GUERRA COMERCIAL
Sánchez tiende el puente de la UE hacia China mientras el PP se enzarza en su propia batalla para erosionarlo

Tres horas de conversación. La reunión del jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, y el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en la Casa de Huéspedes Nacional Diaoyutai en Pekín supone el primer gran puente entre la UE y el gigante asiático en mitad de la guerra arancelaria lanzada de manera unilateral desde Washington por parte de Donald Trump.
Sánchez vuelve de su viaje oficial por Vietnam y China con el mensaje de que Europa no se va a quedar quieta en el nuevo contexto internacional a pesar de que Trump haya dado un periodo de negociación de tres meses para los aranceles. Aunque la visita estaba agendada con anterioridad, la presencia del presidente español en Pekín, el principal afectado por el envite de Estados Unidos, ha sido una señal a nivel internacional. El jefe del Ejecutivo remarcó el papel de “socio” de China, que es definido por la UE con la triple acepción de socio, competidor y rival sistémico. Ahora coge fuerza la connotación más positiva.
A pesar del enfado de Washington, España ha sido la encargada de enviar la primera prueba de acercamiento por parte de la mayoría de Europa hacia China en un momento de convulsión total y de nerviosismo incontrolable en los mercados financieros. La UE mira ahora a Pekín y apuesta por una mayor colaboración, remarcando que hay que armonizar a la vez el desequilibrio comercial a favor de Pekín. La idea del viaje de Sánchez lo evidencia: la nueva relación “no va contra nadie”, pero el mundo está cambiando (o ha cambiado ya).
Mientras el PP trata de enfrentar a Sánchez con la UE en los medios por el viaje a Pekín, el propio presidente señaló en la rueda de prensa tras la reunión que la posición está alineada con Bruselas y afirmó: “España es partidaria de unas relaciones más equilibradas entre la UE y China. Como miembro activo en la UE, ponemos énfasis en lo positivo para construir una agenda positiva España-China”.
A pesar de Génova, la Unión no ha dado muestra alguna de enfado con Madrid y, además, la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, es una persona de la máxima confianza política del líder socialista. El español no ha querido echar leña al fuego, sino que, al revés, la otra gran apuesta que ha lanzado durante estas horas ha sido: “Nadie gana en la guerra comercial, el mundo necesita necesita que EE UU y China hablen”.
De hecho, este mismo viernes el presidente del Consejo Europeo, António Costa, avanzó que la UE y China celebrarán una cumbre, con motivo de los 50 años del establecimiento de relaciones diplomáticas, en la segunda quincena de julio. El país asiático será el anfitrión.
Pekín mantiene el pulso con Washington
Sánchez ha sido el primer mandatario internacional que ha visitado a Xi desde que estalló la turbulenta guerra comercial. Además, en su presencia, el presidente chino materializó en público sus primeras palabras sobre el tema y pidió que la UE y China "protejan conjuntamente la tendencia a la globalización económica" y "se opongan a prácticas intimidatorias unilaterales".
"China y España son fuerzas positivas que apoyan el multilateralismo y la cooperación abierta", declaró Xi, quien indicó con motivo del encuentro con Sánchez que "no hay ganadores en una guerra comercial" y que "oponerse al resto del mundo significa aislarse". En este contexto, aseveró que Pekín "mantendrá la confianza y la compostura y se concentrará en hacer bien su trabajo sin importar cómo cambie la coyuntura externa".
A la vez, subrayó el papel de China y la Unión Europea como "firmes defensores de la globalización económica y del libre comercio", con la idea, al hilo, de que ambas parte tienen que "cumplir con sus responsabilidades internacionales" y proteger "la equidad, la justicia, las reglas y el orden internacionales". Estas palabras se produjeron en unas horas en las que China elevó del 84% al 125% los aranceles sobre todos los bienes de Estados Unidos para responder a Trump.
Sánchez vuelve a desenvolverse con esta reunión en la primera línea de las relaciones internacionales, uno de los flancos que más ha cultivado desde que llegó a La Moncloa (sabe varios idiomas, es un firme defensor de las relaciones multilaterales y ha impulsado que dirigentes de su partido ocupen puestos de primer nivel como Teresa Ribera, en calidad de vicepresidenta primera de la Comisión Europea, y Nadia Calviño, al frente del Banco Europeo de Inversiones).
"Entregar España al comunismo chino"
Pero el Partido Popular, a nivel nacional, trata de abrir un frente interno contra el presidente acusándolo de priorizar las relaciones con China frente a Estados Unidos. Las críticas han llegado desde el propio Alberto Núñez Feijóo: "Lo que sí me gustaría es que este viaje hubiese sido transparente y que se nos cuente a qué se fue, qué se concretó y si el presidente Zapatero una vez más, es el que marca la política comercial y la política exterior de España”. También ha sido muy dura la jefa del Ejecutivo madrileño, Isabel Díaz Ayuso, que ha acusado a Sánchez de “entregar España al comunismo chino”. Ester Muñoz, vicesecretaria del PP y una de las figuras que más proyecta Génova, ha llegado a decir que se debería haber cancelado ese viaje.
Durante estas horas, los populares han olvidado precisamente que ellos han intentado durante estos años reforzar los vínculos con China. El expresidente Mariano Rajoy llegó a hacer tres viajes oficiales al país asiático, en tanto que la entonces secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, firmó un memorando de entendimiento con el Partido Comunista Chino en 2013.
El propio Alberto Núñez Feijóo viajó a China en 2017 como presidente de la Xunta de Galicia y calificó de “pionera” esa visita para buscar incentivar las relaciones comerciales. Díaz Ayuso también ha recibido, por ejemplo, al embajador de China en España a finales de 2023, para “promover las relaciones y potenciar el intercambio comercial y cultural”. Y hace apenas unos días el presidente valenciano, Carlos Mazón, firmaba acuerdos con un dirigente del Partido Comunista Chino para relanzar actividades comerciales.