El nuevo mundo y la vieja España

César Moya Villasante

Entre las muchas noticias que se producen cada día sobre nuevas tecnologías, la IA o el nuevo mundo digital, se pueden destacar algunas para darse cuenta de dónde está nuestro país.

Por ejemplo y literal: China declara la inauguración de una planta nuclear de Torio. Este elemento es un metal radiactivo derivado del uranio. Cito esta noticia porque China está hoy en día más avanzada tecnológicamente hablando que el resto del mundo que se considera el poder económico, y que está mejor para un futuro incierto que casi nadie puede predecir, citemos a USA o a Rusia, aunque no conocemos los avances de países que están en silencio, pero con gran poder técnico, como India o Irán.  El mismo día que leo esta noticia me entero de que en España Vox ordena eliminar el carril de bicicletas y eliminarán también los centros limitados en circulación, o sea, que lo de la contaminación les parece algo ideológico, e insisten en que harán obligado el famoso acuerdo no confirmado de la escucha del feto a posibles mujeres dispuestas al aborto. Todo ello entre otras lindezas, como la multiplicación de los festejos taurinos y todo lo conseguido con los votos de muchos españoles.

Quizá para no hacer trágica esta comparación podría ser una noticia de humor, pero es real. Aunque los medios españoles, muchos de ellos de tv/radio y papel me merecen ya poco crédito, pero es noticia que se ha producido ya en varias Comunidades para entrar a su gobierno gente que parece que viene de la Edad Media. Es una noticia que nos explica a dónde vamos cuando se ven avances mundiales tecnológicos tremendos en los que tendría que estarse pensando. Por ejemplo, ya hay datos que explican que la IA puede automatizar el 50% de los trabajos, con lo que la producción puede aumentar mucho en el mundo, se habla de muchos billones, aunque lo que puede encerrar un tema positivo nos lleva a un problema enorme de empleo a estudiar, pero cómo vamos a estudiar cualquier asunto con este tipo de gente que se consideran en poseedores de la única verdad posible. Y además les votan a algunos masivamente.

Esto que narro sin explayarme en las bobadas que veo y escucho cada día podría componer un entreacto cómico en cualquier teatro, pero por desgracia nos llega apoyado en lo que llaman democracia, o sea, en un país que desea retroceder y vivir una España que muchos ya conocimos y creíamos superada. Pero el capital ha comprado todo para hacer posible este retroceso. Cuando se compra la comunicación, o las corrupciones se tapan, esto ocurre porque hay demasiada gente en este país que se sienten defendidos por un sistema que aún no ha entendido la democracia en su aceptación real. Lo que vivimos es un paripé que la juventud no ha entendido porque será la que pague las consecuencias de volver al siglo XX y en algunas materias incluso antes. 

Pero los cambios están ahí, la IA ya se utiliza y sus controles no están ni pensados, el metaverso aún no sabemos en qué va a influir en el empleo y en muchas otras cosas, porque puede repercutir en que las reuniones de negocios bajan estrepitosamente generando problemas hasta en la hostelería, la aviación tendrá que cambiar su filosofía hacia combustibles biológicos y tipo drones, algo que supondrá un cambio en muchas materias, y todo esto exige, de momento, no perder el tiempo en una política basura de toma y daca para no hablar de lo urgente, y después, generar acciones que estudien las repercusiones en el empleo y en toda nuestra vida para prevenir lo que ya está aquí y que va a una velocidad del rayo. Y exceptuando las empresas que están haciendo cambios, en nuestra vida conocida perdemos el tiempo de forma preocupante con políticos que viven su verano azul. Con un peligro enorme de quedarnos atrás en un momento clave de la historia. Y con los toros ejerciendo de cultura.

En nuestra vida conocida perdemos el tiempo de forma preocupante con políticos que viven su verano azul. Con un peligro enorme de quedarnos atrás en un momento clave de la historia. Y con los toros ejerciendo de cultura

Pero aquí creo que es importante hablar de nuestros jóvenes, esos que siempre fueron capaces de cambiar cosas, de cambiar el mundo. Este tiempo recoge a una parte de esos jóvenes en silencio, culpa de ese trumpismo que llegó para envilecer nuestras vidas, nuestro avance y ha generado una situación en la que observamos incluso cómo los jóvenes votan a ese trumpismo que es el nuevo fascismo capaz de llevarnos a un desastre de nuevo. Los motivos pueden ser varios: desencanto de una democracia demasiado lenta para resolver problemas, poca esperanza en el futuro, falta de ilustración de los problemas que nos rodean, poco interés de la política actual en lo que tienes de basura o no conocer bien nuestra historia que algunos quieren ocultar. Pero el caso es que nuestros jóvenes, en una parte importante, votan a personajes penosos que nos quieren devolver al siglo XX. ¿Por falta de esperanza? No lo acabo de entender.

Por ello creo vital que la izquierda empiece a pensar en ese perfil de jóvenes decaídos importantísimos para progresar. Porque ellos son los que se pueden adaptar mejor al mundo digital, porque lo han vivido ya desde siempre y su creatividad puede desarrollar procedimientos de interés. Lo del feminismo está muy bien pero no nos damos cuenta de que sin jóvenes revolucionarios que salgan a la calle, no tenemos un cambio necesario. A no ser que lo que explica España con sus votaciones futuras es que se quiera, de verdad, volver al siglo pasado, porque un voto a la derecha en estos momentos es para demostrar que esa satisfacción que tenía la derecha por una transición que nos llevara a la democracia, no era sincera. Quizá a España no le gusta avanzar y por eso puede ganar Feijóo, que es la garantía más segura de que nos quedemos de nuevo en aquella vieja España. Patria y Bandera. El 23J lo sabremos.

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César Moya Villasante es socio de infoLibre.

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