Religión, vida, muerte y trascendencia en la película sobre Depeche Mode: "Sus fans son peregrinos devotos"
El último disco de Depeche Mode se titula Memento Mori (2023), algo así como 'recuerda que vas a morir'. Y no es un título baladí, pues con él expresan el sentimiento que recorre al grupo tras la muerte de Andy Fletcher, y el momento en el que pasan de ser un trío hasta quedarse como un dúo. De repente, ya no está esa tercera figura detrás de los teclados en el escenario y, cada vez que Dave Gahan y Martin Gore miran al lugar que su compañero solía ocupar, recuerdan que, precisamente, todos vamos a morir.
Ese sentimiento persistente y constante recorre su más reciente colección de canciones y es también el hilo conductor de la película Depeche Mode: M, que llega este 28 de octubre a cines de todo el mundo (convencionales e IMAX), pero que este jueves tiene su preestreno en el 14 Evolution Mallorca International Film Festival, que se celebra estos días en Palma con más de un centenar de películas de treinta países, y presencia de actores de la talla de Steve Buscemi o cineastas como el mexicano Fernando Frías, director de esta reflexión musical y vital sobre la muerte.
"La idea es confrontar la mortalidad", ha explicado esta mañana en un encuentro con un reducido grupo de periodistas en el Hotel Portixol en el que se ha hablado mucho de Depeche Mode, pero todavía más de la muerte. Porque este film es un viaje cinematográfico a la profunda relación de la cultura mexicana con la muerte, enmarcado por las icónicas actuaciones de la banda inglesa durante su gira Memento Mori de 2023. La filmación, que captura los tres conciertos con entradas agotadas de la formación en la Ciudad de México ante más de 200.000 fans, se convierte así en algo que trasciende más allá.
Una celebración de la influencia global del grupo, con más de cuarenta años de andadura musical, ahondando a través de sus icónicas canciones en la profunda conexión entre música, mortalidad, tradición mexicana e incluso religión. Recordemos, no en vano, que uno de los más aclamados trabajos de Depeche Mode lleva por nombre Songs of faith and devotion (1993), algo que, junto a la intensidad de sus composiciones, todas ellas teñidas con un toque místico, convierte sus actuaciones en solemnes ceremonias. Seguramente paganas, cierto es, pero igualmente sanadoras para sus fieles.
"Los del club de fans en México se llaman los devotos, algo directamente relacionado a la creencia religiosa", ha concedido Frías, puntualizando que esa conexión entre fans y músicos de alguna manera "implica vaciarte en algo que da sentido a tu vida". "Me ha impresionado encontrar a estos fans como nunca había visto antes. He trabajado con diferentes formas de afición, desde el deporte hasta justamente la religión, y esto me parece impresionante porque sí, son casi peregrinos, son devotos en el sentido de que siguen a la banda en todas sus giras, todos sus conciertos, su capital está destinado a acompañarlos, a seguirles. Es un faro en su camino, y eso es súper interesante de atestiguar", ha explicado.
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Ha reconocido el cineasta mexicano, asimismo, que no sabe exactamente que nos enseña Depeche Mode siguiendo adelante como grupo a pesar de haber sido golpeado por la muerte, "pero sí representan un camino andado y la ineludible confrontación con la mortalidad", con la idea de qué sigue después de perder a un amigo en el camino y quedarse siendo "nada más que dos". Y apostilla: "No hay algo que busque enseñar en el sentido de enseñanza, pero sí en el sentido de mostrar, con una reflexión sobre lo que significa trascender y cómo mientras más te vas acercando hacia lo que en algún momento de tu vida creías que era lo importante, más te das cuenta que quizás no lo sea así".
En esta línea, ha reconocido Frías que este proyecto le llegó por encargo con la premisa de de hablar "sobre México y la muerte", algo que para él tiene muchos "estereotipos, clichés y lugares comunes", por lo que optó por intentar "conectar la visión mexicana sobre la muerte desde un lado mucho más poético y, por otro lado, generar piezas que armónicamente funcionaran con el concierto sin que compitieran, sin que fuera un documental que está interrumpiendo el concierto o un concierto que está interrumpiendo a un documental".
Es así como Depeche Mode: M se convierte en un "poema que habla de la relación con la muerte" que conmovió a los propios Gahan y Gore, tal y como cuenta Frías para terminar: "El estreno fue en el Festival de Tribeca y allí estaban ambos con sus familias viendo la película por primera vez en pantalla grande, porque la habían visto solamente en copias de trabajo. Fue súper especial para mí que se acercaran a decirme que nunca se habían visto retratados de esa forma y que estaban muy conmovidos. Fue muy emotivo".