LIBROS

Barcelona y Madrid, dos capitales y un destino editorial: reventar las ventas en el Día del Libro

Varios clientes en una librería del centro de Barcelona este miércoles.

El 35,6% de los españoles no lee libros nunca o casi nunca. ¿Sabrán que este sábado 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro? Una fiesta para los lectores (que en el caso español, por dar la vuelta al porcentaje y ver la parte luminosa, es del 64,4%), pero también dirigida a ellos, a los que no leen ni entran nunca en una librería. Para que den el paso porque, cuando alguien abre un libro, ganamos todos.

Más allá de estos datos, el sector editorial español espera este día tan señalado con "optimismo cauto", tal y como apunta a infoLibre el presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Daniel Fernández, quien explica que tras el "susto inicial", la pandemia ayudó a aumentar las ventas y a mejorar en casi en ocho puntos porcentuales los índices de lectura. "La pandemia ha servido para que mucha gente se reencontrase con el libro. En un país que tiene un 35% de gente que jamás lee uno, eso es una mejora sustancial", apostilla.

Otra estupenda noticia es que las librerías cerraron el pasado año con un incremento de ventas en torno al 20%, por lo que ahora el objetivo es consolidar lo conseguido (algo al alcance, pues los datos que se van conociendo de 2022 son razonablemente favorables). Para eso también el Día del Libro se celebra otro año más en toda España, con especial foco en Barcelona y Madrid: dos ciudades con una rivalidad histórica que son, también y esa es la fortuna, dos grandes capitales del libro en castellano.

Para esta celebración, cada una cuenta con sus propias propuestas. Por un lado, Madrid conmemora el Día del Libro y se anticipa con La Noche de los Libros, que acumula ya 17 ediciones con multitud de actividades. Barcelona, por su parte, saca orgullo de arraigo después de ya casi un siglo con la tradición de regalar un libro y una rosa por Sant Jordi cada 23 de abril. Dos formas diferentes de festejar, que llegados al momento presente son estupendas cada cual a su manera. Y funcionan muy bien.

"En 2019 (último año antes de la pandemia) vendimos por Sant Jordi un millón y medio de libros, que es muchísimo", señala a infoLibre la presidenta del Gremi de Llibreters de Catalunya, Mª Carme Ferrer, quien añade: "Es algo único en el mundo. Han venido libreros de Argentina, Estados Unidos, Alemania y más países para conocer el funcionamiento, porque les choca que se pueda vender tanto en un solo día y que sea una fiesta tan grande de lectores y libreros".

Ferrer descarta, como es natural, cualquier rivalidad, si bien define Barcelona como la "capital de la cultura por excelencia" porque cuenta con los grupos editoriales más grandes, al tiempo que aclara que en Madrid están las dos distribuidoras más grandes. "Pero en esto no hay enfrentamiento, porque lo que tiene que haber es buenas librerías y venta de libros en todas partes. Y en Madrid hay muy buenas librerías y se venden muchos libros", asevera, para luego rematar: "Tienen que ser ambas las dos capitales culturales para tirar del resto".

Coincide Fernández al añadir que la tradición de la rosa y el libro "cuajó en una fiesta única en el mundo, que desde 1995 está reconocida por la UNESCO" como una celebración universal. "Madrid tiene la Noche de los libros, que cada vez va tomando más auge y más fuerza, porque la gente ya lo sabe, cosa que hace unos años no era así", prosigue Fernández, quien subraya otro evento de gran relevancia: "Madrid tiene otro fenómeno importantísimo como es la Feria del Libro, que es un espectáculo en sí misma y prolonga durante dos semanas la aproximación de la ciudad al libro".

Lo bueno de todos estos eventos es, para Fernández, que "desmienten el tópico de que España es prácticamente un país refractario a los libros, algo que no es cierto". Y si tuvieran algo de negativo, en todo caso, sería "la singularidad y excepcionalidad" de esos días en los que las ventas se dispara. "Sant Jordi ocupa mucho en Cataluña, pero en Madrid también hay mucho movimiento, como en toda España en general", apostilla a infoLibre el secretario del Gremio de Librerías de Madrid, Pablo Bonet, quien más que de un único día prefiere hablar de "fin de semana del libro" en la capital. "En Madrid, además, en un mes nos metemos en la Feria del Libro", recuerda, como Fernández.

Lo que diferencia a Cataluña del resto en esta jornada en particular es que esta tradición casi centenaria "está en la cultura de todos los catalanes", tal y como remarca a infoLibre el secretari general del Gremi d'Editors de Catalunya, Josep Lafarga, quien añade que tanto es así que lo que se vende en el primer cuatrimestre del año, "y sobre todo en marzo y abril, representa más del 40% de las ventas anuales en Cataluña".

Y es que, según explica Lafarga, Barcelona tiene casi trescientas paradas en la calle para festejar Sant Jordi, a lo que hay que sumar unas cien librerías repartidas por toda la ciudad. En el resto de Cataluña, remarca, "no hay municipio que no tenga este día una parada de libros, por pequeño que sea". "Y hay más de 900 municipios, con lo cual la venta va muchísimo más allá de la ciudad de Barcelona", agrega.

Desde Madrid, Bonet reconoce que la cifra de Sant Jordi es "imposible" de alcanzar pero, en cualquier caso, asegura que organizar firmas de autores, sacar mesas a la calle y montar actividades "hace que muchísima gente se acerque a las librerías". "Comprar un libro y una flor está muy metido en la cultura de toda Cataluña y eso se nota muchísimo", admite, al tiempo que avanza que "paso a paso y año a año", Madrid va a tener cada vez un Día del Libro "más potente y fuerte".

NO HAY RIVALIDAD

Todas las fuentes consultadas por infoLibre quieren dejar claro que no existe rivalidad entre ambas grandes ciudades por la hegemonía de la industria editorial española. Así lo plantea el presidente de la Asociación de Editores de Madrid, Manuel González: "La capital catalana es la sede de dos de las primeras empresas de edición de nuestro país y alberga algunos de los sellos editoriales que consiguen la mayor difusión comercial en narrativa. Además, una parte muy estimable de sus editoriales publican en dos idiomas, castellano y catalán, para atender esos dos mercados, lo que explica, junto con algunos liderazgos tradicionales de Barcelona en segmentos de la producción editorial como el cómic o la Literatura Infantil y juvenil, la ligera ventaja de facturación en favor de la ciudad condal".

No obstante esto último, González detalla que Madrid tiene un mayor número de empresas editoriales, entre las que destacan las grandes firmas del libro de texto, que generan más empleo directo e indirecto. "Y es líder destacada en ventas de libros en los mercados internacionales, tanto de lengua española como de otros idiomas. En consecuencia, ambas capitales concentramos más del 85% de la actividad productora de nuestra industria y nuestro nivel de competencia no implica ninguna clase de conflicto con tintes políticos", recalca.

La potencia editorial está en Barcelona, pero también en Madrid y, evidentemente, las ventas en Madrid son también muy importantes. Y más que competir, lo que hacemos es ser complementarios

Fernández reconoce en este punto que siempre se ha dicho que Barcelona concentra la mayor parte del peso de la edición literaria, y Madrid la mayor parte de la edición educativa, la escolar. Algo que "en buena medida sigue siendo así, pero no es tampoco una verdad absoluta ni hay una división tan clara". En parecida dirección señala Bonet: "La potencia editorial está en Barcelona, pero también en Madrid y, evidentemente, las ventas en Madrid son también muy importantes. Y más que competir, lo que hacemos es ser complementarios".

Según el último Informe de Comercio Interior del Libro editado por la FGEE, la facturación del libro en Cataluña en 2020 estuvo ligeramente por encima del 50%, mientras la de Madrid cosechó un 41%. Cifras que se tienen en cuenta, como es lógico, pero teniendo claro, según Lafarga, que lo importante es que haya un sector potente, una buena red de librerías y "editoriales grandes, medianas y pequeñas" en todos los géneros: "Eso consigue un mercado muy importante, un sector del libro muy dinámico y potente, y estamos trabajando para que lo siga siendo y lo sea más".

González abunda en esta idea y resalta que la "coexistencia" no es solo "pacífica", sino "amigable", algo que permite a las editoriales madrileñas y del resto de España vender y mostrar sus libros en un día tan señalado como Sant Jordi. Del mismo modo, las editoriales catalanas pueden así aparecer en la Noche de los Libros en un "ejercicio complementario de la oferta que en ambas citas se ofrece al público de las dos ciudades".

"Si a esto sumamos la inminencia de nuestra Feria del Libro de El Retiro, la mayor feria popular del libro del mundo, que este año estrena junto con su nueva directora, un nuevo récord de participación de expositores con casi 400 casetas con toda la oferta editorial que eso supone, es fácil entender por qué esa coexistencia es tan amigable", destaca González.

Cada vez que Barcelona y Madrid han ido unidas a lo que sea la cosa ha funcionado mejor

Un Día del Libro repasando los títulos que leemos en infoLibre

Un Día del Libro repasando los títulos que leemos en infoLibre

En este punto, Fernández recuerda que el salón profesional del libro, la Feria LIBER, lleva cuarenta años alternándose entre ambas ciudades, que son, "sin despreciar la historia de otras, las dos grandes capitales de referencia". Y aún remata: "Cada vez que Barcelona y Madrid han ido unidas a lo que sea la cosa ha funcionado mejor. Son dos ciudades que es verdad que compiten, pero al mismo tiempo se complementan de una forma tan extraordinaria que las cosas funcionan mejor cuando ambas están de acuerdo y deciden acudir a proyectos juntas".

Cada cual a su manera pero de la mano, en definitiva, celebran todas las ciudades españolas este sábado el Día del Libro. Con un clima especialmente alentador en Cataluña, como relata Ferrer desde Girona: "Estamos viendo que hay muchas ganas de salir a la calle, de comprar libros, de estar en contacto con los escritores. Porque además ya no hay ninguna restricción, por lo que el ambiente es también distinto por eso. Notamos, asimismo, que esta semana tenemos muchos lectores que están anticipando las compras para poder regalar el libro que quieren". 

¿Y en Madrid no se regalan libros con rosas? "Hay algunas librerías que lo hacen", asegura Bonet, quien califica esta tradición de "muy bonita" y comenta con sana envidia que en Cataluña "lo hace todo el mundo". "En Madrid se ha hecho alguna vez a través del Gremio de Librerías y sería buena idea retomarlo. Lo pensaremos para el año que viene", concluye.

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