ELECCIONES EN ITALIA

Más propuestas y menos mirarse al ombligo: las lecciones del 25S para la izquierda española

El secretario general del Partido Democrático, Enrico Letta, en el mitin de cierre de campaña.

La posfascista Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, dirigirá el gobierno de país transalpino junto a Silvio Berlusconi y Mateo Salvini. Proveniente de las juventudes del Movimiento Social Italiano, un partido fundado por seguidores de Benito Mussolini, Meloni ha agitado el malestar social acumulado por la pandemia y la inflación.

Pero, en realidad, Meloni no fue la primera opción electoral de los cerca de 50 millones de electores estaban llamados a las urnas: lo fue la abstención. Con un 63,91% de participación, casi 4 de cada 10 italianos optaron por no ir a votar (nueve puntos menos que en los comicios de 2019), rompiendo así con la alta participación histórica del país. 

En España casi todo el mundo intenta evitar hacer paralelismos demasiado exactos con una realidad política que, en gran medida, nos resulta ajena. Sin embargo, la izquierda española observa, atenta, al mal resultado que han tenido sus vecinos del sur de Europa, que casi ha igualado en votos a la derecha (si sumamos el resultado de la coalición de centro izquierda y del Movimiento 5 Estrellas) pero ha quedado netamente por debajo a nivel de escaños por la falta de unidad.

¿Y qué lecciones extrae la izquierda? La “principal vacuna contra los extremismos es luchar contra la desigualdad”, ha esgrimido la ministra de Hacienda y número dos del PSOE, María Jesús Montero. La “normalización de los discursos de odio” y la “falta de políticas valientes” son los argumentos de Ione Belarra, líder de Podemos, para explicar la debacle. Para IU el fracaso se debe a la fragmentación de la izquierda y su incapacidad de “plantear una alternativa movilizadora".

Más allá de frases hechas, la izquierda es consciente de que estas elecciones pueden ser el preludio de lo que suceda en España. “Todos los procesos electorales que se producen en el marco de la Unión Europea desprenden enseñanzas”, valora Ramón Luque, politólogo y persona de confianza de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en conversación con infoLibre. Luque asegura que Italia, al igual que Francia, siempre ha tenido “mucha influencia política” en nuestro país.

Unidad de candidaturas

Luque plantea que, además de "tener en cuenta las características del sistema electoral" a la hora de preparar candidaturas, hay que plantear un horizonte de unidad. "Las fuerzas políticas que se miran el ombligo acaban teniendo un resultado espantoso. Solo hay que ver lo que ha sucedido en Francia, donde Jean-Luc Mélenchon (líder de La France Insoumise) consiguió unir a toda la izquierda en una candidatura, y el desastre de candidaturas en Italia", analiza. "El francés ofreció un acuerdo a socialistas, verdes y comunistas, respetando su autonomía, ese es el camino a seguir", plantea.

También lo ve así Sira Rego, portavoz federal de Izquierda Unida: "Hay que trabajar con mucha altura de miras para tratar de fraguar proyectos que sumen y den la esperanza a los siguientes procesos electorales que están por venir", asegura. A juicio de Rego, la izquierda "ha sido incapaz de plantear una alternativa movilizadora de esperanza y que tuviera éxito en este proceso electoral".

Esta pretensión de unidad, sin embargo, no convence al PSOE y tampoco a Más Madrid o Compromís. Los de Mónica García rechazan cualquier pacto electoral con Podemos que no pase por la inclusión de los morados en sus listas, un planteamiento similar al de la coalición valencianista.

Un proyecto de izquierdas

Una de las principales críticas que han surgido al hilo de la campaña en Italia, ha sido la falta de propuestas de la coalición de centro-izquierda, liderada por Enrico Letta, el candidato del Partido Democrático. "Al PD se le percibe como un partido del establisment porque ha gobernado siete de los últimos diez años y ha sido incapaz de generar interés y crecer electoralmente", analiza Daniel Vicente Guisado, coautor de Salvini & Meloni. Hijos de la misma rabia, en conversación con este periódico. "Ya se ha agotado lo de utilizar viejas recetas con nuevos rostros", completa Luque.

Un caso que contrasta con el del Movimiento 5 Estrellas, que si bien Guisado no define como "un partido de izquierdas", considera que durante esta campaña ha tratado de ir a por el electorado más progresista. ¿Cómo? Hablando del Rédito de Ciudadanía (una suerte de Ingreso Mínimo Vital que tienen más de un millón de italianos, especialmente en el sur de Italia), del salario mínimo (que no está regulado en el país), de reformas laborales, de políticas ambientalistas y de transición energética justa. "Unas medidas que el Partido Democrático no ha defendido", expone.

Medidas para la clase media y trabajadora

Una de las reflexiones que lanzan desde la dirección del PSOE es que el Gobierno debe promulgar medidas dirigidas a la clase media. "Hemos desplegado un amplio abanico de medidas para los más vulnerables, pero también tenemos que dirigirnos a las clases medidas si queremos ganar en 2023", señala un alto cargo del partido. La OCDE calcula que en España la clase media ocupa el 55% de la población, un dato por debajo de la media de los países de la organización, que es del 61%. 

En ese sentido, explican, los más vulnerables son abstencionistas. Una realidad que está acreditada por el trabajo de Manuel Trujillo (IESA-CSIC) y Braulio Gómez (Deustobarómetro), que han detectado más de cien “puntos negros” de participación que coinciden "casi milimétricamente” con “barrios marginales”. "Estas medidas son necesarias pero, desgraciadamente, no se traducen en votos", explican desde el PSOE.

El miedo a la ultraderecha ya no moviliza

La victoria de Meloni, a juicio de todas las fuentes consultadas, ha demostrado que el miedo a la ultraderecha ya no moviliza. Ese fue el principal mensaje de la campaña de Pedro Sánchez en 2019, pero casi cuatro años después de la irrupción de Vox en el Parlamento andaluz, ya no funciona. La ultraderecha española ha pasado a formar parte de nuestro paisaje político acumulando representación en parlamentos e incluso formando parte del gobierno de Castilla y León, presidido por el PP.

Lo que explican desde la izquierda es que antes incluso de que nos hayamos acostumbrado a que la ultraderecha habite en el panorama institucional, se han normalizado sus formas de actuar, de expresarse y de comunicarse. Una crítica que también incluye a los medios de comunicación. "En Italia no ha ganado el centro derecha, ni la derecha, ni la derecha dura, en Italia ha ganado el fascismo. Ese fascismo al que hoy muchos medios siguen blanqueando", zanja Pablo Fernández, coportavoz de Podemos.

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