Una juventud desinformada es peligrosa
A mis años, y después de haber visto un país en bronca eterna, me veo en la incógnita de cómo explicar a los jóvenes que no conocen la historia lo que puede llegar si ellos no se levantan con ideas basadas en principios morales y éticos y hasta espirituales (que no significa religiosos) para tener una España mejor, porque lo que viene es muy serio y está basado en una corriente occidental que vota a locos fascistas queriendo recuperar lo que muchos no deseamos. La locura llega a que Netanyahu pida el Nobel de la Paz para Trump. El que está liquidando Gaza para hacer un resort turístico.
He visto una película maravillosa que me hace pensar en ello. El maestro que prometió el mar explica perfectamente la España de posguerra, que es precisamente la que quieren recuperar en la derecha más radical europea, la española, porque se basa en algo terrible que arrastra voluntades: la patria. Ese nombre que no se sabe por qué engaña a muchos ignorantes para que fascistas recuperen el mando. Y en esa película se ve lo que ocurrió aquí, en cada pueblo, en cada ciudad, y que ya –muy ligado a ello– lo explicó precisamente muy bien Patxi Andión con su canción El Maestro. Sí, porque esos maestros que trataban de enseñar principios básicos de la vida, o simplemente pensar por sí mismos, estaban prohibidos.
La ignorancia de los jóvenes, muy bien dirigida por el fascismo, muestra un futuro que les decepcionará al poco de llegar
Hoy vemos a Trump castigar económicamente a Harvard, una de las más prestigiosas universidades del país, o cómo Ayuso cercena a esas mismas universidades de Madrid con una financiación ridícula. Porque ellos saben que la universidad y la cultura son sus enemigos.
Yo solo puedo explicar esto a mis nietos, pero no puedo extender este proceso a una juventud que todo lo hace a través de las redes sociales, que por desgracia usa la derecha radical fascista con profusión. Y ellos son los que deben cambiar el mundo, aunque ahora parece que hay demasiados que votan al fascismo por culpa de una tecnología mal intencionada. Y en mis charlas familiares veo que la ignorancia de los jóvenes, muy bien dirigida por el fascismo, muestra un futuro que les decepcionará al poco de llegar. Pero ya será tarde, porque no hay una corriente de información suficiente para que se enteren de ese futuro que nunca creímos que volvería.
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Cesar Moya Villasante es socio de infoLibre.