Andalucía

Susana Díaz logra manos libres del PSOE andaluz para romper con IU

Susana Díaz, durante su visita al colegio Miguel de Cervantes de Gibraleón, en Huelva, este 20 de enero de 2015.

Si Susana Díaz quiere romper el pacto con Izquierda Unida, tendrá el apoyo del PSOE andaluz. Y si decide (opción menos probable) ratificar su acuerdo y mantener su Gobierno, también tendrá el respaldo de los suyos. Tan simple como eso. 

Lo esperado, en cualquier caso, en la reunión que este martes mantuvo la presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A con los secretarios provinciales de su partido. Todos, menos la granadina Teresa Jiménez, que faltó por un asunto personal, y con la que ya había hablado previamente el secretario de Organización, Juan Cornejo, que asistió a la cita en la sede regional. Díaz les expuso la situación de "inestabilidad" que sufre su Ejecutivo desde hace varias semanas, y que ella misma reconoció por primera vez el lunes, durante una visita a un colegio en Jerez de la Frontera. 

La raíz de la desconfianza entre los dos socios parte con el paso a la primera línea del diputado nacional y secretario de Proceso Constituyente y Convergencia de IU, Alberto Garzón, apadrinado por el coordinador andaluz, Antonio Maíllo. Ambos, según sienten los socialistas, comenzaron a "bombardear" a sus tres compañeros que se sientan en el Gabinete –Diego Valderas, el vicepresidente, y los consejeros Elena Cortés y Rafael Rodríguez– marcando gestos de distanciamiento con el PSOE.

Este esgrime su memorial de agravios. El principal lamento, y lo que acabó por tensionar las relaciones, el anuncio aprobado por la asamblea de balance de IU, el 21 de diciembre, de que se convocaría para el verano un referéndum a la militancia para evaluar el cumplimiento del pacto suscrito en 2012. La consulta se convocaría, no obstante, siempre y cuando no salieran adelante algunos de los compromisos legislativos firmados por los dos partidos. Un anuncio contra el que Díaz salió en tromba, porque lo entendía como un intento de "poner fecha de caducidad" a su Gobierno. Una eventual salida de IU dejaría a la presidenta muy debilitada, ya que su partido no es la primera fuerza en el Parlamento autonómico. Lo es el PP. Díaz tendría entonces un limitado margen de maniobra. 

Más quejas del PSOE: que IU adelantara su voluntad de pedir una comisión de investigación sobre todos los casos de corrupción, que Maíllo sugiriera una posible remoción de sus consejeros –decisión de la presidenta–, o que Valderas reiterase su intención de viajar a los campamentos saharuis de Tinduf

Escenario de crisis total

Díaz, pues, presentó un escenario de crisis profunda con sus socios en el bipartito. Casi de ruptura. Pero no adelantó cuál será su posición definitiva, si se atreverá o no a convocar elecciones anticipadas (como la mayoría cree) o hará un último intento por recomponer el pacto. Su decisión no puede demorarse mucho. Si quiere llamar a los andaluces a las urnas para el 22 de marzo –el último domingo disponible antes del comienzo de la Semana Santa–, tendría que citar a su Consejo de Gobierno, como máximo, para el lunes, para deliberar sobre el asunto y firmar a continuación el decreto de disolución del Parlamento para que se publique el martes, 27 de enero. Ubicar las andaluzas en abril ya sería un riesgo mayor, porque la campaña se contaminaría del eje nacional, dada la cercanía de las municipales (y autonómicas en 13 CCAA) del 24 de mayo.

Durante la reunión, según confiaron a este diario varios de los presentes, todos los líderes provinciales le mostraron un cerrado respaldo. Sea cual sea el camino que ella elija, lo respaldarán, porque creen que se guiará por un único criterio: optará por aquello que sea "lo mejor para los andaluces", tal y como lo expresó a la salida el secretario cordobés, Juan Pablo Durán, uno de los hombres de mayor confianza de la presidenta. 

"Hay confianza absoluta en lo que ella haga", sintetizaba un barón provincial. La composición que se hacen los socialistas es que la coyuntura actual es la que ofrece menos riesgos, pues todavía se está a tiempo de vencer el fenómeno Podemos, dado que el partido de Pablo Iglesias no se ha articulado aún en la comunidad. También abona el terreno el hecho de que el PSOE podría volver a ser primera fuerza –un balón de oxígeno tras la decepción de 2012–, que el PP está hundido y que IU aún no ha sufrido el mismo mordisco que en otros territorios por parte de Podemos. Una victoria de Díaz, además, ayudaría a tirar de los candidatos a las municipales.

Y, claro está, le dejaría abierta la puerta a escalar hasta Madrid en caso de que se produjera un cataclismo el 24-M y ella fuera llamada (otra vez) a dar el paso, en esta ocasión para ser la cabeza de lista a la Moncloa, en un previsible duelo interno con el secretario general, Pedro Sánchez, que ha repetido hasta la saciedad que nadie le alejará de la competición. Díaz, no obstante, rechaza entrar en esa hipótesis –"no tengo tiempo para primarias ni nada de eso", respondió este martes– para incidir en que su compromiso sigue siendo con su tierra. Para cuando se celebren formalmente las primarias presidenciales, el 26 de julio, ella habrá dado a luz a su primer hijo.

Los líderes provinciales no pusieron objeciones a los planteamientos de Díaz respecto a su crisis con IU. Sí concluyeron que, pese a que la decisión no está tomada, hay demasiados obstáculos para seguir adelante con el pacto. A muchos dirigentes socialistas les desconcierta cómo IU "quiere estar con un pie dentro y otro en la oposición". Máxime si se tiene en cuenta que el PSOE-A, que ha dirigido Andalucía durante más de tres décadas, tiene "completamente asimilado estar en el Gobierno", como expresaba uno de los barones. 

Un partido "activado"

Díaz contaría, además, con un partido "activado", que ya se había comenzado a movilizar de cara a las municipales. De modo que un adelanto de las autonómicas no supondría más que "echar más carbón a la caldera", en expresión de uno de los asistentes. 

"No hay novedad", dijo la presidenta al término de la reunión, que se prolongó durante cerca de dos horas en Sevilla. Antes había visitado un colegio público en Gibraleón, en Huelva, y había trasladado su mensaje del día: que las cosas estaban igual que 24 horas antes. Es decir, que seguía sintiendo inestabilidad en su Gobierno. Emplazó a su socio a que "recapacite" y se piense qué hacer. "Hemos de saber que estamos en un Gobierno que es la esperanza para muchos ciudadanos y si no es así, pues hablarán los andaluces, que tienen todo el derecho (y lo harán) antes de que decidan 4.000 militantes de IU, del PSOE o del PP", recalcó, para reiterar que Andalucía quiere un "Gobierno fuerte y sólido", y ella no permitirá que ocurra "como en Cataluña". O sea: "Que todos los días estemos en los periódicos por una pelea entre dos a ver quién le va mejor en el ámbito electoral". 

Si Díaz insiste en que es "evidente" que le falta "estabilidad", IU insiste en lo contrario. En que la hay. Así lo dijo una y mil veces Valderas, que compareció en rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno para presentar dos proyectos de ley estrella de su departamento: la Ley de Memoria Democrática y la de protección de los consumidores y usuarios de productos hipotecarios. "Hay mucho tajo por delante", verbalizó, para insistir en que el Ejecutivo sigue trabajando "con normalidad e intensidad". 

Maíllo: no hay "intención" de convocar un referéndum

Valderas empleó la misma expresión que usaría por la tarde Maíllo: no hay "razones objetivas para mover nada" en el Gobierno andaluz. Como gesto de distensión, recordó que "no hay ningún referéndum convocado" en IU. Es más: "Tenemos intención de no convocarlo porque queremos que se cumplan las condiciones y no haya necesidad". "Si no lo hemos convocado y no hay intención de hacerlo porque queremos que se cumplan las normas, ¿dónde está el problema?", preguntó directamente al PSOE-A. El líder de IULV-CA contestó que lo que quieren los socialistas es buscar "una excusa para adelantar las elecciones". Les apremió a que "lo digan" y "sean claros". El coordinador mantendrá este martes una reunión con sus ocho batrones provinciales para que "conozcan la situación y se sientan bien informados directamente". Recordó, además, que lo aprobó la asamblea de diciembre fue autorizar a la dirección regional a convocar una consulta en junio en caso de que no se hayan concretado las cinco leyes prioritarias para la formación. 

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En la misma línea que Maíllo terció desde Madrid Alberto Garzón: no hay problema de "estabilidad" y culpó a Díaz de buscar "excusas" y de "no estar pensando en los andaluces". "Si lo hiciera, estaría poniendo en marcha el contenido del pacto programático que acordó con IU". Y sobre la consulta, recalcó que no está convocada. "El referéndum no es sí o sí", dijo, y negó que se haya "reculado", informa Europa Press. 

Pero al PSOE no le parecen suficiente esas palabras. Fuentes muy próximas a Díaz insistieron a este diario en que no basta con decir que hay estabilidad, sino que hay que "darla" al Ejecutivo. ¿Cómo? "Rectificando", dando marcha atrás, desandando el camino, o haciendo que el mismo órgano que aprobó la opción del referéndum lo revoque. "Elllos han ido más lejos de lo que deberían. Deben asumir que ni PSOE ni IU pueden preguntar a sus militantes sobre esto". O sea, que los socialistas buscan de sus socios un gesto contundente e inequívoco que espante toda posibilidad de distanciamiento... ahora y en los próximos meses. Si no, no habrá forma de salvar el bipartito. 

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