El futuro de Cataluña

Sánchez y Aragonès pactan un diálogo sin prisas y sin vía unilateral

Sánchez y Aragonès en el palacio de la Moncloa

Las dos partes asumen que no será fácil, pero la reunión mantenida este martes en el Palacio de La Moncloa entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès ha servido para refrendar la intención de ambos de que solo hay una salida al "conflicto político" que vive Cataluña: sentarse a negociar y hacerlo durante el tiempo que haga falta. Tanto el Gobierno de España como el Govern catalán asumen "las diferencias evidentes" de las que parten sus posiciones políticas, pero se emplazan a una negociación duradera que arrancará oficialmente la tercera semana de septiembre en la mesa de diálogo.

Tras algo más de dos horas y media de reunión en la sala Tàpies del complejo presidencial, el primero en comparecer para evaluar la cita fue el president de la Generalitat. Como es habitual, no lo hizo desde Moncloa sino desde el centro cultural de Blanquerna, la delegación catalana de la Generalitat en pleno centro de Madrid. En sus primera palabras, Aragonès se refirió al reconocimiento de ambos presidentes de la existencia de "ese conflicto político" y a la necesidad de encontrarle una solución que pase por "el diálogo y la negociación", alejando nuevamente del horizonte de Cataluña la temida vía de la unilateralidad puesta en marcha en 2017 durante el Gobierno de Mariano Rajoy. Aragonès incidió, eso sí, en la idea de que cualquier acuerdo que pueda alcanzarse "debe ser validado por la ciudadanía de Cataluña a través del voto". Preguntado por la posibilidad de que esa votación futura sea sobre un nuevo Estatut, el president alejó por el momento esa idea: "No hemos andado todo este camino para volver a 2010, cuando el Tribunal Constitucional anuló varios artículos que los ciudadanos de Cataluña habían votado", recordó.

Solo después de poner el énfasis en esas ideas de "diálogo y negociación", el president recordó que sus "propuestas" siguen siendo "la amnistía y la autodeterminación", lamentando que, "hasta ahora, la del Gobierno central siempre haya sido el 'statu quo'. Lo que esperamos ahora es una propuesta de Estado para Cataluña". Cuestionado por si esos planteamientos eran exigencias con las que su Govern se sentará en la mesa, el president puntualizó que no va a renunciar a la independencia, "pero tampoco a la negociación y el diálogo".

Fue el propio Pere Aragonès el que confirmó que, tal y como adelantó infoLibre, la mesa de negociación no se reactivará hasta el mes de septiembre con una reunión que tendrá lugar a mediados de mes en Barcelona. Aragonès prevé que en ese foro de diálogo se pueda trabajar "durante todo el tiempo que sea necesario", asegurando que el Govern "no se levantará de donde haya posibilidad de diálogo y negociación". E incluso se atrevió a desmarcarse de los plazos marcados por Junts per Catalunya y la CUP, socios de de gobierno y de investidura respectivamente, para hablar de "un hito de dos años para decidir si esa mesa se da por concluída o se sigue avanzando. Hará falta paciencia. Tenemos una oportunidad, nosotros la trabajaremos", se comprometió.

Además de su apuesta decidida "y ambiciosa" por la celebración de un reférendum pactado con el Estado sobre la independencia de Cataluña, el president de la Generalitat también insistió durante su intervención en la necesidad de una amnistía para los indultados y "para los exiliados". Algo que el Gobierno central rechaza de plano: "Yo los llamaría fugados de la Justicia y lo que deben hacer es volver a España y asumir sus responsabilidades", replicó la portavoz del Gobierno durante su rueda de prensa.

"Marco legal y democrático"

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En esa comparecencia posterior a la del president Aragonès, María Jesús Montero calificó el encuentro como la oportunidad de "abrir una nueva etapa en la que dejemos atrás la confrontación y demos pasa a la concordia y la palabra. Es lo que nos permitirá retomar muchos asuntos que son importantes para Cataluña y cuestiones que son prioritarias para los próximos años". Preguntada por la comparecencia de Aragonès, Montero aseguró que en la reunión "no se trataron" asuntos como la amnistía y la autodeterminación y resaltó el valor de la Constitución de 1978 como el marco en el que encontrar soluciones: "No hay garantías de éxito, pero hay que encontrar soluciones en el marco legal y democrático. Aquí no se trata de que cada uno busque la solución que le parezca".

La portavoz reveló que Pedro Sánchez le pidió personalmente al president de la Generalitat que acuda a la próxima cumbre de presidentes autonómicos, que se celebrará en el mes de julio y, al igual que Aragonès, solicitó paciencia para que la nueva etapa pueda dar sus frutos: "Lo sencillo es levantarse en la primera reunión cuando uno constata que hay diferencias abismales. Pero si queremos sentarnos siendo conscientes de esas diferencias es porque creemos que dialogando y negociando juntos seremos capaces de construir un futuro para España y Cataluña. Y este Gobierno no entiende la una sin la otra".

Tanto María Jesús Montero como Pere Aragonès explicaron en sus comparecencias que durante el mes de julio también echará a andar la comisión bilateral entre el Gobierno de España y el Govern de la Generalitat para negociar cosas "del día a día de los ciudadanos" y abordar materias como la inversión, la financiación o el reparto de fondos europeos para superar la crisis económica derivada de la pandemia. Precisamente uno de los acuerdos que se ha concretado en la reunión de este martes es que esos asuntos económicos se discutan en un foro diferente al de la mesa de diálogo. Esta última, con la búsqueda de nuevas formas de autogobierno como principal oferta del Ejecutivo central, tendrá un carácter eminentemente político. Y la intención es, cuanto menos, dotarla del contenido suficiente como para evitar que encalle, de nuevo, a las primeras de cambio. Por el momento, se sabe que en las próximas semanas los equipos de ambas administraciones empezarán a trabajar en la elaboración de "una metodología" que en principio no se pondrá en práctica hasta dentro de dos meses y medio. Así que, para empezar, ya han ganado algo de tiempo, objetivo prioritario para ambos. 

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