Las Petunias: "Muchos borrachos con camisas hawaianas nos molestan en las pruebas de sonido"
Ahí te pudras, maldita (Sonido Muchacho, 2025) es el nuevo lanzamiento de Las Petunias. Una crónica emocional y generacional sobre la juventud, el desamor y la resistencia que rebosa honestidad y la ironía siempre necesaria para la supervivencia en este loco mundo en el que nos ha tocado cohabitar. Un EP de punk-pop ruidoso y convincente rumbo a la madurez que tendrá su presentación oficial el 20 de febrero de 2026 en la Sala But de Madrid. Sobre eso y otros muchos asuntos hablamos largo y tendido con Elsa Moreno, Natalia Montes —Goya— y Cecilia Soto en la oficina de su sello.
¿Qué es Ahí te pudras, maldita?
GOYA: Nuestro nuevo EP, que en conjunto va del paso del tiempo, las relaciones que haces y cómo todo cambia. De hecho, el título no es Ahí te quedes, o Ahí te mueras, sino un proceso súper lento de pudrirse, que depende del tiempo.
Una de las canciones se titula No necesito estar sola. ¿El discurso dominante no suele ser el contrario?
G: Es muy habitual es que la gente te diga 'necesitas estar sola, necesitas reflexionar, tiempo de introspección en tu soledad'. Pero nosotras sí que hemos estado solas toda nuestra infancia, y ahora es justo lo que no necesitamos. Ahora queremos disfrutar de la gente, del ambiente.
ELSA: Una de las grandes modas de la psicología moderna es que el individualismo es lo más puro que te vas a encontrar, y tú eres tú. Pues no me da la gana, porque yo creo que nosotros no somos solo lo que somos, estamos condicionados por un montón de factores externos: las relaciones con tu familia, tus amigos, relaciones románticas, la mala suerte que tengas, que te pasen unas cosas u otras. Hay gente que pierde mucho el metro y hay gente que no, y eso influye mucho en cómo pasas tu día. Yo no necesito estar sola, quiero estar rodeada de gente que me aporte cosas buenas y con las que comparar mis opiniones o mis pensamientos cuando yo entre en duda. Se necesita compañía.
CECILIA: Este EP y sobre todo esta canción responden a esa pregunta de conseguir la introspección desde la comunidad, que yo creo que es muy importante por lo que decimos de la romantización de la soledad y de cómo se supone que tienes que estar sola para conocerte y quererte a ti misma y luego querer al resto. Toda esa idea romántica de la soledad en realidad es muy falsa y muy individual. Puedo aprender mucho a quererme en comunidad.
¿Dónde nos lleva como sociedad ese individualismo?
E: Es que no tiene sentido. Ya no sólo a nivel emocional, sino también a nivel productivo, está demostrado que todos en comunidad somos mucho más eficientes. No puedes decir 'yo estoy sola en la vida y yo me valgo por mí misma'. Sería mucho más positivo si estuvieras acompañada de alguien.
C: Sobre todo porque un jefe no trabaja solo, sino que depende de todos sus trabajadores, y el individualismo se nutre de que haya una clase trabajadora que te haga el trabajo.
¿Por qué hacer una canción a vuestras madres? No es muy normal en chicas tan jóvenes.
E: Son cosas que nunca te atreves a decir, pero hemos empezado a tener una necesidad que no hemos sabido formular con palabras y por eso hemos tenido que hacer una canción para ello. Porque nosotras hemos crecido muy rápido, hemos tenido un cambio drástico de pasar de un mundo en el instituto, en primero de carrera, a de repente tener un contrato discográfico, que igual nos ha hecho darnos cuenta mucho más pronto que otras personas de que nosotras al final del día somos igual que nuestros padres. Somos adultas que trabajan igual, que tienen aspiraciones igual.
E: Estamos todas perdidas dentro de un limbo, que es una cosa que nos dijeron nuestras madres cuando escucharon la canción. Que si nosotras estábamos perdidas, que nos imagináramos cómo de perdidas estaban ellas que tenían 30 años más que nosotras. No es fácil a nivel de padre o de lo que sea, a nivel de figura de autoridad, ver que tu hija se sale un poco de los esquemas. Es muy difícil pensar que tu hijo está haciendo una cosa que tú no tienes ni idea de cómo funciona, que a saber qué cosas le están pasando, que son difíciles de explicar. Al mismo tiempo, me voy a atrever a decir que somos de los pocos grupos de la industria o incluso de este sello que sigue viviendo con sus padres.
¿No dan Las Petunias para una vivienda en Madrid?
G: No, no (risas).
C: Qué va, no tenemos ni para un alquiler todavía. Con suerte, dentro de poco. Yo quiero proyectar eso, pero también es que Madrid te expulsa.
E: Yo no lo tengo como objetivo porque sé que me voy a frustrar. Se lo digo siempre a mi madre: "Oye mamá, te juro que cuando pueda me piro". Nosotras hacemos lo que podemos con lo que tenemos. El plan trabajar en el proyecto a gusto y luego ya a ver si se puede tener un alquiler en algún lado.
G: Somos todavía muy infantes.
E: Tampoco hay que correr demasiado, eso es un fallo garrafal.
¿Madrid nos gusta o no nos gusta entonces?
G: Amo Madrid, pero sí que hay algo en salir. Siento que a veces, por haber crecido aquí, piensas que es la mejor ciudad del mundo y es un sentimiento genuino.
C: Pero un día sales de Madrid y te vas a un pueblo y ves otro tipo de vida y te dices: "¿Qué estoy haciendo? Estoy perdiendo el tiempo respirando tóxico todo el día". Yo tengo esa dualidad de que amo Madrid, pero no sé si me veo en un futuro viviendo aquí.
E: Tengo amor profundo por Madrid, siempre que vamos de viaje y volvemos me he sentido en casa. Hay una cosa que me da Madrid que no me da ninguna otra ciudad, que es el sentimiento de morriña. Lo que pasa es que al final de tanta patada te acaban echando. Me encantaría vivir en Asturias o Galicia, y no por ello me tendría que desvincular totalmente de Madrid. Tenemos tantas anécdotas que se cuentan en las canciones que son en Madrid, que al final somos la típica banda de Madrid que no puede parar de hablar de Madrid. Pero también hay una corriente de decir que Madrid es una basura, y no entiendo por qué no me sale decir públicamente que me siento súper madrileña. Creo que la gente ya no percibe que Madrid tenga mucha identidad.
G: Da miedo en lo que se está convirtiendo Madrid, a todos nos asusta. Amamos Madrid pero a la vez lo odiamos, pero si algo tiene Madrid son los madrileños y la gente que le da la vida. Porque si algo distingue a Madrid de Barcelona es el ambiente.
C: Pero claro, odias Madrid cuando paseas por una calle y no paras de ver turistas o locales de smash burgers gentrificando la ciudad. Ves eso y te dices: "Pero qué hago aquí, qué horror". Pero luego vas a los centros sociales okupados, como La rosa, o las asambleas y sientes que hay futuro y no está todo perdido. Si solo tuviera las smash burgers y los turistas, diría '¡ciao!'.
La teoría de que las mujeres vendemos menos entradas es completamente falsa
¿Agota la suerte es un grito generacional? Gritáis mucho una pregunta: "¿Qué va a pasar conmigo cuando se agote la suerte?". ¿Hay que gritar de más para hacerse escuchar?
G: Al maquetar el vinilo con las letras nos dimos cuenta de que había muchas preguntas y ninguna respuesta. Estamos en un momento de cambio brutal, hemos pasado de ser unas simples estudiantes a trabajar en esta industria, y ese es un salto al vacío que puede tener cualquier persona que llegue al mundo laboral, que es lanzarse a una selva en la que nadie sabe lo que va a pasar, un ambiente muy hostil y muy edadista. Hemos gritado tanto siendo adolescentes que ahora toca que la gente nos escuche.
E: No sabemos dónde vamos, pero estamos en un bucle de productividad que no nos permite parar. Yo tengo que seguir adelante y a ver qué va a pasar conmigo. Es imposible saberlo.
C: Aunque todo parezca que nos va bien, tenemos muchísima incertidumbre y estamos muy abrumadas. ¿Quieres escucharnos en esta nueva etapa o vamos a dejar de molar?
¿Se duda a los 20 porque a partir de los 30 ya no nos dejan dudar? Ni digo ya a los 40.
E: Cuando sigues viviendo en la casa de tus padres, tampoco hay tanta cabida a la duda. Normalmente tienen un plan para ti y tampoco te atreves a decir otra cosa. Yo no me atreví y he estudiado seis años una carrera que no me apetece absolutamente ni mencionar. La duda está mal vista, pero porque es un efecto cadena, que es peligroso para la productividad social que está impuesta. Nosotras ya nos hemos cansado de no poder dudar.
C: En una de nuestras canciones anteriores, Bomba, hay una denuncia a la universidad, y en Agota la suerte está esa denuncia al mercado laboral en nuestra propia industria, que es la musical. Decimos eso de 'este es tu último año', porque puedes ser famoso ahora y de repente en dos meses no le importas a nadie. Siendo artista, nunca sabes si este es tu último año o no, y eso es algo con lo que hay que lidiar y aprender a convivir. Puedes tener un contrato de cinco años, pero que aún así no le importe a nadie y que hagas cuatro discos malos y que den igual, que tengas tu año de famosa y nunca más.
E: El problema de no hacer un ejercicio activo de dudar es que cuando quieres hacerlo una sola vez ya te replanteas toda tu vida. Estamos muy mal acostumbrados a tenerlo todo muy claro y a fiarnos mucho de lo que nos dicen personas que pensamos que tienen autoridad sobre nosotros.
C: Se nos tortura por no cumplir unos tiempos. Tanto en lo académico como en lo laboral como en la música, si no cumples ciertos tiempos has fallado y no eres apto para la sociedad.
¿Son Las Petunias una banda contra el sistema? No sé si hay una tendencia ahí, de bandas de guitarras que dicen cosas políticas y con mucha gente que las sigue, pienso en Biznaga, por ejemplo.
E: No posicionarse políticamente es política. El silencio es una respuesta y es vinculante, evidentemente. Pero tampoco me gusta decirle a la gente 'esto es así', nos gusta más abrir una pregunta e invitar a la reflexión y no ser tan tajantes. Yo no soy Biznaga, creo que no puedo hacer una letra tan convincente con un problema como puede ser la vivienda. Yo no estoy en ese punto, también porque no he tenido un alquiler en mi vida.
C: Lo más honesto que podemos hacer es sólo hablar de lo que vivimos. Y sí hemos vivido, por contra, acosos, situaciones muy machistas en la música, o hemos estado en la universidad. Hablar de eso es lo que nos mantiene honestas, y nuestra música es política porque es muy real. Cuando se te da bien escribir, no hace falta que digas las cosas explícitamente. Hay gente que tiene que hacer política de una manera mucho más agresiva para la que nosotras no estamos preparadas. Para lo que sí que me siento preparada es para escribir canciones que den fuerza a la gente que está preparada.
No hemos empezado nada, la música se remonta al inicio de los tiempos y siempre ha habido mujeres haciendo música. ¿Se nos ha olvidado como sociedad?
¿Entramos en el dichoso concepto de 'bandas de chicas', siempre entre comillas? ¿Todavía no está preparado el público para diferenciar que eso no es un género?
E: Siempre hay fases para la integración de un concepto en la sociedad. Esto de que chicas tuvieran una banda tenía que empezar como 'bandas de chicas' para que alguien se dé cuenta. Pero luego es contraproducente, porque empieza con una intención, pero ahora que ya es normal que haya tres o cuatro chicas que se junten para tocar música, se las sigue encasillando en esa 'banda de chicas', que es un concepto vacío. Por eso, ahora nosotras estamos intentando también reivindicar que aunque seamos mujeres no somos una 'banda de chicas', sino una banda de música. ¿Por qué a mí me tienes que catalogar como una cosa en la que lo importante de ti es tu género?
C: Se ha reconocido a Cariño como unas predecesoras pero, por mucho que yo las ame, siento que la gente se está olvidando de miles de bandas femeninas que han estado mucho antes haciendo música. Dover, Las Vulpes, Dolly Mixter, Le Tigre o todo el movimiento riot grrrl. ¿Se nos está olvidando que había gente antes de Las Petunias, Aiko o Cariño? Joder, que no hemos empezado nada, que la música se remonta al inicio de los tiempos y siempre ha habido mujeres haciendo música. ¿Se nos ha olvidado como sociedad? Parece que las 'bandas de chicas' hemos empezado hace diez años. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está toda esa historia? ¿Sólo existe Alaska como mujer en el mundo de la música española?
¿Habéis sufrido muchas situaciones de acoso en la música? ¿Habéis sido las únicas mujeres en algún festival?
E: Sí. Ahora mismo no sabría decirte exactamente, pero sí que es verdad que hemos ido a un par de festivales o tres que decíamos: "¿Cómo es posible?". Recuerdo que fuimos a nuestro primer festival, el Observatorio, en 2023, súper emocionadas, y poco después me encuentro con un chico de otra banda masculina y me dijo que al año siguiente iba a ir él porque ese ya habíamos ido nosotras. Me dijo: "¿Qué te crees, que te han metido porque sí? Te han metido para cumplir con una cuota paritaria". Y yo dije: "¿En serio has cogido el primer festival al que he ido y me has dicho no te creas que estás ahí por talento, sino por cuota paritaria?". Eso refleja mucho que hay un montón de festivales que lo hacen simplemente para lavarse las manos y cumplir con la cuota paritaria. Hay otros tantos que saben de la cuota paritaria pero les da exactamente igual y meten a Dani Fernández. Y luego hay mucha gente de a pie que también piensa así: "Vosotras estáis aquí porque sois mujeres". Es un arma de doble filo la cuota paritaria, pero yo creo que es mucho más útil de lo que podría llegar a tener de inútil en algún momento. No puede ser que tú vayas a un festival y todos sean tíos y el último nombre del cartel sea un grupo de mujeres como Tiburona.
Depresión Sonora, a punto de nuevo disco: "Estamos cada vez más solos, conectados a Internet, pero aislados"
Ver más
C: Justo este verano hemos tocado en el TruenoRayo, que es un festival todo o casi todo de bandas femeninas, y se agotaron las entradas meses antes. Esto demuestra que la teoría de que las mujeres vendemos menos entradas es completamente falsa. Chapó por ellas y por apostar sabiendo que ese festival iba a salir bien incluso si no hay ni un hombre con una guitarra.
E: Muy diferente hasta el público.
C: Sí. Hemos estado también en ese tipo de festivales donde el público han sido muchos señores borrachos con camisas hawaianas que vienen a molestarte a la prueba de sonido, a hablarte y hacerte preguntas estúpidas mientras estás intentando concentrarte. O que luego acaba tu concierto y te molestan aún más y están aún más borrachos. Se agradece este otro tipo de festivales donde no viene un borracho a molestarte en tu prueba de sonido, cinco segundos antes de salir, cuando estás nerviosísima. Tampoco es lo mismo estar en un camerino con otras chicas que estar en un camerino rodeada de hombres, sobre todo para nosotras, que hemos empezado a tocar tan jóvenes y estábamos con 18 años en camerinos con bandas de 30 o 40 años. Igual eso era raro y no nos dábamos cuenta.