Salvar al soldado Moreno. El PP ha decidido redoblar su choque con el Gobierno en materia sanitaria con el fin principal de intentar frenar el escándalo de los fallos del cribado del cáncer de mama en Andalucía, que cada día desborda más al Partido Popular en el sur y que supone ya una seria amenaza de cara a las próximas elecciones autonómicas, tanto por el problema de fondo como por las maneras en las que se está gestionando esta grave crisis.
El choque entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades del PP es total en estos momentos. Las autonomías populares (la mayoría en España) se niegan a dar salida a la petición hecha por Mónica García de que se trasladen los datos sobre los cribados. En una acción coordinada, las administraciones regionales conservadoras están respondiendo a través de cartas al Ejecutivo central que no tienen la obligación legal de mandar esas cifras.
Fuentes gubernamentales explican a infoLibre que los servicios jurídicos del Ministerio de Sanidad estudian en estos momentos qué se puede hacer para que los gobiernos populares hagan públicos esos datos en una crisis que ya va más allá de Andalucía (están apareciendo problemas, por ejemplo, en la Comunidad Valenciana).
Además, el próximo viernes el Gobierno y las autonomías se verán las caras en la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. En el orden del día no hay un punto fijado sobre la crisis de los cribados, pero el tema, como señalan fuentes gubernamentales, puede salir probablemente dentro de la sección de ruegos y preguntas.
¿Un frente común ordenado por Génova 13?
El choque entre Sanidad y los populares se ve agravado también con el proceso iniciado por el Gobierno central contra la Comunidad de Madrid para que cumpla con el requisito de la lista de objetores dentro de los parámetros de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Por el momento, los de Isabel Díaz Ayuso no han contestado al requerimiento. Si no se aplica antes del 14 de noviembre (cuando concluye el plazo de un mes dado por el Ministerio), el Gobierno irá a los tribunales, por la vía contencioso administrativa, para que la comunidad autónoma acate la ley.
Ante esta situación, el Gobierno quiere poner foco en la inacción del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. En la coalición están convencidos de que todas las autonomías populares van a una en la negativa a entregar los datos para hacer un frente común ordenado por Génova 13 y, sobre todo, para “tapar las vergüenzas” de Juanma Moreno, que hasta el momento había gozado de una buena imagen de gestión.
García, en respuesta a la diputada Carmen Fúnez (PP) en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, señaló a Feijóo como el “responsable directo” de las acciones de las comunidades gobernadas por su partido: “¿Qué tienen que esconder?”. "Mi prioridad en este momento es hacerme cargo de la principal preocupación que tienen ahora mismo las mujeres en España, en concreto las mujeres andaluzas, con la negligencia de los cribados de cáncer de mama", explicó la también líder de Más Madrid. Mientras, el PP trata de responsabilizar al Gobierno de la crisis señalando a Ceuta y Melilla, donde la competencia sanitaria es estatal.
El escándalo de los cribados de cáncer se ha convertido en un asunto de primera línea nacional pese al intento del PP de acotarlo en Andalucía. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también le afeó a Feijóo la situación: “Ha renunciado a poner orden en su partido y a exigir responsabilidades a Moreno. Mentiras, manipulación, mala gestión, recortes y desprotección de las mujeres. Es la forma que tienen ustedes de gobernar”.
"Ustedes dijeron que habían sido cuatro casos y resulta que son 2.000; la asociación Amama dice que han desaparecido datos de sus historiales clínicos, ustedes dicen que es mentira y posteriormente, siete horas después, comentan que ha sido un error informático", reprochó Sánchez al líder de los populares.
El Gobierno andaluz, contra Amama
Todo ello en un día en el que el PP andaluz decidió dar un giro en su relato y ya apuntar directamente con sus críticas a Amama, con el fin de tapar los “errores informáticos” que han llevado a fallos durante las últimas horas en las que los pacientes no han podido acceder a sus historiales clínicos en la web de la Junta.
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El nuevo consejero de Sanidad, Antonio Sanz, ha abierto esa vía de defensa de la Junta. Un dirigente sin trayectoria en gestión sanitaria, pero en el que Moreno ha confiado el puesto por su vis política y por su experiencia en marcar relatos (fue hombre de confianza de Javier Arenas y de Soraya Sáenz de Santamaría). El conservador criticó las “denuncias falsas” e invitó a Amama, que ha llevado el caso a la Fiscalía, a “meterse en el sistema y ver si está la documentación o no”.
Sanz fue más allá contra la asociación: "En ningún caso se ha eliminado por parte del Servicio Andaluz de Salud (SAS) ninguna prueba, y esa fue la denuncia que hizo una asociación que, además, provoca una alarma social bestial, que hace que el sistema colapse y haya una caída informática".
"No se puede jugar con el sistema ni dañar su credibilidad, porque eso motiva desconfianza de las mujeres a la hora de acceder a un cribado que salva muchas vidas", aseveró el consejero de Sanidad, que el pasado domingo, durante el Día Mundial del Cáncer de Mama, tuvo como acto principal en su agenda la final de la liga de novilladas en la plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). El responsable de Sanidad llegó incluso a hacer esta comparación sobre la caída del sistema informático: “Miren ustedes, para el concierto de La Oreja de Van Gogh se cayó también el sistema porque había tanta gente”.
Salvar al soldado Moreno. El PP ha decidido redoblar su choque con el Gobierno en materia sanitaria con el fin principal de intentar frenar el escándalo de los fallos del cribado del cáncer de mama en Andalucía, que cada día desborda más al Partido Popular en el sur y que supone ya una seria amenaza de cara a las próximas elecciones autonómicas, tanto por el problema de fondo como por las maneras en las que se está gestionando esta grave crisis.