Los libros

Quiero ser malo

El malvado zorro feroz, de Benjamin Renner.

Sonia Asensio

El malvado zorro ferozBenjamin RennerTraducción de Carlos Mayor OrtegaReservoir BooksBarcelona2017El malvado zorro feroz

 

En 2015 apareció la edición original de Le grand méchant renard, en la francesa Éditions Delcourt. Y para nuestra fortuna, los escasos amputados monolingües que sobrevivimos, se ha publicado en España con el título de El malvado zorro feroz en Reservoir Books. El guion, dibujo, tinta y color son de Benjamin Renner y sus 192 páginas a color, editadas en rústica con solapas, son un maravilloso guion gráfico o storyboard de lo que definitivamente ha pasado a ser la película que llegará a las pantallas en 2018.

Encontrar este libro fue un hallazgo extraordinario, como casi todo lo que ocurre cuando estás en una librería.  Y no fue mío el descubrimiento, sino de mi amiga Marina, que es mucho más atenta y no pierde detalle de cada momento que habita. Y digo exactamente extraordinario porque ambas, Marina y yo, habíamos pasado el verano viendo (con permiso y gracias al Festival del Cine y la Palabra, CiBRA, de Toledo) esta película en francés para barajar la posibilidad de llevarla en noviembre a los colegios de primaria de la ciudad, en la sección MiniCiBRA del Festival, que apuesta por una idea tan importante como la de unir cine y educación.  La película, final y felizmente, se llevará como estaba previsto a los niños de los colegios durante la semana de CiBRA, del 16 al 26 de noviembre.

Los que somos padres y acompañamos asiduamente a nuestros hijos al cine a ver sus películas infantiles hemos visto cómo la industria nos ha tenido en cuenta cada vez más, ha considerado incluirnos en la historia infantil como espectadores. Ninguna de las películas que he visto catalogadas como infantiles en los últimos quince años me ha decepcionado. En todas me he reído con mis hijas, he llorado, me he emocionado o he asentido a la magia de una preciosa historia.

Y estas páginas llenas de los dibujos que ya vi en movimiento, me ha producido los mismos sentimientos que he visto en los niños. Aunque los adultos saquemos no sé si más provecho, los niños aún tienen la mirada limpia. Bajo la apariencia de una fábula cada uno se quedará con su moraleja. Como yo me he quedado con la mía.

¡Ay, pobre zorrito que no puede ser malvado ni puede ser feroz! Ojalá pudiera, porque es lo que desea. Hasta tiene un amigo que le dice cómo llegar a serlo. Y se esfuerza. Se esfuerza muchísimo. Pero es que además es un poco torpe. Y peor aún, tiene buen corazón. ¿Cómo se le ocurre?

En los tiempos que corren es casi insólito disfrutar con un cuento divertido (leer y sonreír no tiene precio) que además nos recuerda que no hay nada más grande que el cariño que se construye al calor de la buena compañía.  En estos momentos de grandes eslóganes que se repiten de manera gélida, los que pensamos que un mundo de amor es posible sin caer en el ridículo ni en la vergüenza, admiramos que un zorrito flaco y cobarde, ingenuo y pasmado, sea capaz de ser la mamá de tres pollitos, quererlos y cuidarlos, protegerlos.

Los pollitos, que se han criado con su mamá, el nada malvado zorro feroz, se creen a sí mismos zorritos. Porque el sentimiento de pertenencia a una familia o a algo más grande no se impone, se siente con el corazón y se mima porque se quiere. Las caricias y los cuidados son los cimientos básicos de los países por los que transitamos: nuestra familia, nuestros amigos, nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestras ciudades. El sustrato se llama afecto, querencia. Y cuando tienes suerte como los pollitos, devoción.

Ni los niños ni los adultos vemos raro que un zorrito gracioso sea la mamá de unos pollitos. Es verdad que la mamá gallina los buscará desesperadamente. Y cuando los encuentre tendrá que llegar a unos acuerdos con mamá zorro porque ninguno de los animales puede vivir sin sus polluelos. Esa es la clave de los buenos compromisos, pensar en la felicidad de los demás así como en la propia.

Benjamin Renner ha escrito una fábula del siglo XXI con delicadeza, simpatía y ternura. También con la elegancia de los cuentos clásicos. Una historia hermosa que sí, también es para niños.

*Sonia Asensio es profesora de Literatura. Sonia Asensio

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