Berlinale

Brilla la guatemalteca ‘Ixcanul’ como lo mejor del sábado en la Berlinale

Las actrices Maria Telón y María Mercedes Coroy a su llegada al estreno de 'Ixcanul' en la Berlinale.

CAROLINA G. GUERRERO | NOTICINE | INFOLIBRE

El buen olfato de los enviados de la Berlinale en el último San Sebastián les hizo seleccionar del apartado industrial Cine en Construcción la opera prima del guatemalteco Jayro Bustamante, Ixcanul, un drama indígena con actores reales, que ante la sorpresa general acabó no en un apartado paralelo, sino en la mismísima Sección Oficial, en competencia por el Oso de Oro.

Se ha convertido así en la primera cinta guatemalteca en optar a premio en el certamen alemán, y de rebote, este sábado, en la cinta mejor recibida de las tres presentadas, por delante de la franco-belga Journal d'une femme de chambre y la cinta local Victoria, protagonizada por la española Laia Costa.

Ixcanul no ganó en el Cine en Construcción donostiarra el pasado septiembre, pero se llevó una mención especial y una propina mucho más interesante: la selección para la Berlinale, donde este sábado ha logrado los más calurosos aplausos de la jornada. Sería exagerado hablar de posibilidades de premio, porque queda mucha tela por cortar, pero al menos se llevará el honor de haber superado a cintas más caras y con mejores expectativas.

El guión, escrito por el propio Bustamente, sigue la cotidianeidad de María, una adolescente indígena maya de 17 años, que vive con sus padres en una finca cafetalera, en las faldas del volcán guatemalteco que da título al film. Un matrimonio arreglado la espera, proyecto que no quiere aceptar, pero del que no puede huir. María intentará cambiar su destino a pesar de su condición de mujer indígena. Pero una complicación con su embarazo la obligará a salir en búsqueda de un hospital: el mundo moderno con el que tanto soñó le salvará la vida, pero a un precio demasiado alto.

Los hermosos paisajes centroamericanos arropan la sensibilidad de Bustamante en una historia sencilla pero muy poderosa, hecha con mucha más voluntad que dinero, con capacidad de emocionar y sobre todo de acercarnos a una realidad que rara vez llega a las pantalla comerciales del resto del mundo.

Aquí, Jayro Bustamente ha contado que tardó tres meses en seleccionar a sus actores principales, todos ellos no profesionales, a los que cazó poniendo en un mercado el cartel "se ofrece trabajo", tras fracasar antes con otro que anunciaba un "casting". Más adelante, y con la entrada de coproductores franceses, Ixcanul ha podido alzar el vuelo brillantemente en Berlín y esperamos bastante más de este cineasta guatemalteco.

Frente a la inexperiencia de Bustamante, que sólo había rodado cortos antes de debutar en el cine largo, encontramos en la misma pantalla la veteranía del francés Benoit Jacquot, quien de la mano de la actriz de moda Léa Seydoux vuelve a contar una historia antes llevada al cine en Hollywood, aunque dirigida por Jean Renoir, y en Francia por el aragonés Luis Buñuel, Journal d'une femme de chambre, basada en la novela interclasista de Octave Mirbeau, con más de un siglo de existencia.

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Este remake o nueva versión no ha generado unanimidades. Al contrario, los comentarios han sido diversos. Jacquot ha proclamado –y la tarea desde luego no era fácil– que cree haber logrado la adaptación más fiel al libro, vanguardista para su época, al presentar a un personaje femenino poderoso, pese a su humilde origen, en medio de la mediocridad de los burgueses de provincias que la contratan como criada.

Tampoco ha levantado pasiones la alemana Victoria, de Sebastian Schipper, situada precisamente en esta antigua y nueva capital alemana (tras la larga pausa de Bonn mientras existió la RDA). El antes actor que director ha escrito esta historia sobre una joven española (Laia Costa), que trabaja como camarera en un bar berlinés, y en su noche libre, en una discoteca, conoce a una banda de jóvenes más o menos contraculturales, y se deja llevar a una peligrosa aventura.

Schipper aporta un valor suplementario a un relato no especialmente original ni bien tratado, demasiado largo en metraje y en repetición de situaciones: lo ha filmado en plano secuencia o tiempo real, si prefieren, lo cual ensalza la labor de los actores, y precisamente la labor de Costa, cuya principal experiencia previa ha estado en teleseries españolas, y aquí brilla por su naturalidad y credibilidad interpretativa. Sin embargo, virguerías con la cámara aparte, Victoria más bien ha decepcionado.

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