Actos fallidos

Siempre me ha parecido curiosa esa frase de “uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras”, y eso les pasa a los políticos en muchas ocasiones, ya que su subconsciente les juega malas pasadas y acaban diciendo lo que piensan y no lo que quieren decir para seguir manteniendo mentiras, falacias y hasta corruptelas.

Estos “actos fallidos” que expresan el verdadero pensamiento de estas mentes es a lo único que nos podemos agarrar para adentrarnos en los procelosos procesos que se llevan a cabo dentro de sus cerebros. Siempre tienen la excusa de “se ha sacado de contexto”, pero cualquier freudiano sabe que estos cortocircuitos no tienen una clara explicación ya que dejan a la luz aquello que queremos reprimir en nuestro interior, que queremos ocultar con una acción consciente totalmente contraria a nuestro deseo inconsciente.

Seguramente la ex alcaldesa de Pamplona tenía muy claro que dirigía un insulto hacia sus oponentes poniendo a las trabajadoras de la limpieza en el lugar más bajo, más proletario, frente a su elevado estatus social

No digo que el “prefiero fregar escaleras antes que pactar con Bildu” sea un acto fallido, más bien al contrario, en este caso seguramente la ex alcaldesa de Pamplona tenía muy claro que dirigía un insulto hacia sus oponentes poniendo a las trabajadoras de la limpieza en el lugar más bajo, más proletario, frente a su elevado estatus social. Rebajarse a eso es bajar hasta lo más penoso y rastrero para esta señora. Ahora nos dirá que lo han sacado de contexto.

Aquí sí que podemos referirnos a la frase del principio, ya que mejor haberse callado que vomitar palabras que ofenden, o a lo mejor sí que fue un acto fallido y su inconsciente le jugó una mala pasada. 

No hay ninguna necesidad de defender a quien friega escaleras o recoge nuestras basuras, sin ellos nos comería la mugre en muchos casos, su dignidad y su esfuerzo son tan excelentes como el de cualquier trabajador, el que está en una fábrica o en una oficina, el que labra o el que limpia tuberías. Los trabajadores somos personas que madrugamos para ganar un sueldo y vivir con honradez y decoro, luchamos por nuestros hijos, nuestros padres, nuestros maridos y mujeres. Esto es lo más decente e íntegro que una persona puede hacer porque al final somos los que hacemos avanzar la sociedad y los que la sostenemos con nuestros impuestos. 

Así que, señora, más le valdría fregar escaleras, eso sería señal de su capacidad de tener un papel de decencia y compromiso con la sociedad.

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Martín Cucalón es socio de infoLibre