Suárez y Carrillo vuelven en la pequeña pantalla al 23F y la Transición: "Sin el PCE era una democracia de mentira"
Todos hemos visto incontables veces las imágenes del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 en el Congreso. Son únicas y siempre las mismas porque las registró la cámara en plano fijo del hemiciclo, lo cual las deja de alguna manera incompletas. No podemos ver, por ejemplo, a Adolfo Suárez y Santiago Carrillo mirándose fijamente, sentados en sus escaños mientras el resto de los diputados echa cuerpo a tierra. Salvo el vicepresidente Gutiérrez Mellado, claro, eso también lo sabemos. Pero ignoramos lo que pasaba por sus cabezas en ese preciso momento, así como todas las conversaciones previas que habían ido construyendo el paso hacia la democracia y, al mismo tiempo, incendiando el malestar de unos militares en absoluto dispuestos a decir del todo adiós a cuarenta largos años de dictadura franquista.
Basada en la novela del mismo título de Javier Cercas, la serie Anatomía de un instante, que llega este jueves 20 de noviembre a Movistar Plus+ coincidiendo con el medio siglo de la muerte de Franco, viene a completar esos espacios para dar una explicación más profunda y también más humana de un momento convulso como pocos de nuestra historia reciente. A lo largo de cuatro episodios, la serie disecciona la transición democrática a través de los tres únicos hombres que permanecieron sentados en sus escaños: el presidente interino Adolfo Suárez; el líder del PCE, Santiago Carrillo y el vicepresidente y militar Manuel Gutiérrez Mellado.
"Anatomía de un instante muestra a los hombres de carne y hueso sumidos en muchas contradicciones, porque el momento no era nada sencillo", apunta a infoLibre David Lorente, encargado de interpretar, según sus propias palabras, al "cafre" de Tejero, "un fanático muy peligroso". "Es que las cosas no son sencillas, que es lo que ahora nos venden, diciéndonos que todo es blanco y negro. No, no, hay que hablar, llegar a acuerdos, ceder", apostilla el actor.
"Yo no era consciente de hasta qué punto la democracia pendió de un hilo en aquellos años", tercia Álvaro Morte, convertido para la pequeña pantalla en un Suárez pasmosamente creíble, aprovechando además para lamentar que nunca se llegue a estudiar la transición en los colegios. "Lo que sabemos es lo que hemos podido investigar después, con algún documental que te hayas cruzado o cualquier otra forma", continúa, antes de asegurar a infoLibre: "La fragilidad de la democracia en aquel momento me ha parecido algo terrorífico".
Agradezco a Suárez que tuviera el valor, el rotundo coraje, de destruir algo que Franco había dejado muy atado para que el franquismo se perpetuara más allá de su muerte
Continúa Morte aprovechando este papel para agradecer a Suárez que "tuviera el valor, el rotundo coraje, de destruir algo que Franco había dejado muy atado para que el franquismo se perpetuara más allá de su muerte". "Él fue capaz de hacer que los procuradores franquistas lleguen a votar en contra de sus intereses y se autodestruyan con la Ley de la Reforma Política de 1976, y gracias a eso abrir una puerta para empezar a construir la democracia que disfrutamos hoy", remarca.
A Carillo lo interpreta un igualmente (como siempre) convincente Eduard Fernández, quien destaca a infoLibre que le parece "muy bien" que se haga de alguna manera en esta serie un "homenaje" al dirigente comunista, al que aquí se le otorga "el lugar que merece en la construcción de la democracia en España", "A Carillo le agradecería que se jugará la vida y que los suyos se sintieran traicionados por hacer mucho para la democracia en España, que es algo no tan conocido, porque luego pasó el vendaval de Felipe González y lo arrasó", añade.
Suárez y Carrillo se atrevieron, se miraron cara a cara y fueron capaces de acordar, cosa que honra a ellos mismos y al oficio de la política
"Carrillo lo hizo muy bien apostando definitivamente y arriesgándose a volver a España en un momento delicado", continúa Fernández, antes de reivindicar el papel del PCE como organización en la consecución de la democracia: "Todos tenían la conciencia de que sin el PCE era una democracia coja, falsa, de mentira. Suárez era consciente de eso. Suárez y Carrillo se atrevieron, se miraron cara a cara y fueron capaces de acordar, cosa que honra a ellos mismos y al oficio de la política, porque eran buenos políticos".
"Fueron dos personas muy apartadas ideológicamente que pudieron dejar atrás todo eso para encontrarse, y cuando se encontraron fue de una forma muy definitiva hasta el final de sus vidas", apostilla Morte, antes de que Manolo Solo, aquí convertido en Gutiérrez Mellado, puntualice: "Es que se arriesgaron juntos". "Y eso une mucho", remata Fernández. Y una vez reivindicada esa capacidad de entendimiento, tercia Lorente: "Esa noche del 23-F estuvo a un tris de cambiar de signo, en un momento histórico convulso lleno de insensatez y que es una lección a aprender. Cuidado con las insensateces, que pueden llevarnos a un mal sitio".
Las libertades se pierden, no están ahí de manera inalterable, como ya estamos viendo en otros países. Esta serie es oportuna porque recuerda que todo es más frágil de lo que parece
Coincide con sus compañeros Miki Esparbé, transformado para esta serie en el rey Juan Carlos I, al lamentar que no se llegue nunca a estudiar la transición, "y a veces ni la guerra civil", en los colegios e institutos. "Ha habido parte del relato de la extrema derecha que, fijándose en eso, ha tratado de colar mucha desinformación y muchos bulos para romantizar la dictadura", advierte, para acto seguido remarcar a infoLibre: "Es evidente que todo esto viene por no conocer lo que sucedió. Estaría muy bien que la gente joven, ojalá a partir de esta serie, tenga la inquietud de investigar mucho más y descubrir por ellas y por ellos mismos que en realidad la dictadura fue un período terrible con muchísima censura, represión, miedo y muchas libertades restringidas, y que todo aquello que les tratan de vender romantizándolo, descubran que es un relato tendencioso y mal intencionado".
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"Es que la mala intención está demasiado presente en la política de hoy en día, hay una sensación de que pueden decir cualquier cosa. Afortunadamente, somos una sociedad apolítica, porque si hiciéramos caso de lo que dicen los políticos estaríamos a hostia limpia en la calle, absolutamente enfrentados de manera carnívora", remarca Lorente. Y Manolo Solo agrega: "Ojalá que ese tanto por ciento de juventud que expresa ideas abiertamente fascistas viera esta serie con cierta limpieza de ojos. Tengo ciertas dudas, pero ojalá, yo no puedo tener más esperanza de que sirva para que las personas que sean, unas cuantas al menos, se cuestionen esas opiniones".
La extrema derecha, fijándose en la falta de educación, ha tratado de colar mucha desinformación y muchos bulos para romantizar la dictadura
El director de la serie, Alberto Rodríguez, por su parte, aspira a que el espectador vea unos acontecimientos ya conocidos en esta ocasión desde el punto de vista de Suárez, Carillo y Gutiérrez Mellado, pues "nunca los han visto así" y eso hace "que te metas en su piel desde el principio". Además, asegura que esta es una serie "oportuna" porque "tiene que ver con todas esas cosas inamovibles que creemos conseguidas para siempre", pero hay que "recordar que las cosas hay que cuidarlas y hay tener cierto sentido de la situación".
"Las libertades se pierden, no están ahí de manera inalterable, como ya estamos viendo en otros países. Esta serie es oportuna porque recuerda que todo es más frágil de lo que parece", plantea, antes de terminar: "No creo que mañana vaya a haber un golpe de Estado, pero sí creo que determinadas formas de pensar nos pueden llevar a situaciones reaccionarias".