EL DUELO ELECTORAL

Cuatro meses para el 28M: el PSOE apuesta por la economía y el PP por un plebiscito sobre Sánchez

Pedro Sánchez se fotografía con varios de los asistentes al mitín de precampaña celebrado en la capital grancanaria y en el que se presentó la candidatura de Carolina Darias a alcaldesa de la ciudad, este viernes.

No se puede mirar hacia atrás ya. La carrera es electrizante, ansiosa, enérgica. Cuatro meses para la supernoche electoral del 28 de mayo, cuando se elegirán a los 8.131 alcaldes de España y a doce presidentes autonómicos. Los partidos ya tienen las maquinarias a pleno funcionamiento. No serán una meras elecciones, sino el primer round de la batalla de las batallas: las generales de finales de año.

Y es que, además, son unas elecciones trascendentales porque el PSOE tratará de conservar el altísimo grado de poder territorial que logró hace cuatro años, mientras que suponen la primera prueba de fuego para Alberto Núñez Feijóo como líder del PP, que ha convertido esta cita con las urnas en un intento de plebiscito con el que pretende teñir de azul el mapa y dar un duro golpe al ‘sanchismo’.

Pero esto no es cosa de dos. La ultraderecha de Vox se ha marcado el objetivo de recuperar brío y hacerse fuerte para entrar en todos los gobiernos autonómicos que pueda junto al popular tras el camino abierto en el laboratorio de Castilla y León. Con el otro flanco crucial: la izquierda a la izquierda del PSOE será clave para que los socialista retengan instituciones y con la duda de si Yolanda Díaz se implicará de lleno en la campaña y en el intento de concentrarse en una lista.

En las encuestas que ha lanzado hasta el momento el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se marcan varias tendencias. Una de ellas es que los electores, frente a lo que pretende el Partido Popular, aseguran que pesarán más los temas autonómicos que los nacionales (Castilla-La Mancha es la única excepción). La estimación de voto en las municipales refleja que el PSOE sería el partido más votado en los ayuntamientos, con un 32,8%, frente al PP, que quedaría segundo con un 26,8%.

En otra encuesta de finales de diciembre del CIS sobre las autonomías, se refeja que el PSOE ganaría en Navarra, Aragón, Castilla-La Mancha y La Rioja. El PP sería el vencedor en Murcia y Madrid, aunque en esta última la izquierda sube y podría disputar Sol a las derechas sumando. En la Comunitat Valenciana, a tenor del Centro de Investigaciones Sociológicas, estarían muy empatados los dos partidos. El punto negro para Pedro Sánchez podría estar en Extremadura, donde ahora se gobierna con mayoría absoluta y podría pasar a manos de los populares.

Las batallas decisivas

Dentro de esta guerra en las urnas, hay varias batallas que serán decisivas. La Comunitat Valenciana es precisamente la pieza a conquistar, ya que es la segunda autonomía más poblada que tiene elecciones autonómicas y, además, es actualmente el gran bastión de la izquierda. Ximo Puig se ha asentado muy bien durante este tiempo, pero está muy empatado con los populares en las encuestas. Ahí hay una necesidad, la resistencia de Compromís (que presenta a Joan Baldoví tras la dimisión de Mónica Oltra) y de Podemos para aguantar en la Generalitat. 

La autonomía más poblada que elegirá a su Parlamento esa noche será Madrid, pero las encuestas vuelven a aupar de manera arrolladora a Isabel Díaz Ayuso. La única duda es si podría la izquierda sumar frente al binomio PP-Vox. En cambio, desde la Puerta del Sol se han marcado un objetivo ambicioso: lograr la mayoría absoluta, absorbiendo parte del voto que ahora tiene la ultraderecha de Rocío Monasterio. El PSOE estrena candidato, Juan Lobato, mientras que Más Madrid sigue apostando por Mónica García. Otro factor clave será que logre resistir Podemos, que tiene como líder a Alejandra Jacinto. Esto tendrá lecturas nacionales, ya que Ayuso puede perder el halo de gran referencia territorial del PP frente al andaluz Juanma Moreno si no logra esa absoluta.

El Ayuntamiento de Madrid es otro de los trofeos que prevé tener el PP esa noche. José Luis Martínez-Almeida lidera las encuestas, a pesar de que se ha desgastado mucho en la fase final de la legislatura, con una casi inexistente gestión y un papel casi de traidor dentro del PP por su posición con Pablo Casado. Pero aspira a llevarse al electorado de Cs (incluso que Begoña Villacís vaya en su lista) y sumar con Vox. En la izquierda Pedro Sánchez ha apostado por una de sus ministras (Reyes Maroto) para intentar Cibeles, un espacio donde competirá directamente con Rita Maestre (Más Madrid) y Roberto Sotomayor (Podemos).

Pero el PSOE, en esas municipales, tiene dos victorias “psicológicas” en su cabeza: los ayuntamientos de Sevilla y Barcelona. Esto, según fuentes de Ferraz, llevaría a un gran estado de ánimo del partido de cara a las generales. En la capital andaluza Antonio Muñoz se ha asentado rápido y tiene tirón, dicen los suyos, aunque el principal problema puede venir de que no tenga fuerza su izquierda para quedarse en la Plaza Nueva. En Barcelona Jaume Collboni (PSC) tiene buenas vibraciones y acaba de abandonar el gobierno municipal para centrarse en la carrera. Pero será una batalla muy abierta con la irrupción fuerte de Xavier Trias (Junts) y con una Ada Colau (Barcelona En Comú) que se crece en las campañas.

Y en estos tiempos de política multipartidista en dos autonomías, además, el PSOE tiene que buscar la mayoría absoluta para aguantar. Una es Castilla-La Mancha, con Emiliano García-Page pudiendo lograrla, a tenor de las encuestas. Allí el PP busca un pacto con Vox, en tanto que Podemos dice que si entra, no apoyará al socialista. El otro lugar es Extremadura, con Guillermo Fernández Vara nervioso ante la emergencia de María Guardiola, del Partido Popular. Será una lucha muy reñida.

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En estas elecciones tienen tanta importancia las papeletas como los posteriores pactos. Lo que no prevalecerá es el plan que ha intentado el PP de que sea alcalde el que encabece la lista más votada (no lo ha pedido finalmente para las autonomías). En la izquierda lo ven como un simple clavo para agarrarse luego y justificar los pactos con la ultraderecha en instituciones de todo el territorio.

Además, el PP en ese intento por nacionalizar las elecciones quiere estirar temas que pueden darle rédito como los efectos de la ley del ‘sólo sí es sí’, además de los socios del Gobierno y la reforma del delito de malversación. En cambio, el PSOE explotará la baza económica y la respuesta social a la crisis. “Gestión, gestión, gestión”, repiten en la sede socialista. El propio presidente del Gobierno marcó el camino en su última intervención en el Congreso para informar del Consejo Europeo: una manera diferente y social para salir de la pandemia y de las consecuencias de la guerra frente a la receta “fracasa neoliberal” del PP. Se escuchará en todos los actos y mítines que España creció un 5,5% el año pasado frente a las predicciones apocalípticas y que ya hay 20,5 millones de personas empleadas. El presidente del Gobierno, según fuentes de su entorno, se implicará al máximo durante la campaña y piensa dar todas las batallas.

Uno de los principales retos que tiene ahora mismo el PSOE y la izquierda en general es lograr despertar a sus votantes y espolear la movilización, pues, según las encuestas, están por debajo de los niveles del PP y de Vox. Los progresistas suelen despertar electoralmente más tarde y más cerca de las urnas que la derecha, pero en las últimas semanas se detecta más movimiento por temas como, por ejemplo, el aborto en Castilla y León.

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