Alba Flores: "Necesitaba hacerme una idea de cómo fue la relación de mi padre con las drogas"
España vivió en 1995 una primavera en estado de shock generalizado. Un mes de mayo hace ya treinta años especialmente dramático para, muy probablemente, la familia más popular y constantemente expuesta de un país, el nuestro, que quedó conmocionado con la muerte el día 16 de la icónica Lola Flores y la de su hijo Antonio catorce días después. Claro que, de puertas para dentro, fue Alba Flores la que quedó más traumatizada por la pérdida consecutiva de su abuela y de su padre, pues no otra cosa eran para la pequeña de entonces apenas ocho años aquellos populares artistas.
En aquel momento empezó para ella un duelo marcado por el silencio pero nunca por el olvido que ahora, tres décadas después, encuentra por fin su sanación a través de Flores para Antonio, la película documental que llega este viernes a los cines y en la que la propia Alba, acompañada por los cineastas Isaki Lacuesta y Elena Molina como directores, explora la vida y obra de su padre desempolvando vídeos caseros, fotos, dibujos, imágenes de archivo y su propia música.
Un collage de recuerdos que emergen repletos de respuestas para Alba en su empeño de encontrar y entender quién fue su padre, ausente pero ubicuamente presente durante todo este tiempo. A la entonces niña y ahora actriz de éxito le acompañan en este viaje su familia —incluidas su madre, Ana Villa, y sus tías, Lolita y Rosario Flores—, y reconocidos artistas y amigos como, entre otros, Antonio Carmona, Ariel Rot, Joaquín Sabina o Silvia Pérez Cruz. El resultado es, según las palabras de Alba, "una película documental que celebra la vida y la obra de Antonio Flores", y que responde a "preguntas" e "inquietudes" personales. "También es una reunión familiar muy particular", añade a infoLibre.
"Hay algo de traerle aquí, de mantener vivo su recuerdo y reivindicarle como persona, como joven, como chaval, como actor, como músico, como amante de mi madre, como amigo también", continúa, destacando la principal enseñanza que le ha hecho su padre a través de todo este proceso de recuperación de memoria personal y familiar: "La libertad de ser y la tranquilidad de mostrarse como uno es". Y explica, asimismo, que en este "viaje" ha podido dejar de ver a su padre "fuera y más borroso" para tenerle "dentro y más definido y más presente". "Incluso la sensación de él", apostilla.
"Esta empezó siendo la película de Antonio, la película de un padre perdido, pero enseguida nos dimos cuenta de que la película era cómo Alba le buscaba a él y cómo intentaba recuperarle", apunta por su parte Lacuesta, al tiempo que confiesa a infoLibre que él personalmente no sabía que Antonio había sido "tan transparente siempre contando su historia". "Cuando nos preguntábamos cómo hablar de las adicciones, o de sus dolores y su vida íntima, veía sus entrevistas y es que él lo contaba todo. En todo tipo de programas y hablaba de toda su vida", señala, explicando que justo por eso Flores para Antonio es un film igualmente honesto y veraz: "Su vida era como el Show de Truman. Todo el rato está ahí expuesto y él lo vive así. Y de algún modo Alba ha heredado esa transparencia y esa forma de ser".
La transparencia se convierte así en una característica repetida y esencial de este documental. Por pura necesidad, además, pues así lo necesita Alba para explicárselo todo a ella misma y también a los demás. Y añade el cineasta: "Quizás una cosa que hemos entendido haciendo la película es que en la familia Flores la diferencia entre público y privado saltó por los aires hace millones de años. Como dice Antonio, que se hizo famoso al salir de la vagina de su madre. Esto lo han vivido ellos, lo ha vivido Alba y, por eso, es lógico que su forma de entenderse sea a través de una película y de su conexión con el público. Nuestro papel ahí es ayudarla a hacer esta película".
Una cinta que, según Molina, parte de algo totalmente íntimo pero puede terminar apelando de una manera muy universal a cualquier espectador, ya que en realidad "en todas las familias hay conversaciones pendientes, ausencias y duelos" que hay que afrontar en algún momento. "Alba necesita enfrentarse a ese duelo no resuelto y para eso tiene que enfrentarse a muchas conversaciones pendientes", continúa la cineasta, mientras Alba tercia para proseguir: "Quien tenga la oportunidad de hacerlo y sienta que puede hacerlo, que no se lo pierda, porque ahí hay muchos regalos. Si no lo hacemos más es porque hemos heredado un tipo de educación del pasado, de cuando las cosas eran de otra manera que no nos ayuda demasiado y no nos facilita la vida".
Y todavía continúa, comentando la emoción desbordante que atraviesa la pantalla durante todo el metraje hasta llegar al llanto compartido: "Para quien tenga la oportunidad, es una maravilla. También creo que hay gente que ni siquiera tiene la oportunidad de hablar porque realmente en su familia es muy difícil hacer este tipo de cosas. A esas personas les recomiendo muchísimo que vayan a terapia, ya que a mí me ha ayudado muchísimo. No sé si la película es muy emocional o que en mi familia no le tenemos miedo a las emociones que forman parte de la vida, porque también hay mucho sentido del humor en el documental, mucha música, mucha filigrana artística y hay algunas reflexiones importantes también. En mi familia no le tenemos demasiado miedo a abrazar y vivir las emociones. Igual eso llama la atención".
En la familia Flores la diferencia entre público y privado saltó por los aires hace millones de años
En este proceso siente incluso Alba más unida todavía a su familia en torno a la figura de su padre pues, aunque nunca hayan estado "desunidos", sí que están ahora en un momento de sentirse "muy juntos y muy cercanos", algo que se toma como un "regalo" que hay que agradecerle también a Antonio. "Es un momento bonito en la familia. En un sentido diferente al que lo era en los vídeos del pasado, pues otra época distinta, pero hay una especie de bella comunión", asegura, recalcando al mismo tiempo que en este documental "se celebra muchísimo la alegría". "Y el derecho a morirse de pena también. Las dos cosas", puntualiza.
"Pero sí he buscado que sea más alegre y más celebrante de la vida, porque siento que realmente en el resumen de su paso por la existencia él estuvo muchísimo más en celebrar la vida que en esta pesadumbre dolorosa por las pérdidas o las carencias", resalta, aprovechando para poner en valor el mensaje que dejó Antonio "de comprometerse con el mundo desde la libertad, con unos valores que ya entonces estaban ahí, pues apuntaba muchas maneras en una época en la que tampoco eso estaba tan en boga y no había tanto despertar de conciencias". Y añade: "En ese sentido, él nos dio canciones que podemos seguir cantando hoy en día en muchas manifestaciones de diferentes temas".
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Con la honestidad por bandera, no podían faltar en Flores para Antonio las adicciones, algo que "él mismo contaba muy bien en las entrevistas y en las canciones". "Yo necesitaba hacerme una idea de cómo fue su relación con las drogas, cómo fue su vivencia de eso lejos de prejuicios adquiridos por la sociedad, de estigmas o romantizaciones", confiesa Alba, empeñada en "dar un relato más complejo, verdadero y contradictorio, como es la vida misma, para poderle comprender como un joven que se sentía atraído por ellas".
"¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué pasaba en ese momento en este país? ¿Qué pasaba en ese momento en el mundo?", se pregunta la actriz, para quien "todo lo demás no es más que enrocarse en una posición dolorosa que no lleva a ningún sitio". "Y eso mismo que deseo para mí, lo abro al mundo porque desearía que también sirviera, no solo a mí, sino a quien haya pasado por esa historia, a quien tenga un prejuicio que le moleste, ya que este es un tema que sigue sin hablarse bien". "Ahora empezamos las hijas o sobrinas o de esa generación a hablarlo de otra manera, con nuestras herramientas, que son otras, pero tengo todavía muchas preguntas, sobre todo a nivel sistémico. ¿Por qué le pasa a tanta gente una experiencia parecida en ese momento? ¿Y qué parte de responsabilidad social hay en todo eso?", plantea.
Molina agrega, para terminar, que Antonio "era una persona súper conectada a su tiempo, con una curiosidad insaciable". "Le dolía el mundo, como dice Lolita, y me fascina su capacidad de plasmar sus vivencias con sencillez, de forma rápida y pura", antes de recordar el gran impacto que su muerte provocó en la sociedad de la época: "Mucha gente se me acerca después de ver la película para contarme qué estaba haciendo cuando escuchó la noticia de su muerte, porque lo recuerda perfectamente. Es algo que conmocionó. Siempre decimos que Lola se inventó ser influencer, Antonio sufrió ser nepo baby y su muerte generó toda una serie de fake news cuando no se hablaba de ellas".