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violencia de género

Las menores víctimas de violencia machista con medidas de protección aumentan más de un 50% en seis años

Manifestación del 8M en Madrid.

Las mujeres víctimas de violencia de género menores de edad y con órdenes de protección o medidas cautelares aumentaron desde el año 2011 un 51,5%. Es la conclusión que se desprende del Instituto Nacional de Estadística (INE), que este lunes hizo público su balance anual respecto a las cifras de violencia de género y violencia doméstica [consultar en este enlace]. El de las menores es el grupo de edad que ha experimentado un mayor crecimiento en los últimos seis años, pasando de 431 víctimas registradas en 2011 a las 653 correspondientes a 2017. 

Por detrás, las víctimas entre 35 y 39 con órdenes de protección o medidas cautelares han aumentado un 49,3% y aquellas que se encuentran entre los 45 y los 49 años han sufrido un aumento del 48,1%. Por el contrario, el grupo de edad que se ha mantenido prácticamente inmutable es aquel que abarca a mujeres de entre 65 y 69 años (4,2%), las mayores de 75 (13,1%) y las que tienen una edad comprendida entre los 60 y los 64 años (14%).

Según la estadística, la tendencia en aumento es común para todos los grupos de edad. El total de víctimas de violencia de género con algún tipo de medida de protección ha aumentado considerablemente: de 20.713 en 2011 a 29.008 el pasado año, lo que supone un incremento del 40%. No obstante, la tendencia no siempre fue al alza. Entre 2011 y 2013 el número de mujeres víctimas experimentó un descenso progresivo, pasando de un total de 20.713 en 2011, a 19.097 en 2012 y a 18.175 en 2013. Lo mismo ocurría para las menores de edad, que pasaron de ser 431 en 2011, a 419 en 2012 y 381 en 2013. 

A partir de entonces es cuando comienza a haber un cambio evolutivo y el número de víctimas con medidas de protección empieza a crecer. En 2014, el total se sitúa en 18.412, para pasar en 2015 a 18.609; en 2016 a 28.281 y finalmente a 29.008 en 2017. El aumento se produce de forma paralela respecto a las menores de edad, que en 2014 son 460; 508 en 2015; 569 en 2016 y 653 en 2017.

Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres, recuerda que la crisis económica hizo mella en las denuncias presentadas por las mujeres que estaban sufriendo violencia de género. Según los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), desde el año 2008 el número de denuncias comienza a descender notablemente y no es, precisamente, hasta 2014 cuando se produce una recuperación de la tendencia ascendente. "La correspondencia de los datos se da", confirma Soleto. Con el repunte de denuncias, comenta la experta, se produce asimismo un aumento respecto a la imposición de órdenes de protección.

Respuesta judicial: la punta del iceberg

La lectura que hacen las expertas de las cifras emitidas por el INE, no obstante, esquiva un posible análisis sociológico. "Los datos vienen de la explotación del registro de medidas cautelares interpuestas, que no es un instrumento estadístico, sino de coordinación para que cualquier autoridad lo pueda consultar", explica Soleto, de modo que los resultados revelan una realidad que se ciñe únicamente a los resultados de la intervención judicial, pero obvian todo el proceso de violencia y los pasos previos a la denuncia. El organismo describe, por tanto, la situación "una vez pasados los tribunales" y las circunstancias de aquellas mujeres que han encontrado "la suficiente confianza para denunciar". Por este motivo, "la explicación tiene que ver no sólo con el comportamiento de las personas, sino con la respuesta judicial", así que "deducir de ahí causas es muy complejo", agrega Soleto.

En este contexto, la experta baraja dos posibles escenarios: o bien las mujeres menores de edad han presentado un mayor número de denuncias con el transcurso de los años o bien los jueces son más proclives a ordenar medidas de protección a menores. En todo caso, Soleto insiste en que "la sensibilidad que recogen estos datos es la de los propios juzgados", por lo que "explica una parte parcial de la violencia". 

También María Naredo, abogada especializada en violencia sobre las mujeres, cree que los datos reflejan únicamente la "punta del iceberg", puesto que no muestran "la prevalencia de la violencia, sino la violencia judicializada". A su parecer, el escenario más probable es que exista "una mayor conciencia del riesgo a sufrir violencia por parte de las propias chicas", lo que conlleva a que "pidan esas órdenes que antes no solicitaban".

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Naredo recuerda que durante el primer trimestre del año, el número de denuncias por violación experimentó en Madrid un aumento del 40%, según el Ministerio del Interior. Las agresiones sexuales con penetración, de hecho, aumentaron a nivel estatal un 28,4% en el mismo periodo, y un 13,8% respecto a los delitos contra la libertad sexual. La letrada entiende que ambos fenómenos pueden estar dentro de un mismo patrón. "Posiblemente exista entre las jóvenes una mayor conciencia de sus derechos a la hora de detectar episodios de violencia y del riesgo al que están expuestas", producto de una información mayor y más íntegra. Los jueces "conceden más cuanto más se piden", agrega la abogada, quien se reconoce escéptica en cuanto a la posibilidad de una mayor concienciación respecto a los profesionales de la justicia. Lo cierto es que "siguen denegando en algunos ámbitos hasta la mitad", lamenta.

María Naredo recuerda, en la misma línea, que hasta hace unos años la violencia entre jóvenes era un escenario que apenas se planteaba. Las menores de edad están ahora "más concienciadas de que la violencia está presente" en todos los ámbitos y además son quienes de identificar "otras formas de violencia" más allá de la física, zanja la jurista.

La evolución respecto a las menores víctimas de violencia de género casa con la variación en cuanto a los hombres menores de edad denunciados sobre los que pesa algún tipo de medida cautelar: han pasado de 47 en 2011 a 127 en 2017. Durante el pasado mes de febrero, el Gobierno informó de la también creciente evolución de denuncias presentadas contra menores. Un total de 356 jóvenes de entre 14 y 17 años fueron denunciados en los diez primeros meses de 2017, la cifra más alta en la última década, algo que ya entonces las expertas atribuían a una mayor conciencia social respecto al tipo de violencia que se produce entre adolescentes.

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