Pedro Sánchez sigue mirando a 2027. A pesar de que la relación con Junts sigue congelada, el jefe del Ejecutivo cree que la mayoría de socios del Gobierno quiere agotar la legislatura y confiesa que, según los sondeos que manejan en Moncloa y en Ferraz, el PSOE puede ser incluso primera fuerza en unas próximas elecciones generales.
Aunque los casos de corrupción y de conductas machistas han implosionado en el PSOE en las últimas semanas, el presidente del Gobierno ve el vaso medio lleno y tiene ganas de dar la batalla frente a la derecha. Este es el mensaje que salió del propio secretario general socialista tanto en sus declaraciones en abierto como en su conversación informal con los periodistas durante los actos de celebración del 47 aniversario de la Constitución en el Congreso de los Diputados.
Sánchez se posiciona como garantía de los servicios públicos frente a las privatizaciones y recortes del Partido Popular en este arranque del ciclo electoral, cuyo pistoletazo de salida se da con las elecciones anticipadas en Extremadura del próximo día 21. Ante los micrófonos, el líder socialista quiso dejar claro que el Gobierno pondrá todas las herramientas para garantizar la sanidad pública y universal en un momento en el que el escándalo del Hospital de Torrejón, en Madrid, está sacudiendo al Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso.
El presidente del Gobierno quiso reivindicar el artículo 43 de la Constitución, sobre el derecho a la salud pública a su llegada al Congreso, minutos después de que la líder madrileña tratara de rebajar ante la prensa el escándalo del Hospital de Torrejón aludiendo a que se trata de una “disputa entre directivos” y achacando a los medios que les han “colado” estas conversaciones parciales.
El 'caso Salazar'
Sánchez quiere poner la defensa del Estado del Bienestar en el centro de este ciclo electoral, como ya hizo en el arranque de la campaña de las extremeñas el pasado jueves en Plasencia, y denuncia las privatizaciones y recortes “que ejecuta la derecha en las administraciones que gobierna”. Pero se enfrenta a un huracán de informaciones negativas, especialmente por la mala gestión del caso de Francisco Salazar, ex asesor en el Palacio de La Moncloa denunciado por varias mujeres por acoso machista.
El presidente se pronunció sobre el asunto en una charla informal con periodistas en el Congreso señalando que asume en primera persona los errores de la gestión de los tiempos en la investigación. Según el secretario general del PSOE, no se ha cometido ninguna injerencia en los expedientes (las mujeres no fueron contactadas por Ferraz hasta esta semana después de que se abriera el proceso el pasado mes de julio).
El líder de los socialistas ha ofrecido “toda la ayuda” a las mujeres afectadas, aunque, como recordó, son las denunciantes las que deben acudir a la Fiscalía y no el partido, como recoge la legislación vigente. Asimismo, plantea la posibilidad de que se refuerce el personal en Ferraz encargado de hacer frente a este tipo de actuaciones. El jefe del Ejecutivo sostiene que no tiene ningún tipo de trato con su antiguo colaborador, una persona que le ha acompañado en primera línea desde la victoria en las primarias contra Susana Díaz.
Sánchez entiende que la ciudadanía ha podido ver tanto en este caso como en el de Santos Cerdán y José Luis Ábalos que ha actuado de manera “contundente” y que no ha habido ningún tipo de connivencia. Sobre el exministro de Transportes, el jefe del Ejecutivo lamentó en la charla con los periodistas que se dedique a esparcir calumnias, ataques y difamaciones muy graves y que afectan a personas incluso que no se dedican a la política, en referencia a su propia esposa, Begoña Gómez.
Paciencia con Junts
A pesar de esta presión política, Sánchez pone las luces largas hacia 2027 e insiste en que va a presentar los presupuestos generales. Sobre Junts, el líder socialista insistió en que hay que tener paciencia y confirmó que no hay ningún tipo de contacto en estos momentos con los de Carles Puigdemont.
Pero el presidente tiene la idea, según verbalizó él mismo, de que tiene mayoría para seguir sacando adelante algunos asuntos en el Congreso y además sostiene que su “impresión” es que la mayoría de los socios quieren aguantar hasta 2027. “Hay legislatura”, sostuvo el jefe del Ejecutivo.
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Como ya dijo en sus entrevistas en Rac1 y La 2 Cat, quiere agotarla para completar varios objetivos como la normalización de la situación política en Cataluña, ejecutar en su plenitud los fondos europeos y avanzar en derechos sociales en mitad de una ola reaccionaria.
Y Sánchez piensa que el PSOE puede ser primera fuerza política en unas elecciones generales, algo que indicó basándose en las encuestas internas que maneja. Ahora se tiene que enfrentar a las elecciones extremeñas: “Las campañas se nos dan bien. Es una comunidad con una dinámica propia”. Sobre los efectos que pueden tener estos comicios en clave nacional, el presidente contextualizó que son análisis hiperpolitizados que se hacen en círculos políticos y periodísticos pero que la realidad es que ahora la gente está pensando en las Navidades.
Tampoco tiene en mente el presidente hacer una gran remodelación de gobierno, y, por el momento, su plan pasa por ir sustituyendo puntualmente a los ministros o ministras que salgan por razones electorales como es el caso de María Jesús Montero para ir a Andalucía y de Pilar Alegría a Aragón ante el runrún de un adelanto electoral en esta comunidad.
Pedro Sánchez sigue mirando a 2027. A pesar de que la relación con Junts sigue congelada, el jefe del Ejecutivo cree que la mayoría de socios del Gobierno quiere agotar la legislatura y confiesa que, según los sondeos que manejan en Moncloa y en Ferraz, el PSOE puede ser incluso primera fuerza en unas próximas elecciones generales.