Los correos secretos de Blesa

La defensa de Silva dice que Blesa sabía que el fiscal se querellaría contra el juez

El juez Elpidio Silva (centro), acompañado de su abogado, Gonzalo Boye.

El abogado Boye lanzó su acusación ante los periodistas y a las puertas del Tribunal Superior de Madrid (TSJM), que durante toda la mañana ha permanecido blindado por la Policía para evitar que los preferentistas pudieran acercarse a Miguel Blesa tanto a la entrada como a la salida. En la sala de vistas y durante el interrogatorio del expresidente de Caja Madrid, Boye trató de demostrar que Blesa y el fiscal jefe del TSJM, Manuel Moix, estaban concertados.

Que, una vez en prisión tras la primera orden de encarcelamiento dictada contra él por Silva -el 16 de mayo-, Blesa otorgase a su abogado un poder que le habilitaba para personarse en cualquier caso que se abriera contra Silva demuestra, según Boye, lo siguiente: "Que Blesa sabía que la Fiscalía se querellaría contra Silva". 

El abogado ha enfatizado la importancia que para la interposición de la querella de la Fiscalía que ha terminado por sentar a Silva en el banquillo tuvieron "los autos de la Sección 30" de la Audiencia de Madrid. Boye repitió el nombre de la sección en varias ocasiones pero lo hizo sin mencionar que la presidenta de esa sección, Pilar Oliván, mantiene una relación de pareja estable con el presidente del tribunal que juzga a Silva, Arturo Beltrán. Ayer, Beltrán hizo valer su autoridad para permitir que Boye orientase su interrogatorio con libertad. Y, aunque el mismo Beltrán matizó que no pretendía desautorizar a nadie, lo hizo en la práctica cuando exhibió su estupefacción por el hecho de que a Blesa se le hubiera preguntado por la instrucción si se atrevería a decir que Silva solo buscaba mandarlo a la cárcel. 

Blesa, que calificó de "difícilmente reparable" el daño moral que Elpidio Silva le infligió a él mismo y a su familia al enviarlo dos veces a prisión -la primera, bajo fianza de 2,5 millones; la segunda, incondicional- ha desvelado durante su interrogatorio en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid que el 16 de mayo, el mismo día en que el juez Silva le envió a prisión, ya había presentado una denuncia ante la Fiscalía contra el magistrado.

Aunque Blesa dijo desde la silla de testigos no recordar qué había pasado con aquella denuncia y aunque el fiscal jefe del TSJM, Manuel Moix, tampoco lo aclaró, el abogado de Silva contó luego a los informadores que la denuncia fue archivada. De ser cierta esa versión, que infoLibre no ha logrado verificar aún, eso indicaría que, al menos hasta 16 de mayo, cuando ya Silva había requerido los correos secretos de Blesa y había pinchado sus teléfonos, la Fiscalía no vio indicios de delito en su actuación.

Nervioso en algunos momentos pero seguro e incluso arrogante en otros, Blesa definió como "irreparable" el daño personal que, según sus palabras, le infligió Silva. A diferencia del económico -los 2,5 millones de la fianza, que no recuperó, dijo, hasta el 3 de julio-, el daño moral no es cuantificable, enfatizó el financiero, quien expuso un deseo: que la "deuda" que, en su opinión, contrajo Silva con él en cuanto lo envió a prisión se salde "como se saldan las deudas en la justicia". Es decir, con una condena.

En la misma sesión del juicio uno de los guardias civiles que investigaron el 'caso Blesa' a las órdenes de Elpidio Silva remarcó que fueron ellos quienes pidieron al juez que pinchara los teléfonos de Blesa y decretara el secreto de la causa "porque había indicios de delito". 

El abogado de Silva le ha preguntado con insistencia qué ocurrió con aquella denuncia y qué hechos le dieron origen, pero Blesa ha dicho que no lo recuerda. En ese momento, el fiscal jefe del Tribunal Superior de Madrid, Manuel Moix, ha interrumpido el interrogatorio para pedir a la defensa que eso se lo preguntase a la Fiscalía, algo que, como el letrado de Silva ha recordado, no es posible porque no puede citar como testigo al fiscal.

La denuncia desvelada por Blesa llegó a manos de la Fiscalía, por tanto, dos meses antes de que Moix interpusiera la querella contra Silva que le ha gterminado sentando en el banquillo en un juicio en el que se arriesga a ser expulsado de la carrera judicial de por vida.

El abogado del juez aseguró al término de la sesión que Blesa ya sabía que la Fiscalía iba a denunciar a su defendido cuando ingresó por primera vez en prisión. El letrado se basa en el escrito de apoderamiento que el exbanquero entregó a su abogado desde la cárcel para que se personase en su nombre en toda cuanta acción judicial se planteara contra Silva.

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Antes de la declaración de Blesa, un sargento de la Guardia Civil que participó en la investigación del casoa las órdenes de Silva acababa de remarcar que fueron ellos quienes en la primavera de 2013 pidieron al juez que decretase el secreto de sumario y pinchase las líneas del expresidente de Caja Madrid "porque había indicios de delito".

A preguntas del abogado de Silva, Gonzalo Boye, el sargento de la Benemérita ha subrayado igualmente que los agentes de la Guardia Civil adscritos al caso temían que Blesa pudiese "destruir pruebas".

La cuestión de si fue Elpidio Silva quien tuvo la iniciativa de restringir los derechos fundamentales de Blesa resulta crucial en este juicio. Que el guardia civil que está declarando este miércoles, como hizo el martes el capitán del grupo, esté subrayando que fueron ellos quienes reclamaron medidas para evitar destrucción de pruebas favorece a Silva. El todavía juez, que intentó sin éxito obtener un escaño en el Parlamento Europeo, se arriesga a 30 años de inhabilitación en este juicio.

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