Ana Botín y su sueldo 226 veces más alto que la media del Santander: la brecha del mayor banco del Ibex

Ana Botín durante un acto del Banco Santander en Madrid (España).

Es temporada de resultados bancarios y las entidades españolas que cotizan en el Ibex presumen de unos números de récord. En la primera mitad del año ganaron 17.086 millones de euros en conjunto, un 11% más. De los seis bancos que cotizan en el selectivo, el Santander, con un valor en bolsa de más de 106.000 millones, es el de mayor tamaño y ha pulverizado su récord de ganancias entre enero y junio. Ganó 6.833 millones, un 13% más que en el mismo periodo del año previo. Pero, siguiendo con el análisis de los salarios en las grandes empresas cotizadas, los enormes beneficios del sector son también uno de los argumentos del ámbito sindical para pedir una distribución más equitativa entre los trabajadores. El año pasado recurrieron a una huelga –la primera en más de 30 años– para pedir un trozo de reparto de los beneficios y mejoras salariales. De hecho, la entidad cántabra es la segunda compañía del Ibex con mayor diferencia salarial entre su mejor sueldo y la remuneración media de su plantilla.  

La presidenta de la entidad, Ana Patricia Botín, ganó en 2024 un suelo de 12,4 millones y una aportación a su plan de pensiones de 1,3 millones, según se detalla en su depósito de cuentas. En total, 13,7 millones, frente a los 61.000 euros al año que reciben, de media, sus trabajadores. Es decir, 226 veces más. El suyo fue el segundo mejor salario del selectivo, solo por detrás del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que ganó más de 14 millones el año pasado.

Desde los sindicatos explican que, si bien es un sector donde los sueldos son altos con respecto a la media, las brechas entre directivos y empleados son enormes y la forma en que se calculan sus salarios,—con compensaciones y absorciones que se estiman de forma poco clara— hacen que la actividad sindical y las mejoras salariales sean difíciles de llevar a cabo. “Es una especie de trampa, porque cuando nosotros logramos que en el convenio haya subidas salariales para todos, se absorben de las compensaciones, y mucha gente no ve una subida real en el salario”, explica Noemí Trabado, secretaria general de CCOO en Banco Santander. 

Al revisar el Informe Anual sobre Remuneraciones de los Consejeros que la entidad presenta ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se observa que el sueldo de Botín ha crecido un 5% con respecto al año pasado y el de la platilla lo ha hecho al mismo ritmo. Sin embargo, al entrar en los detalles, las mejoras salariales de la base de la plantilla no son lo que parecen. Desde UGT, el secretario federal del sector financiero, Victoriano Miravete, coincide con el análisis de Trabado. “Fuimos a la huelga porque hemos conseguido por primera vez que dos tercios de esa subida salarial no tenga ni absorción ni compensación”, explica. Para ellos es un avance, aunque señalan que las brechas internas –dentro de la plantilla— no terminan de cerrarse. “Respecto al Santander, vemos que beneficios como los seguros sanitarios solo lo ofrecen de jefe de zona hacia arriba. Otro ejemplo son las aportaciones a los planes de pensiones, que son mucho más bajas en el grueso de la plantilla que en los directivos”, explica. 

El tránsito de abajo a arriba por los distintos escalafones de una compañía del tamaño del Santander –200.000 empleados y 176 millones de clientes en todo el mundo, según sus datos– arroja diferencias salariales de vértigo, aunque la banca es –junto con la industria–uno de los sectores que mejor remunera a los empleados base, según el informe Evolución salarial 2007-2024, realizado por la consultora ICSA Grupo en colaboración con la escuela de negocios Eada. Lo preocupante es que a nivel global, estas brechas en empresas multinacionales son la norma: en 2023, los directores ejecutivos de las empresas más grandes de Estados Unidos cobraron 290 veces más que un trabajador típico, en contraste con 1965, cuando cobraban 21 veces más, según un documento del Economic Policy Institute.

"Bancarios, no banqueros"

Para Trabado la rutina laboral en banca ha cambiado mucho en los últimos años. Como también lo ha hecho la percepción ciudadana de su actividad, que se ha vuelto más crítica desde la Gran Crisis de 2007-2008. "Antes era un trabajo agradable porque ayudabas a la gente a conseguir financiación para sus proyectos, pero la presión comercial y la carga de trabajo cada vez son más fuertes", explica. "Desde arriba presionan diariamente para lograr los objetivos comerciales. Y al final lo que nos encontramos es que la gente enferma: con estrés, con ansiedad...", enumera.

Y es que la salud mental es uno de los caballos de batalla del los sindicatos en el sector. "Las presiones de venta en las oficinas y los objetivos son un clásico", señala el representante de UGT, que insiste en que la situación se ve agravada por el cierre de oficinas, que pone aún más tensión sobre el personal. "Santander está en un proceso de cierre de oficinas, va a cerrar 150 o 160 este año. Eso genera, además, descontento entre los clientes e influye en las valoraciones que dan y en los bonus de los trabajadores", concluye Miravete.

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"Quienes estamos en las oficinas somos trabajadores y trabajadoras que para nada tomamos decisiones sobre productos, simplemente nos hemos convertido en comerciales", por eso, Trabado recalca que ellos son "bancarios y no banqueros".

Brecha de género

Ambos representantes sindicales señalan que, si bien la brecha con respecto a los consejeros y directivos es enorme, dentro de las propias plantillas de la entidad también se dan grandes diferencias. Por ejemplo, según aparece en sus cuentas anuales de 2024, las mujeres ganaron un 44% menos: ellas cobran de media 41.822 euros frente a los 65.625 de ellos. "En los informes de retribución se ve que la brecha de género es sustancial", explica Miravete.

Por otro lado, si se atiende a las diferencias por grupo de gestión, los "directivos senior" ganaron de media 524.748 euros; la categoría "otros directivos" ganó 129.847 euros y, finalmente, el "resto de la plantilla" se quedó en torno a los 36.834 euros.

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