blackrock como máximo accionista, con un 6,2%. Sólo hay un segundo accionista significativo, es decir, con más de un 3%: Dodge & Cox, otra institución inversora. Es una pauta: el accionariado relevante de las principales compañías del IBEX está en buena medida acaparado por gestoras de activos, lo que comúnmente se conoce como fondos de inversión. Hay excepciones, claro, como Inditex, que pertenece en su mayoría a Amancio Ortega. Pero son eso: excepciones a la regla.

El resultado del BBVA es más bajo en bruto que el del Santander, 3.878 millones de beneficio, y más alto comparativamente, un 31% más. Lo que es idéntico es el máximo accionista, Blackrock, en este caso con un 7,4%. El único accionista significativo que acompaña a Blackrock en la entidad presidida por Carlos Torres es otro fondo, el soberano noruego, Norges, con un 3,03%. Norges, por cierto, está presente en todas las compañías del IBEX, o al menos lo estaba al cierre de 2022, según comprobó infoLibre consultando su cartera pública de inversiones. No obstante, sólo en seis compañías tiene la condición de accionista significativo, con más del 3%. Sus posiciones son más bajas que las de Blackrock. Su omnipresencia, similar.

Los números de Caixabank son, en relación al mismo periodo de 2022, incluso mejores que los del BBVA: 2.137 millones de beneficio en el primer semestre, un 35,8% más. Blackrock vuelve a aparecer de nuevo como accionista significativo de Caixabank, en este caso con un 4,99%, sólo por detrás de la Fundación Bancaria La Caixa (32,2%) y del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria o FROB (17,3%), una entidad de derecho público. El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri y Blackrock tienen suscrito además desde 2021 un "acuerdo estratégico" para hacer inversiones conjuntas.

El cuarto banco del IBEX es el Sabadell, que ganó 564 millones, un 43,6% más, el mayor crecimiento de todo el sector de "gran banca". Su máximo accionista vuelve a ser Blackrock, con un 4,46% de los derechos de voto.

Todos estos datos permiten construir un primer balance: la megagestora de activos estadounidense pilotada por Larry Fink es accionista relevante de los cuatro principales bancos del IBEX, que suman unos beneficios de 11.820 millones de euros en el primer semestre de 2023, más de un 20% por encima del mismo periodo de 2022.

El peso de los principales fondos mundiales es menor en Bankinter y en Unicaja, las otras dos entidades financieras del IBEX. Pero eso no significa que la presencia de los gestores de activos no se deja notar en el accionariado de ambas compañías.

Bankinter, la entidad presidida por Pedro Guerrero, con unos beneficios de 418 millones, un 54% más que en el primer semestre de 2022, tiene como accionistas significativos a Lazard Asset Management y a Fidelity International Limited, dos de los gestores más destacados del IBEX. Blackrock también figura en el accionariado de Bankinter, con un 2,99% notificado a la Comisión Nacional del Merado de Valores (CNMV) en junio de este año [ver nota metodológica].

En cuanto a Unicaja, se trata de la compañía financiera con peores números semestrales de las seis grandes: 148 millones de beneficio, un 13% menos que en el mismo periodo del año pasado. Entre sus accionistas significativos figuran Oceanwood Capital Management (7,41%) y Norges Bank (5,4%).

Energéticas en beneficios

Los beneficios durante el primer semestre de las cuatro principales energéticas, las que suelen etiquetarse como grandes, se aproximan a los 6.000 millones de euros, cifra levemente inferior a la del año pasado. Las cuatro ganan, pero sólo dos ganan más que el año pasado: Iberdrola y Naturgy. Las otras dos, menos: Endesa y Repsol. Un repaso a las compañías por orden de capitalización bursátil permite identificar a los principales triunfadores, que suelen pasar desapercibidos detrás de la marca y del ejecutivo español de relumbrón.

Los números brutos más altos corresponden a Iberdrola, la segunda empresa del IBEX por capitalización, sólo por detrás de Inditex. La compañía salda unos beneficios de 2.521 millones de euros, más de 420 al mes, un 21,5% más que en el mismo periodo del año pasado. El resultado es música para los oídos de la familia real catarí, los Al Thani, que controla con mano de hierro la autocracia petrogasista, incluido su fondo soberano, Qatar Investment Authority, máximo accionista de la energética que preside Ignacio Sánchez-Galán con un 8,69%. Sólo hay otros dos accionistas significativos más, que a estas alturas sonarán al lector: Blackrock (5,29%) y Norges (3,65%).

Naturgy presenta el mejor resultado comparado del sector: 1.045 millones, un 87,06% más que entre enero y junio de 2022. Las gestoras de fondos con participaciones significativas en de la compañía que preside Francisco Reynés no son las más conocidas. ¿Sus nombres? CVC o IFM, citando dos destacadas. Pero ello no significa que no haya relación con las gigantes. Blackrock tiene una estrecha relación con Naturgy. A su participación en Caixabank se suma un acuerdo con la energética para controlar el 49% del gasoducto argelino de Medgaz.

Endesa gana 879 millones, un 4% menos. ¿Y qué aparece en Endesa, cuando se abre la compañía y se mira dentro? El único accionista significativo es en realidad hegemónico: Enel, el Ente Nazionale per l'Energia Elettrica, con más de un 70% de los derechos de voto. Se trata de una compañía –hablamos de Enel– que casi en una cuarta parte pertenece Ministerio de Economía y Finanzas del Gobierno de Italia, ahora de Georgia Meloni. Pues bien, Blackrock no tiene una posición significativa propiamente en Endesa, pero sí en en Enel. Concretamente, el megafondo tenía al cierre de 2022 un 5,11% de Enel, lo que lo convierte en el único inversor institucional por encima del 3%.

La compañía presidida por Larry Fink es también la principal accionista de Repsol (5,48% de los derechos de voto), que en los primeros seis meses del año ha obtenido beneficios por 1.420 millones, un 44,1% menos, por la caída de los precios del petróleo. Blackrock acumula un 5,48% de los derechos de voto de la empresa que preside Antonio Brufau. La lista de sociedades dentro de Repsol por encima del 3% se completa con Norges y el Banco Santander, del que a su vez Blackrock es máximo accionista.

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Lo anterior es un repaso de las principales, pero no de las únicas energéticas del IBEX. Hay tres más que con papeles relevantes en el sector. Y un nombre común a todas ellas: Blackrock. Enagas ha cosechado, entre enero y junio, unos beneficios de 176,8 millones, nada menos que un 486,2% más, números marcados, entre otros factores que desvirtúan la fotografía, por el ajuste del valor contable de la participación de la empresa en la estadounidense Tallgrass. Al frente de Enagas figura Blackrock, con un 5,56% de los derechos de voto.

A la espera de los resultados del segundo trimestre del año, la fotovoltaica Solaria ganó 25 millones entre enero y marzo, un 22% más, réditos que benefician a Blackrock, segundo accionista con un 4,46% de los derechos de voto. En la nómina de accionistas significativas sobresalen otros fondos, como Norges, Amundi e Invesco.

En Redeia, el holding al que pertenece Red Eléctrica, sólo el 20% de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), de carácter público, y el 5% de Amancio Ortega son porcentajes superiores al 4,99% de los derechos de voto de Blackrock. La compañía presidida por la exministra del PSOE Beatriz Corredor cosechó en el primer semestre del año un beneficio de 354,3 millones, un 2,4% menos que en 2022.

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