Joaquín Jesús Sánchez conecta 'La invención de la tradición' y 'Los vengadores' para explicar la realidad

El crítico de arte, escritor y comisario independiente, Joaquín Jesús Sánchez.

Joaquín Jesús Sánchez es crítico de arte, escritor y comisario independiente. Rodeado de cultura en todas sus facetas, resalta que esta categoría es muy amplia: “Va desde los trajes regionales hasta cómo hacer una mazamorra, pasando por Wagner y Kieślowski”. El columnista de infoLibre defiende que la cultura puede aportar muchas cosas a nuestras vidas pero, desde luego, “ser culto no te hace bueno”, al igual que ser ignorante no te hace malo.

La prueba la encuentra en el pasado, pues algunas de las mentes más brillantes no supieron entender “lo que pasaba delante de sus narices”, mientras que “cráneos privilegiadísimos” se han dedicado a “las tropelías más espantosas”. En definitiva, el arte puede ser emancipador, pero no necesariamente te hace buena persona. De hecho, advierte que la cultura también puede ser “reclamo de idiotas vanidosos”. 

El escritor destaca que explicar la actualidad a través de obras de ficción es algo “fullero y peligroso”, a la vez que extremadamente complicado sin caer en “la estupidez perezrevertesca del 'todo está en Homero'”. Reconoce, eso sí, que hay casos en los que algunas personas vaticinan el futuro y aciertan, como asegura que ocurre con los “críticos culturales frankfurtianos”, pero no es frecuente.

Sin embargo, en un esfuerzo por recomendar una obra que nos ayude a comprender el presente, nombra La invención de la tradición, un ensayo de Eric Hobsbawm, considerado uno de los grandes historiadores del siglo XX. En esta obra, el autor trata de hacer ver cómo muchas “tradiciones inventadas” (o “atávicas costumbres”, apostilla) que se presentan como centenarias en realidad han sido creadas o recreadas en épocas muy recientes. En este ensayo se explica cómo esta invención de tradiciones fue un elemento clave en la estabilidad de sociedades en proceso de cambio. Los escoceses o galeses –antiguos pueblos sin Estado–, la India británica o Estados europeos en África han recurrido a esta estrategia para buscar su legitimidad. Hoy en día estas falsas tradiciones se siguen empleando como argumentos en la política nacional e internacional, y por ello Sánchez recomienda esta lectura. 

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En el ámbito audiovisual, encuentra ciertas semejanzas entre Los vengadores (2012) y el mundo actual. Esta película, basada en los cómics de Marvel, tiene como protagonistas a diferentes superhéroes que se unen para vencer una amenaza extraterrestre. A pesar de que aparentemente parece imposible establecer analogías entre esta ficción y la realidad, Sánchez ve como un reflejo de nuestra sociedad la combinación de “gente vestida rara, las luces de colores, el enorme desconcierto, el villano histriónico y las amenazas disparatadas venidas de otros planetas”. 

A la vez que considera peligroso explicar “la coyuntura” a través de una obra de ficción, advierte del peligro actual que existe con las fake news. Sin embargo, apunta que “no hemos inventado nada”. Ya en el siglo XIII antes de Cristo, durante el mandato de Ramsés II, se podía ver el germen de lo que serían noticias falsas. El faraón, uno de los más recordados del Imperio Nuevo, hizo retratar sus glorias militares contra los hititas en el famoso templo de Abu Simbel para realzar su reputación como guerrero. No obstante, el final de la batalla estuvo más cerca de ser un empate que una victoria aplastante para Ramsés II. Con esto, Sánchez considera que al llevar siglos llevándose a cabo estas prácticas, tampoco es "algo que vayamos a solucionar”. De hecho, bromea con que el mejor consejo para sobrevivir a estas fake news es “inventarte las tuyas propias”. “También acaricio la idea de tener una columna llamada 'El gorrito de papel de plata' donde combatir el fuego con fuego”, añade divertido.  

Por último, insta a los lectores y lectoras de infoLibre a disfrutar de la cultura –como asegura que él hace con la pintura, la ópera o la gastronomía– porque “gozar es afirmar la vida”. "Es el único deber moral", sentencia.

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