Los libros

Entonces

El baile del diablo, de Javier Sánchez Menéndez.

José Luis Morante

El baile del diabloJavier Sánchez MenéndezRenacimientoSevilla2017El baile del diablo

 

En la disparidad de derroteros poéticos, los idearios formalistas mantienen una actitud de distanciamiento entre el yo del poema y el sujeto biográfico, pero existe otra manera de entender la escritura que hace de los enlaces entre vida y poesía un presupuesto fundacional. A este ideario pertenece El baile del diablo, una entrega poética de Javier Sánchez Menéndez que aglutina textos escritos entre 2004 y 2017. Tan extenso paréntesis creador ha dejado sitio en el taller de autor a otras facetas como las páginas autobiográficas, el ensayo crítico, el aforismo y sobre todo la poesía, representada en las antologías Faltan palabras en el diccionario (poemas escogidos 1983-2011) y Por complacer a mis superiores junto a una selección propia, 43 Poemas (antología personal) aparecida en Colombia.

En la sensibilidad del poemario se acoge una poesía de la existencia. En ella se pliegan emoción y pensamiento que se interseccionan en el material primigenio del poema para buscar la identidad del sujeto en el tiempo. Un yo desdoblado enuncia su visión especular del pensamiento en el poema de apertura, una composición homónima que habla de incertidumbre y desamparo, de quien se mira a sí mismo como un semejante que no desdeña reconocer su impostura en el desapacible espacio urbano donde conviven “los moralistas de la voluntad” : “Llevas toda la vida dando saltos / vestido de impostor, falso saludo / de la mano blanda sin mirar a los ojos, / y a solas con el mundo renaces / sin el mundo”. El sujeto hace de la soledad el último refugio para jugar sus cartas. Así comienza una larga evocación que regresa a los días de infancia, un paisaje no exento de onirismo que transforma el recuerdo en un devenir de imágenes que muestran una realidad difusa.

El tiempo de escritura influye en que no haya en las composiciones una continuidad temática y que cada texto aparezca con una veta argumental diferenciada, aunque todos comparten el estilo directo y la predilección por un lenguaje con escasas implicaciones herméticas. El poeta tampoco desdeña el enfoque irónico  que marca el tono en poemas como “Relaciones de estricta cortesía” y en otras composiciones en las que el desamor camina por un itinerario de no retorno, como en los versos de “Nanny” donde casi inadvertidos se integran algunos magisterios del poeta como Luis Rosales o Jaime Gil de Biedma.

Meditar sobre los pasos del ser en el transcurrir es aceptar, junto a la temprana amanecida del escepticismo que la existencia es una calle en obras, un itinerario que conjuga al paso los verbos “esperar” y “ser”, mientras se respira soledad y silencio. En el ahora no hay claves revelatorias, solo las imágenes en sepia de un tiempo lejano en el que la identidad del yo buscaba sitio entre la incertidumbre con la ingenuidad del aprendizaje sentimental. Desde ese primer paso hecho al mismo tiempo de humildad y prudencia va adquiriendo fuerza el perfil de las cosas, ese pertrecho de conocimientos que fortalece cada verdad personal: “vivir al fin y al cabo / es lucha, armonía comportada, / voluntad y entrega”. De esa certeza humilde que se va sobreponiendo a las turbulencias el tiempo adquiere fuerza el paisaje real de la conciencia, el fluir reflexivo que traza el balance existencial, que se realiza con la naturalidad del estado de ánimo conforme de quien siente en sus pasos el rumor de lo efímero, el misterio gastado de lo transitorio.

El baile del diablo se sube a los andamios del recuerdo para reconstruir lo vivido. Como escribiera Goethe: “Tienes un demonio. Escríbelo”. Sus poemas constatan los encuentros y desencuentros del protagonista verbal con las mutaciones de la propia identidad. La escritura recorre el conglomerado vivencial y en su expresión nos deja el tono nostálgico de lo vivido a medias, con la transparencia inteligente de quien sabe desdoblarse para profundizar y ser testigo de entonces, ese sueño lejano que  habita en otro sueño.

*José Luis Morante es poeta y crítico literario. Su último libro es la antología José Luis MorantePulsaciones (Takara, 2017).

Más sobre este tema
stats