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La financiación de los partidos

La mitad del dinero público entregado a fundaciones de partidos en 2018 y 2019 se lo quedó la del PP

El expresidente de la Fundación Concordia y libertad, Adolfo Suárez Illana (en el centro, al fondo), en un acto con Alberto Núñez Feijóo en Toledo.

La Fundación Concordia y Libertad (FCL), dependiente del Partido Popular desde el año 2017, consumió entre los años 2018 y 2019, los últimos auditados por el Tribunal de Cuentas, más de la mitad del dinero que las administraciones públicas dedicaron a subvencionar las actividades de las entidades que dependen de los partidos políticos. Fundaciones y asociaciones partidarias se han convertido en una herramienta eficaz para las formaciones políticas a la hora de sortear los límites legales de gasto y los requisitos de financiación que el Congreso y el Senado han ido aprobando a lo largo de los años para tratar de limitar la corrupción.

Los datos incluidos por el Tribunal de Cuentas en su último informe sobre las fundaciones y asociaciones que dependen de partidos políticos, correspondiente a los años de 2018 y 2019, son elocuentes. En el primero de esos dos ejercicios, la Fundación Concordia y Libertad consiguió nutrir sus arcas con 1,9 millones de euros, el 60,5% de todo lo que las administraciones públicas —incluyendo comunidades autónomas y ayuntamientos— dedicaron a estas entidades. 

Este porcentaje descendió un poco en 2019, pero siguió siendo desproporcionado. Ese año la fundación del PP ingresó 1,5 millones de los 3,1 que el total de las administraciones destinaron a financiar actividades de organizaciones dependientes de los partidos. Eso significa que la entidad presidida por el diputado conservador Adolfo Suárez Illana se quedó con uno de cada dos euros del total que las instituciones dedicaron a este fin.

Por si esto fuera poco, la FCL no fue la única del PP que recibió dinero público esos años. Su Fundación Popular de Estudios Vascos obtuvo 170.000 euros en 2018 y 105.000 en 2019. 

Casi 5,6 millones en tres años

Informes anteriores del Tribunal de Cuentas ya habían reflejado la abultada dependencia de la Fundación Concordia y Libertad del dinero público. En 2017, el año en el que la entidad abandonó su antiguo nombre —Fundación Humanismo y Democracia— y pasó a depender formalmente del PP, recibió aún más dinero: 2.057.431,01 euros. Si sumamos los últimos ejercicios auditados por el organismo fiscalizador, la fundación del PP ingresó del erario público entre 2017 y 2019, apenas en tres años, la abultada cifra de 5.597.042,17 euros.

En 2017, con Mariano Rajoy todavía al frente del Gobierno, hasta tres ministerios regaron generosamente las cuentas de la fundación. Sobre todo Exteriores, que le dio 1,06 millones. Pero también Educación (371.052 euros) y Sanidad (65.400). La mayor parte del dinero público le llegó de administraciones del PP (la Comunidad de Madrid, la Junta de Castilla y León, la Xunta de Galicia, el Gobierno de al Rioja y los ayuntamientos de Madrid, y de Ayuntamiento de Murcia) pero también de algunas instituciones gobernadas entonces por la izquierda, como el Ayuntamiento de Madrid o la Junta de Extremadura.

Un año después —en pleno tránsito del último Gobierno de Rajoy al primero de Pedro Sánchez— la mayor parte del dinero siguió llegando del Ministerio de Exteriores (1,4 millones). El resto se lo dieron exclusivamente administraciones del PP: Comunidad de Madrid (112.381,49 euros), Ayuntamiento de Madrid (171.065,73), Junta de Castilla y León (124.374,59), Ayuntamiento de Murcia (6.728,30) y Región de Murcia (24.092,69).

La información publicada por el Tribunal de Cuentas revela que las cosas apenas cambiaron en 2019. En ese ejercicio, Exteriores redujo su subvención a 1,1 millones, pero a la Comunidad de Madrid (46.886,54 euros), Ayuntamiento de Madrid (91.289,73), Junta de Castilla y León (62.583,74) y la Región de Murcia (900) se sumaron las generosas aportaciones del Gobierno de La Rioja (94.373,22) y de la Xunta de Galicia (70.956,85).

Para entender la desproporción de las subvenciones públicas que recibe la fundación del PP basta con compararlas con lo que obtienen las entidades que dependen de otros partidos. La segunda que más dinero público recibió en 2019 fue la Fundación Sabino Arana (PNV), pero fueron 398.588,88, casi la cuarta parte. En este caso, el origen del dinero está en los ministerios de Educación y Exteriores, pero sobre todo en el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Bizkaia, las principales instituciones gobernadas por el PNV.

La lista elaborada por el Tribunal de Cuentas sitúa en tercer lugar a la Fundación Pablo Iglesias (PSOE), que obtuvo 328.228,73 euros en 2019 procedentes de los ministerios de Cultura, Exteriores, Trabajo y Defensa, que entonces ya estaban en manos de ministros socialistas. Muy por detrás se situaron en 2019 la Fundación por la Europa de los Ciudadanos (Cs), con 198.103,03 euros, la Fundación Galiza Sempre (BNG), que obtuvo 83.870,00 euros, la Fundación Irartzar (Sortu) con 64.050,72 y la Fundación Instituto 25 de Mayo para la Democracia (Podemos), que recibió 62.950,16 euros.

Lo abultado del dinero público que obtiene no es el único rasgo que distingue a la fundación del PP. También es la que más depende del dinero de la administración en proporción a las donaciones y aportaciones privadas que recibe: los datos de 2019 revelan que ingresó 90 veces más del sector público que del privado, algo que no sucede era las entidades de los demás partidos.

La sucesora de FAES

La Fundación Concordia y Libertad sustituyó en 2017 a FAES como la entidad de referencia del PP después de que el presidente de esta última, José María Aznar, decidiese romper con Génova después de 25 años de colaboración. En los tiempos de sintonía entre el partido y FAES, la fundación de Aznar era clave como laboratorio de ideas, como forma de aportar contenido a las iniciativas políticas y a los programas electorales. 

En su condición de fundación vinculada a un partido político, optó a las subvenciones de diferentes organismos de la Administración, aunque se movía en cifras muy por debajo de las que consiguió su sucesora. En 2016, siempre según el Tribunal de Cuentas, era la fundación que más dinero público recibía (966.765 euros).

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Concordia y Libertad fue siempre una pieza esencial de la estrategia de Pablo Casado como líder de la oposición. La fundación organizó y financió numerosos actos concebidos para impulsar su liderazgo y generar actividad política en la que el líder del partido pudiese lanzar sus mensajes. 

Las fotos de Casado con el presidente de la fundación, Adolfo Suárez Illana, al que él mismo fichó como número dos por Madrid y al que acabó situando en un puesto sin relevancia política en la Mesa del Congreso, eran muy frecuentes. Sin embargo, Alberto Núñez Feijóo le ha ignorado por completo. Desde que el expresidente de la Xunta se hizo con las riendas del partido en la calle Génova —donde está también la sede de la fundación— no ha desarrollado actividad alguna con Concordia y Libertad.

Precisamente Suárez Illana ha anunciado recientemente su decisión de abandonar su escaño en el Congreso, así como la presidencia de la fundación. La excusa, el deber de “retomar ya las obligaciones profesionales y familiares que, en su momento, entendí debía aparcar de forma temporal”.

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