El futuro de la izquierda

Lara propone extender las primarias abiertas a toda IU

Alberto Garzón, Cayo Lara y José Luis Centella, este 28 de junio en la reunión del Consejo Político Federal de IU.

Después de las elecciones europeas del 25-M, en las que Izquierda Unida triplicó el resultado obtenido cinco años antes pero en las que se vio sorprendida por la fuerte competencia de Podemos, el juicio interno era inapelable: las primarias abiertas eran "imparables". Por muchas reticencias que tuviera el núcleo dirigente. Empezando por Cayo Lara. Ya está claro que se van a celebrar, que participarán simpatizantes. Que se elegirá por este método al candidato a la Moncloa y que se extenderá la fórmula a las federaciones, para designar a los aspirantes a los Gobiernos autonómicos y municipales. Lo demandó así Lara este sábado en la presentación de su informe político a sus compañeros. El calendario aún no está claro, pero lo previsible es que el cabeza de lista a las generales se elija en el otoño, según coinciden varios dirigentes, y así lo dejó entrever el propio coordinador.

IU está convencida de que tiene que emprender cambios rápidos. Tanto a la hora de plantear propuestas más atrevidas, como a la hora de vender el discurso o proceder a una profunda renovación en la cúpula. Porque el 25-M demostró que no logró capitalizar todas las ansias de regeneración que hay en la sociedad. Lara prometió el pasado 7 de junio, en la reunión de la Presidencia Federal –el órgano intermedio de poder, que componen unos 70 cuadros–, una auténtica revolución interna, pero pidió someterlo a debate en los territorios. Hoy la discusión tenía que volver al Consejo Político, el máximo escalón de poder, al que se adscriben unos 200 miembros. Este es el lanzamiento definitivo de las primarias abiertas y de la remodelación de la ejecutiva. 

Lara no introdujo muchas modificaciones respecto a su informe político de principios de junio. Era consciente de que el foco estaba ya puesto en quien se convierte, a partir de ahora, en el nuevo hombre fuerte de IU, Alberto Garzón, ya que asume una cartera capital en esta etapa, la Secretaría Ejecutiva de Proceso Constituyente y Convergencia, la que debe pilotar la elaboración de una nueva propuesta política para España, más ambiciosa, y la que conduzca la interlocución con otras fuerzas políticas –singularmente, Podemos– y movimientos sociales. El diputado por Málaga fue abordado a la entrada por los periodistas (él mismo subrayó que hoy arranca "una nueva etapa" en IU) y se sentó en el Consejo a la izquierda de Lara. Él está llamado a competir, precisamente, en las primarias abiertas para elegir al candidato a la Moncloa. Garzón, de nuevo, dijo que no se descarta. 

"Armonizar" los procesos

"Lo que proponemos es las primarias abiertas a simpatizantes con la elección al candidato a la Presidencia del Gobierno en primer lugar, y en segundo lugar instar a las federaciones a procesos similares y a armonizarlo en el marco de sus propias competencias". La precisión que hacía Lara ante sus compañeros tiene su razón de ser. Las primarias ya están recogidas en los estatutos federales de IU desde hace años para la designación del pretendiente a la Moncloa. De hecho, ya se hicieron en 2007, cuando se enfrentaron el entonces coordinador, Gaspar Llamazares, y la rival auspiciada por el PCE, Marga Sanz. Pero esas primarias eran cerradas, sólo para militantes. Ahora las cosas cambian. IU federal, siguiendo el modelo que está ya en marcha en su principal territorio, Andalucía, implantará las primarias abiertas a simpatizantes para encumbrar a su candidato presidencial, consciente de que debe abrirse a la participación ciudadana. O sea, importa el modelo PSOE

En IU, sin embargo, las federaciones tienen amplias competencias, y pueden decidir cómo quieren nombrar a sus candidatos. De hecho, algunos aparatos regionales eran más reacios a las primarias abiertas. De ahí que lo que desea Olimpo, la sede federal, sea "armonizar" los procesos. 

El calendario y el reglamento aún tiene que debatirse y es probable que no salga hasta la reunión de la Presidencia del 19 de julio, pero sí se lleva trabajando tiempo con la hipótesis de que en el otoño se celebren las primarias presidenciales.

Un "encuentro de militantes y activistas"

Lara planteó más cambios y tareas: que la toma de decisiones sea más participada, trabajar ya hacia la convergencia electoral de cara a las autonómicas y municipales de mayo de 2015, convocar una Conferencia Político-Programática para el próximo curso... Además, propuso un "encuentro de militantes y activistas sociales de carácter estratégico, abierto a los sectores sociales que se oponen a las políticas de recortes y los ajuestes sociales". Se trata, dijo, de hacer protagonista al "mayor activo de IU", su militancia. Algunos cuadros medios, vinculados a Enrique Santiago, secretario de Convergencia hasta el pasado 7 de junio, habían pedido una asamblea federal extraordinaria, no para elegir dirección (porque se va a hacer ahora), sino para orientar los ejes estratégicos de acción. 

El coordinador pasó después a describir los cambios propuestos en la dirección. El organigrama no se cerrará hasta la Presidencia del 19 de julio, pero ya se han pactado las modificaciones más relevantes. Pasan por el paso a primera línea, en el primer anillo de poder, de Alberto Garzón (Proceso Constituyente y Convergencia) y Clara Alonso (Comunicación Externa e Interna), de 28 y 30 años. Además, ganan peso Tasio Oliver y Raúl García (Izquierda Abierta), el balear Eberhard Grosske y la madrileña Tania Sánchez (de la corriente EnComún) y se suman Lara Hernández (número 10 en las europeas) y el activista Javier Couso (el siete el 25-M, que ahora entra al Parlamento Europeo gracias a la dimisión de Willy Meyer). 

"Políticas que puedan tocar los ciudadanos"

Proceso Constituyente y Convergencia viene a ser el área clave en esta nueva etapa de IU. ¿Qué es? Comprende varios aspectos: la promoción de la "ruptura democrática", la garantía de los "derechos básicos sociales y de ciudadanía", el llamamiento a la confluencia de todas las fuerzas de la izquierda que "plantean la derrota del bipartidismo" y la "salida social a la crisis". La configuración de un bloque social y político, en fin, en el que IU "puede y debe ser el eje de la recomposición". "No vamos a ser el todo, pero sí una parte importante". Lara siempre suele apelar al orgullo de la federación, a que debe ir con la cabeza alta. Hoy también lo volvió a reivindicar: IU tiene "historia, mochila", y presencia en las instituciones. "Otros no la tienen". Una advertencia para que los suyos no se sientan aterrorizados por el efecto Podemos. "Somos el 15-M, que a nadie se le olvide", abundó, para seguir marcando perfil. 

Garzón insistió a la entrada del Consejo en que IU debe emprender el proceso de convergencia "con todas las fuerzas que desean transformar el país", entre las que se encuentra Podemos, con la que sin embargo no se han iniciado los contactos. "Nosotros lo que tenemos muy claro es que tenemos que sentarnos a trabajar colectivamente para asentar bases programáticas sobre las que poder converger y transformar el país, que es lo que nos importa". La formación de Pablo Iglesias, como otras, "tendrán que valorar si se suman al proceso".  

Izquierda Unida vive su particular terremoto interno

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Izquierda Abierta, el partido coliderado por Gaspar Llamazares y Montse Muñoz, aunque ha negociado con el aparato de Lara los cambios en la ejecutiva, quiso manifestar sus discrepancias. En síntesis, insistió en que la convergencia ha de ser "plural en conceptos, modos, formas y portavoces", que se haga un cambio radical en el modelo organizativo, que se acabe con la "lógica de mayorías y minorías en IU y se entienda que la pluralidad es el activo más importante" de la federación y se dé luz verde a "medidas tajantes de radicalidad democrática y regeneración política". 

El informe de Lara también cubrió aspectos más directamente vinculados a la coyuntura política: el proceso de sucesión de la Corona y la activa campaña por el referéndum monarquía-república que seguirá desplegando IU, las protestas contra los recortes y ajustes del Gobierno (la privatización de AENA, la reforma fiscal que "baja los impuestos a los más ricos", la reducción del techo de gasto...). "Se plantea una movilización para el otoño, una alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura y de los nuevos movimientos emergentes... Tiene que haber un otoño tensionado –advirtió–. Tenemos que confrontar medidas como la Ley del Aborto. Tenemos que girar más hacia la ciudadanía, hacia la calle, más todavía. Hay que combatir la interiorización de la política, hacer propuestas concretas que puedan tocar y entender los ciudadanos".

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