Elecciones 20-D
España en una urna: cinco claves de las once elecciones precedentes
Este domingo 36,5 millones de españoles están llamados a las urnas para dibujar la XII Legislatura. Las elecciones generales del 20 de diciembre darán paso, tal y como auguran los sondeos, a uno de los Parlamentos más plurales de la actual etapa democrática, pues conseguirían representación en el Congreso de los Diputados 13 candidaturas diferentes, aunque no se lograría superar la cifra alcanzada en 1979, cuando hasta 14 formaciones políticas ocuparon un escaño en el hemiciclo.
A escasas horas de que se conozcan los resultados de las elecciones, infoLibre repasa los datos de las once generales celebradas desde la muerte del dictador Francisco Franco y recoge cinco claves de las citas electorales: partidos en el gobierno, presidentes, mayorías absolutas, bipartidismo y participación.
Tres partidos en el Gobierno
En los últimos 38 años, desde que en junio de 1977 se celebrasen las primeras elecciones generales tras la dictadura, el Gobierno de España ha estado en manos de tres formaciones políticas diferentes: UCD, PP y PSOE. Así, durante las once últimas legislaturas, el Ejecutivo español ha cambiado de color en cuatro ocasiones –1982, 1996, 2004 y 2011– y todos los partidos, a la espera de lo que pase este 20 de diciembre, han revalidado la victoria al menos una vez.
Unión de Centro Democrático (UCD) fue el primero en formar Gobierno en la etapa democrática actual. Los comicios generales de 1977 otorgaron a la coalición el 34,4% de los votos y 165 diputados, frente a los 118 escaños de los socialistas y los 20 del recién legalizado PCE. Una victoria que revalidó, con un resultado prácticamente similar, en las generales de 1979, cuando consiguió 168 asientos en el Parlamento–34,84% de los sufragios– y dejó de nuevo al PSOE en segunda posición, a pesar de que aumentó su representación en el Congreso –121 parlamentarios–, seguido del Partido Comunista, con Santiago Carrillo al frente, que obtuvo un 10,77% de los sufragios y 23 actas.
Después, llegaron los 14 años de gobiernos socialistas. Así, el PSOE se impuso en 1982 a una UCD fragmentada y en caída libre en unas elecciones que dejaron el resultado más abultado de las once celebradas hasta la fecha: 202 de los 365 asientos fueron para los socialistas. Una victoria que revalidaron en 1986, 1989 y 1993. Sin embargo, el partido sería expulsado del Ejecutivo en 1996 y no volvería a tomar el timón del país hasta el año 2004, con la victoria en las urnas de José Luis Rodríguez Zapatero, que se repetiría en los comicios de 2008, última legislatura en manos del PSOE.
El PP, por su parte, logró dirigir por primera vez el Ejecutivo entre 1996 y 2000, después de imponerse en la urnas a a los socialistas con el 38,79% de los votos. Una victoria que volvería a repetir en los siguientes comicios generales, en los que obtuvomayoría absoluta en la Cámara baja. Finalmente, tras las dos legislaturas en manos del PSOE, los conservadores recuperaron el poder al imponerse en las últimas elecciones celebradas hasta el momento, el 20 de noviembre de 2011.
seis presidentes
Desde 1977, España ha visto alojarse en La Moncloa a seis presidentes del Gobierno de distinto color político. Todos ellos, a excepción de Calvo-Sotelo, han repetido en el cargo, siendo Felipe González el que más tiempo ha permanecido al frente del Ejecutivo: 14 años. Tras las elecciones de este domingo, Rajoy podría convertirse en el primer líder del Ejecutivo no reelegido.
Adolfo Suárez se convirtió en 1977, liderando UCD, en el primer presidente del nuevo periodo democrático. Un puesto que ocupó hasta que, con fuertes presiones de los militares a sus espaldas, decidió dimitir el 29 de enero de 1981. El que hasta ese momento había sido ministro de Economía, Leopoldo Calvo-Sotelo, se encargó de sustituir a Suárez y se convirtió en el primer presidente de la nueva etapa democrática que no se habvía presentado a las elecciones para ese puesto. Tras las elecciones de 1982, llegó Felipe González a La Moncloa, donde permaneció hasta que en 1996 el conservador José María Aznar le arrebató la victoria y, tras pactar con Coalición Canaria, PNV y CiU, se hizo con la Presidencia del Gobierno.
Con la entrada del nuevo siglo, arrancó la segunda legislatura de Aznar al mando del Ejecutivo. Cuatro años marcados por la participación de España en la guerra de Irak y los atentados del 11-M a las puertas de las generales. Unos comicios, los de 2004, que supusieron un cambio en La Moncloa: el socialista José Luis Rodríguez Zapatero se encargaría de ocupar la Presidencia del Gobierno durante los siguientes ocho años. Tras el desgaste político provocado por la crisis económica, Mariano Rajoy se convirtió, en 2011, en el último presidente del Gobierno.
Tanto Zapatero como Adolfo Suárez fueron los únicos líderes del Ejecutivo que lograron ocupar La Moncloa a la primera, aunque el dirigente de la UCD ya tenía un camino recorrido desde el comienzo de la Transición. Así, Felipe González, como secretario general del PSOE, cayó ante Suárez en el 1977 y en el 1979; Aznar perdió frente al histórico dirigente socialista en 1993 y en octubre de 1989; y Mariano Rajoy perdió en 2004 y no fue capaz de arrebatar la Presidencia del Gobierno a Zapatero en 2008.
cinco Mayorías absolutas
De las últimas 11 elecciones generales, cinco se saldaron con mayoría absoluta frente a seis que no consiguieron la mitad más uno de los escaños. La victoria más amplia fue la registrada por el PSOE de Felipe González en 1982, con los 202 diputados que le otorgaron los más de 10 millones de votos obtenidos en las urnas, seguida por la que consiguió el PP en 2011: 186 asientos. Rajoy superó así el resultado cosechado por Aznar en 2000, cuando logró la primera mayoría absoluta de la historia para el partido conservador: 183 parlamentarios.
Además de la conseguida en 1982, González logró dos mayorías absolutas más: 184 asientos en 1986 y 175 en las generales de 1989. Aunque esta última cifra supone exactamente la mitad del Congreso, en la práctica González gobernó con mayoría absoluta porque en aquella época los diputados de Herri Batasuna no iban a las Cortes. El PSOE ha sido, por tanto, el partido que en más ocasiones ha rebasado la barrera de los 175 diputados.
BIPARTIDISMO
La actual etapa democrática se ha caracterizado por un fuerte bipartidismo. Desde 1977 hemos asistido a un reparto del pastel entre dos partidos políticos fuertes –UCD-PSOE en las dos primeras generales y PP-PSOE desde los terceros comicios hasta la fecha–, que siempre han logrado más del 60% de los votos en los comicios y nunca han ocupado menos del 80% de los asientos en el Congreso de los Diputados, y una tercera fuerza de ámbito estatal –PCE y, posteriormente, IU– que en once legislaturas no ha logrado superar los 23 escaños en el Parlamento que obtuvieron los comunistas en el 1979. Esta España bipartidista encuentra su explicación en una ley electoral que premia a las dos primeras fuerzas políticas y castiga al resto.
Esta tendencia podría romperse este domingo. Por primera vez, los sondeos dan a cuatro partidos políticos –PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos– una amplia representación en el hemiciclo. El partido de Pablo Iglesias se ha presentado como la verdadera izquierda frente a un PSOE en descrédito, mientras que los de Rivera han logrado ocupar ese centro derecha en el tablero que, hasta la fecha, le había correspondido exclusivamente a la formación conservadora. En esta línea, las elecciones generales de este 20 de diciembre no dejarán, según las encuestas, un resultado bipartidista tan apabullante como el de 2008, cuando PP y PSOE se repartieron un 83,81% de los votos.
Los partidos nacionalistas e independentistas, por su parte, siempre han gozado de representación en el Congreso –entre una veintena y una cuarentena de escaños– y han desempeñado un papel clave a la hora facilitar gobiernos. Así, por ejemplo, Aznar fue investido presidente del Gobierno en 1966 gracias a los votos a favor de Convergència y Unió, PNV y Coalición Canaria, mientras que ERC, IU, CC, BNG y CHA abrieron las puertas de La Moncloa a Zapatero tras las elecciones generales de marzo de 2004. Ya en 2008, el líder socialista fue reelegido en el cargo con mayoría simple después de que PNV, CiU, IU, ICV, BNG, CC y Nafarroa Bai (NaBai).
Participación
Con un 79,97%, los comicios de 1982, en los que arrasó el PSOE, se han convertido, a la espera de lo que pase este domingo, en la cita con mayor afluencia de electores de las once celebradas. Las elecciones constituyentes de 1977, con un 78,83%, y las de 1996, con el 77,38%, completan las tres primeras posiciones de la lista de participación. En el extremo contrario encontramos las del 1979, con 68,04%; 1989, en las que el 69,93% del censo acudió a las urnas; y las de marzo del 2000, cuando el porcentaje de votantes alcanzó el 70%.
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Este domingo podemos encontrarnos ante unas de las elecciones generales con mayor cantidad de papeletas introducidas en las urnas. Tal y como quedó recogido en el barómetro preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 75,3% de los votantes acudirá "con toda seguridad" a las urnas y un 11,6% adicional "probablemente acudirán", mientras que un 3,8% "probablemente" se quedarán en cada y un 6,5% renunciará a votar "con toda seguridad".
A pesar de que en 1979 coincidió alta participación con la victoria más amplia de la actual etapa democrática, lo cierto es que una mayor afluencia en los colegios electorales no garantiza resultados espectaculares. Así, por ejemplo, a pesar de que en 2004 acudió a las urnas un 75,35% de los electores, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero alcanzó el récord de votos a una candidatura, 11.289.335 papeletas, una cifra que, con las actuales previsiones, tampoco será superada en esta ocasión. Además, ningún partido político ha ganado unos comicios con menos de ocho millones de sufragios.
El voto en blanco, por su parte, ha experimentado un crecimiento progresivo desde 1977, a excepción de 2008. Así, alcanzó su máximo en las elecciones de los años 2000 y 2004, siendo del 1,5%. Una tendencia totalmente opuesta a la del voto nulo, que tocó su pico en 1982, con un 1,95%, y se ha ido reduciendo elección tras elección hasta 1996. A partir de entonces volvió a repuntar hasta los comicios del año 2011. Fue en esa cita electoral, que ganó el PP con mayoría absoluta, en la que la suma de voto en blanco (1,37%) y nulo (1,29%) marcó un récord.