La Cámara de Cuentas deja al desnudo al Gobierno de Ayuso al confirmar el superávit del Sermas en 2020

El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, visitado a los profesionales sanitarios del SUMMA 112.

La Cámara de Cuentas de Madrid deja al desnudo al Gobierno de Ayuso tumbando la teoría del montaje que se encargó de airear sobre el superávit extraordinario registrado por el Servicio Madrileño de Salud durante el año más negro de la pandemia. En su último informe, el órgano fiscalizador destaca la mejora contable del Sermas en 2020, confirmando de principio a fin que el ente dependiente de la Consejería de Sanidad cerró el ejercicio más difícil de su historia –con una pandemia que no daba tregua– con el mejor resultado económico de los últimos años. Unas cifras, desveladas por infoLibre, que desde el Ejecutivo conservador llegaron a tildar de falsas. Incluso, en sede parlamentaria.

Solo ha sido necesario un párrafo de la institución que preside Carlos Salgado –en funciones– para que quede al descubierto la maniobra llevada a cabo por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso para tratar de ocultar que los servicios sanitarios madrileños, a diferencia de los de otras muchas comunidades, habían conseguido esquivar en sus cuentas el impacto de la pandemia. "Por entidades, destaca el resultado neto positivo de la Administración general (...), así como la mejora del resultado del Sermas (que pasa de unas pérdidas de 886.857 miles de euros en el ejercicio anterior a un resultado positivo de 821.303 miles)", recoge la Cámara de Cuentas en su informe de fiscalización de la cuenta general de 2020.

A comienzos de septiembre, este diario tuvo acceso a la cuenta del resultado patrimonial, el balance y la memoria financiera del Sermas correspondientes al año más complicado que se recuerda para sanitarios, hospitales o residencias. Un conjunto de documentos que Sanidad se había encargado de distribuir unos meses antes entre la veintena de personas que se sientan en el consejo de administración del organismo. Un grupo del que forman parte directores generales de la consejería, el gerente de la Agencia Madrileña de Atención Social, presidentes y decanos de seis colegios oficiales de médicos y otros profesionales sanitarios y representantes sindicales.

Las cuentas anuales que el viceconsejero Antonio Zapatero presentó en el órgano de gobierno del Sermas el pasado 24 de mayo ponían de manifiesto que el ente había terminado el año con cifras de hospitalizaciones, ingresos en UCI y fallecimientos desbocadas, pero con los mejores resultados del último lustro. En concreto, con un resultado positivo de 821,3 millones de euros, frente a los números rojos de 886,85 millones con que cerró 2019. El Sermas no había obtenido jamás unos beneficios tan abultados. En 2018 ganó 43,85 millones. Y en 2017 y 2016 cerró con un positivo de 57,27 y 11 millones de euros, respectivamente.

Durante tres semanas este periódico estuvo intentando recabar la versión de Sanidad sobre estos números, el origen del superávit y los motivos por los que no se había gastado todo el dinero en un año tan atípico. Los primeros contactos, con los documentos sobre la mesa, se produjeron el 8 de septiembre. La respuesta llegó veinticuatro horas después: "Las imágenes no son de un documento oficial. El membrete no se corresponde, ni el propio nombre de la Viceconsejería. Además, la explicación que dice el documento, no oficial, que nos has pasado no se corresponde con las cifras oficiales".

Los metadatos de todos esos archivos, sin embargo, indicaban que habían sido creados cinco días antes de aquel consejo de administración del Sermas, a primera hora de la mañana, por María Luisa Martín del Burgo Carrero, de la Subdirección General de Gestión Económica. A pesar de ello, y a la vista de la primera respuesta del Ejecutivo regional, se solicitaron entonces esas "cifras oficiales" a las que se hacía mención. Sanidad se remitió a las diferentes memorias anuales del Sermas. Pero dicho documento no incluía el resultado del ejercicio, por lo que, de nuevo, se volvió a pedir a la consejería los datos económicos.

Fue entonces cuando, en una segunda respuesta, el departamento señalaba que en 2020 "pudo" haber superávit "como ocurrió en 2017 y 2018". Tras requerirle algo más de precisión, la consejería sólo se limitó a explicar las diferencias entre contabilidad financiera y presupuesto, "dos instrumentos contables con técnicas y criterios distintos". "Hay conceptos que se consideran en la contabilidad financiera y no se reflejan en el presupuesto", apuntaron. Habían pasado quince días desde el primer contacto. Era 23 de septiembre. Y la consejería seguía sin contestar sobre el resultado positivo del ejercicio o los motivos que explicaban estos datos en pleno zarpazo del coronavirus.

La "filtración" de "nula fiabilidad" de Escudero

El asunto llegó al Pleno de la Asamblea de la mano del diputado de Más Madrid Eduardo Gutiérrez. "¿Cómo valoran el consejero y el Gobierno de la Comunidad de Madrid los resultados económico-patrimoniales del Sermas en el año 2020?", preguntó al consejero. Ruiz Escudero esquivó el asunto en su primera respuesta. Se limitó a señalar que el grado de ejecución del presupuesto había sido superior al 95%. Y eso encendió al parlamentario de la oposición, quien resaltó la "vergüenza" de quedarse con 800 millones en caja teniendo en cuenta la "tragedia" que había estado viviendo "el pueblo de Madrid".

Gutiérrez apretó al titular de Sanidad. Y tildó de "desfachatez" el hecho de decir que las cifras publicadas eran "falsas". "¿Han negado, han engañado y han mentido al Consejo de Administración del Sermas?", deslizó.

El Servicio Madrileño de Salud tuvo 821 millones de superávit en 2020, el año negro de las residencias, hospitales y sanitarios

El Servicio Madrileño de Salud tuvo 821 millones de superávit en 2020, el año negro de las residencias, hospitales y sanitarios

Escudero no se movió un milímetro de la versión oficial. Primero, explicó la diferencia entre "contabilidad financiera" y "presupuestaria". Y luego, acusó al diputado de Más Madrid de usar "una información sin contrastar". "Es una filtración absolutamente interesada, de nula fiabilidad, consistente en un documento con un logo antiguo y un encabezamiento que se refiere a la Viceconsejería de Sanidad, que si usted repasa el organigrama, hace seis años que no existe. Con lo cual, eso refuerza la falsedad de la hoja", sentenció a comienzos de octubre.

El "borrador" del 'Protocolo de la Vergüenza'

No es la primera vez que el Ejecutivo regional maniobra de esta manera para evitar que la gestión de la crisis sanitaria le pase factura. Ya lo hizo tras la primera ola, cuando este diario desveló la existencia de un Protocolo en el que se fijaban "criterios de exclusión" de derivación hospitalaria de los mayores que vivían en residencias, entre ellos algunos relacionados con la discapacidad física o el deterioro cognitivo del residente.

Sin embargo, el Gobierno madrileño puso en marcha la operación borrador: "No hay tal orden. Hay una filtración de un borrador. Eso es todo", señaló la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Algo en lo que también insistió Ruiz Escudero en sede parlamentaria. "Era uno de los seis borradores y se envió por error a principios de marzo. El definitivo se envió el 25 de marzo", sostuvo el consejero. Pero los datos oficiales, desvelados por infoLibre, terminaron por demostrar que los traslados se paralizaron, justamente, los días posteriores a la aprobación de ese documento. Y que el documento, por supuesto, era oficial.

Más sobre este tema
stats