New York City
A Juanito Cuenca no le daba la vida ni el móvil. La rotundidad de los titulares en el nuevo orden mundial le cabreaba. Las actualizaciones le cabreaban. Su IPhone le cabreaba. Los Patriots.eu le cabreaban. Trump más bien le sobrepasaba y le ponía de mala hostia. No le daba la vida ni el móvil. Llovía sobre mojado y el IPhone decía que no. “Este tío –Trump– está dinamitando el sistema desde dentro”, observó Juanito Cuenca tras merendarse el artículo que le había servido El País en papel impreso. “Otro Macallan con hielo, por favor”. Solicitó al percatarse que el siguiente era sobre Abascal.
Nueva York le ha dado una hostia con la mano abierta a Donald Trump. De esas que más que doler, ofenden, y sabido es que este sujeto es muy susceptible a la ofensa, además de otras cualidades que no me merecen el esfuerzo de adjetivar. Trump la puede y la va a liar parda. Tiene adeptos incondicionales, 70 millones de votantes, y mucho “cash” para ello, para liarla. Le importan una mierda los derechos de la ciudadanía. Para este tipo los migrantes no son más que “traficantes de drogas, criminales o violadores”. La economía pasa por la desregularización de la extracción de petróleo y gas o lo que viene siendo: barra libre para perforar el planeta. En lo concerniente a sanidad no tiene programa, excepto derogar el Obamacare, la ley que subvenciona parcialmente el pago del seguro de salud de los que menos tienen. Su estrategia sobre el aborto es derogarlo por estados. Su política exterior es anexionarse lo que le venga en gana, hoy Canadá, pasado el Canal de Panamá y al otro Groenlandia.
Trump la puede y la va a liar parda. Tiene adeptos incondicionales, 70 millones de votantes, y mucho “cash” para ello, para liarla
Zohran Kwame Mamdani, actual alcalde electo de Nueva York y nacido en Uganda, quiero pensar que va a realizar una política social progresista, aun a riesgo de equivocarme -que es lo más probable-.
Juanito Cuenca apuró el Macallan con hielo y el cigarro en la terraza DelPerdidos, atenuó el cabreo que arrastraba con el móvil y la lluvia, pero no pudo mitigar ese déjà vu que se cernía como una epidemia, de las que dejan tras de sí mucho muerto. "Tiempos oscuros para cambiar de móvil", pensó.
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Pako Martí es socio de infoLibre.