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ERTE total en Ifema: ferias de resistencia y por internet para conjurarse contra el colapso del sector

Asistentes a la última edición de Fitur, celebrada antes de la pandemia.

Aunque todas las alarmas habían saltado entre los expertos en Salud Pública por las noticias que llegaban diariamente desde China, lo cierto es que los brotes de un nuevo coronavirus al otro lado del mundo no causaban demasiada alarma en el arranque de un 2020 que se esperaba prometedor y terminó siendo catastrófico. Los números que registró en su última edición la Feria Internacional del Turismo (Fitur) dan buena cuenta de ello. Sólo durante los cuatro días que duró el evento, en el que participaron 11.000 empresas –un 5% más–, desfilaron por las instalaciones de Ifema 261.000 personas. Fue la última gran convención celebrada en el recinto madrileño antes de que la pandemia trastocara por completo el panorama de las ferias en nuestro país, un sector que trata de mantenerse a flote recurriendo a los formatos online. Pero el agujero que la crisis sanitaria ha dejado en sus cuentas es grande. Tan grande que los trabajadores del segundo principal motor económico de la capital ya empiezan a notar las consecuencias. Este martes, la empresa semipública ha comunicado al Comité de Empresa su plan para llevar a toda la plantilla a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

La previsión de cierre de la institución el pasado mes de octubre no era buena. Sin embargo, el empuje de las ferias celebradas en el primer trimestre permitió a la firma seguir tirando sin tener que tocar a la plantilla. “Somos la única institución de estas características que no ha optado por meter a sus empleados en un ERTE”, remarcaba a finales de octubre durante un almuerzo con periodistas el presidente de Ifema, José Vicente de los Mozos. Sin embargo, tres meses después, estas palabras han terminado cayendo en saco roto. La empresa ya ha comunicado a los representantes de los trabajadores una regulación temporal de empleo que afectará a toda la plantilla. Es decir, a algo más de 400 trabajadores. Este martes, la dirección ha puesto sobre la mesa del Comité de Empresa una propuesta basada en cinco grupos de afectación: reducciones de la retribución del 20%, 50%, 60%, 70% y 100%. Será la base sobre la que arrancará la negociación. “Ellos quieren hacer un planteamiento para todo este año”, explica Carlos Rodríguez, presidente del Comité de Empresa, preguntado por el tiempo que se pueden prolongar estas medidas.

Hace un par de meses, Ifema se había fijado 2021 como el año de la recuperación. “Tenemos un calendario de eventos que comienza en un mes y que requieren de una plantilla a pleno rendimiento”, se queja Rodríguez. En concreto, a lo largo de este ejercicio está previsto que el recinto ferial ubicado en el norte de la capital acoja 37 de las 38 ferias internacionales planteadas en la ciudad, desde Aula hasta el World Olive Oil Exhibition pasando por Fitur, su principal seña de identidad, trasladada a mayo a fin de que la situación sanitaria mejore y la vacuna se encuentre mucho más extendida. Son el 34% de las que están planteadas en todo el territorio nacional durante el presente año, frente al 30% de Barcelona, el 10% de València o el 7,5% de Zaragoza. A estos grandes eventos hay que añadir, además, otros salones vinculados a todo tipo de sectores económicos. Sin embargo, ahora la pandemia está, de nuevo, totalmente descontrolada. “La incertidumbre es grande, pero de momento mantenemos toda la programación”, explican a infoLibre desde la empresa, que pone el foco en la Feria Internacional del Turismo como evento decisivo.

Desde marzo, la actividad en Ifema ha sido escasa, más allá del papel que jugaron varios de sus pabellones como hospital de emergencias durante los momentos más duros de la primera ola. Atrás quedaron los descomunales eventos que han convertido a la institución, solo por detrás del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas en el segundo motor económico de la región, con una repercusión de 5.104 millones a las finanzas madrileñas, lo que equivale al 2,2% del PIB de la comunidad autónoma. Desde que estalló la pandemia, la Feria de Madrid ha tenido que navegar en base a modelos híbridos, combinando limitados formatos presenciales con eventos online. Para ello, la empresa ha echado mano a desarrolladores de todo el mundo para la creación de plataformas digitales. “Se realizan, por ejemplo, ponencias por streaming. Además, se intenta poner en contacto a empresarios vinculados a diferentes sectores comerciales”, explica Rodríguez, que desempeña sus labores en el área de sistemas de Ifema y que ve cómo algunos de estos proyectos pueden terminar estancándose como consecuencia de la reducción temporal de empleo.

Ahorro de entre 8 y 10 millones de masa salarial

Un ejemplo de ello es Fruit Attraction, la feria internacional de frutas y verduras. Para este encuentro, celebrado el pasado mes de octubre, se puso en marcha LIVEConnect, una herramienta llamada a servir de puente entre lo presencial y lo no presencial. Entre sus funcionalidades, un catálogo de expositores, reuniones virtuales durante un mes, un fórum online o la conexión de perfiles de interés con necesidades comerciales. Rodríguez señala que el encuentro tuvo una repercusión importante. Sin embargo, reconoce que a nivel económico no tuvo la misma fuerza que otros años: “Si habitualmente dejaba unos 7 millones de euros, ahora habrán sido como 1,5 millones”. Una caída de ingresos que aleja a la compañía, controlada principalmente por el Ejecutivo madrileño y el Ayuntamiento de la capital, de los 22 millones de beneficio y los 187 millones de facturación con los que cerró el 2019 prepandemia. De momento, la empresa no aporta datos económicos sobre el annus horribilis de la crisis sanitaria. “Estamos ultimando todavía las cuentas”, explica un portavoz de Feria de Madrid. Pero el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ya ha señalado que este enero se han facturado 100.000 euros, hasta 150 veces menos que lo facturado el mismo mes en los últimos años.

Aunque siguen programando eventos, desde Ifema no ocultan su preocupación en el corto plazo. Al fin y al cabo, el encadenamiento de una ola tras otra no invita a la esperanza. “El primer trimestre es fundamental para nosotros, y este lo hemos comenzado sin apenas actividad por las restricciones a la movilidad y la situación de la pandemia”, dicen. Malas expectativas que llevaron al Comité Ejecutivo a pedir la activación de un ERTE a fin de ahorrar, explica Rodríguez, “entre 8 y 10 millones de euros de masa salarial este año”. “El objetivo es evitar en este ejercicio entrar en pérdidas. ¿Por qué? Porque la ley establece que cuando una empresa de estas características tiene dos veces consecutivas números rojos, su estatus jurídico cambia, dejando así de ser competitivos”, completa. Con este problema a la vista, grupos como Más Madrid pidieron al Ayuntamiento en octubre que instase a la Junta Rectora de Ifema, de la que forma parte, a que solicitese a Hacienda una moratoria en este sentido en los ejercicios de 2020 y 2021. Una propuesta que no salió adelante por el rechazo de PP, Ciudadanos y Vox en el consistorio.

El caso de la institución madrileña forma parte de una realidad mucho más amplia a nivel nacional. Desde que estalló la pandemia, las principales ferias del país han metido mano a las plantillas ante el desplome de los eventos. Una de las primeras en hacerlo fue la Fira de Barcelona, cuya facturación durante la crisis sanitaria se ha desplomado de los 220 millones de 2019 a los 82 millones del año pasado. En abril, se puso en marcha un expediente de regulación temporal de empleo que volvieron a revisar el pasado mes de octubre y que tocó de lleno a sus cuatro centenares de trabajadores. Lo mismo se ha hecho en València o Zaragoza, otras dos plazas importantes para los empresarios de todo el mundo. “El 2020 ha sido demoledor. Nuestros socios, habitualmente, suelen organizar alrededor de 400 ferias, pero lo cierto es que el año pasado se habrán celebrado el 20% de ellas”, explica al otro lado del teléfono Juan Puchalt, secretario general de la Asociación de Ferias Españolas (AFE), que aglutina entre sus miembros a las principales plazas del país para la celebración de este tipo de eventos.

Ferias digitales

No es, por supuesto, un problema circunscrito al ámbito español. Así lo refleja la Unión de Ferias Internacionales (UFI) en su último Barómetro Global, en el que pone de manifiesto que los ingresos de la industria representaron durante el pasado ejercicio el 28% de los registrados en época prepandemia, lo que obligó al 54% de compañías vinculadas al sector a recortar sus plantillas –más de la mitad en más de un cuarto de sus trabajadores–. “En otros países como Francia, Italia o Reino Unido, la situación es muy parecida”, apunta Puchalt. También lo es en Alemania, donde la crisis sanitaria afectó durante el año pasado a casi medio millar de ferias. Entre ellas la International Hospitality Investment Forum (IHF), una de las más importantes para el sector hotelero, que tuvo que cancelarse en 2020 y que para este año ya ha sido atrasada hasta comienzos de septiembre. Para marzo se mantiene, de momento, la ITB de Berlín, uno de los eventos turísticos más importantes del mundo. Pero no porque las autoridades esperen que la situación sanitaria haya mejorado, sino porque esta edición se celebrará totalmente en formato digital.

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“La crisis no ha hecho más que acelerar el proceso de digitalización”, reconocía el ICEX en un documento sobre las ferias en suelo germano. Y ponía ejemplos como el de All About Automation, que se pudo visitar a través de un Avatar 3D con el que los visitantes podían recorrer pasillos, ver productos, llevar a cabo conversaciones por videoconferencias e, incluso, mostrar emociones.

La UFI espera que 2021 sea el ejercicio en el que el sector comience a recuperarse tras un 2020 catastrófico. En España, por el momento, se mantienen en el calendario los eventos importantes, desde Fitur en mayo en Madrid hasta el Mobile World en junio en Barcelona. “Sera un año de transición, en el que esperemos que se vaya normalizando un poco la situación”, dice Puchalt. Desde la asociación dan por hecho que poco a poco las cifras irán mejorando. Sin embargo, asumen que seguirán funcionando a medio gas. “Creemos que en 2021 tendremos alrededor de un 66% del negocio que teníamos en 2019. Pero son estimaciones que pueden cambiar en función de cómo avance la situación sanitaria”, señala el secretario general de AFE al otro lado del teléfono. Es decir, se prevé que a lo largo del presente ejercicio pueda persistir un agujero de alrededor del 34% en el negocio previo a la pandemia de una industria que tiene un impacto económico de alrededor de 13.000 millones de euros y genera alrededor de 123.000 empleos directos e indirectos –unos 39.000 solo alrededor de Ifema–.

En el sector fían buena parte de sus esperanzas al proceso de vacunación, que en nuestro país todavía avanza lento pese al objetivo del Gobierno de tener inmunizada al 70% de la población para el verano. Mientras tanto, las ferias seguirán surfeando esta y las posibles futuras olas con las posibilidades que las nuevas tecnologías les ofrecen. “La pandemia ha acelerado un cambio de mentalidad, una digitalización con la que puedes llegar a más público, a visitantes de países que antes no venían”, reconoce Puchalt. Sin embargo, no cree que el modelo de ferias presenciales esté herido de muerte tras la pandemia. “No se convertirá en el sustituto. Los formatos presenciales permiten un mayor contacto entre profesionales, que pueden acudir a los stand a oler o a probar, por ejemplo. Además, el negocio es mayor”, continúa el secretario general. Coinciden otras fuentes de la industria consultadas: “La parte digital lo que hace es añadir valor, por lo que permanecerá más allá de la pandemia, pero no tapará a la parte física”. Una vez superada la crisis sanitaria, dicen, los recintos feriales volverán a llenarse.

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