Cuatro millones de españoles no pueden pagar ni un cuarto del coste que supone calentar su casa

Las calles de la ciudad sin luz durante el apagón, a 28 de abril de 2025, en Barcelona.

Millones de familias en España pasan frío en invierno debido a los elevados niveles de pobreza energética, un problema no solo de confort sino de salud pública porque, pese a la gran preocupación que hay en verano alrededor de la mortalidad por calor, el frío acaba con muchas más vidas que las altas temperaturas. En 2024, el 27,1% de los hogares afirmó que no se pudo permitir gastar lo necesario para calentar su casa. Pero es que el 9,3% ni siquiera puede pagar una cuarta parte de lo necesario para cubrir sus necesidades energéticas básicas.

El dato ha sido publicado este jueves por la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas, un referente en España de estos asuntos. Sus autores han destacado que la pobreza energética en el país "sigue siendo muy alta", y apenas cambió frente a los datos anteriores correspondientes a 2023. Los bonos sociales (eléctrico y térmico) fueron indispensables para suavizar el daño en los colectivos más desfavorecidos, pero es indispensable que las ayudas lleguen a quien las necesita. Según un estudio de Esade, en 2022 solo el 24,5% de las familias que cumplen con los requisitos, recibieron estas coberturas.

Hay numerosas formas de medir la pobreza energética, y una de ellas es la pobreza oculta que afecta al 27,1% de los españoles (5,23 millones de hogares o 13,4 millones de personas). En su categoría severa afecta al 9,3% (1,8 millones de hogares o 4,6 millones de personas). La pobreza energética oculta representa a aquellos hogares situados en los cinco quintiles inferiores de renta (el 50% de la población más pobre) que tiene un gasto energético inferior a la mitad de lo que deberían para cubrir sus necesidades estándar. En el caso de la pobreza severa, ni siquiera gastan una cuarta parte.

"La cifra coincide con las cifras de pobreza severa general en España y demuestran que más de cuatro millones de personas en España tienen amenazada su dignidad y su acceso a servicios básicos", declaró este jueves Efraim Centeno, investigador de la Cátedra, durante la presentación del estudio. Mercedes Saiz, una mujer afectada por esta situación de extrema vulnerabilidad, participó en la jornada para dar voz a esos afectados. "La energía es vital, sin luz no tienes frigorífico. Además, vivimos en casas especialmente mal aisladas, con un gasto energético mayor que las demás", dijo Saiz.

La relación entre el frío y la mortalidad es directa y está ampliamente demostrada, incluso en países como España. Un estudio de la revista The Lancet publicado en 2024 reveló que en Europa, por cada muerte que se produce por altas temperaturas, se registran de media 8,3 por frío. Esa relación es menos acusada en España porque el invierno es más suave, pero aún así, las muertes por frío superan en 5,1 veces a las relacionadas con el calor.

Según el estudio de Comillas, la pobreza energética en invierno también es proporcional al mapa de renta de España, por mucho que haga más frío en las comunidades autónomas del norte peninsular. Andalucía, Extremadura, Canarias, Murcia y La Rioja son las regiones más afectadas por esta lacra.

El análisis calcula también otros aspectos de la pobreza energética, como el gasto desproporcionado basado en los ingresos mínimos, o Minimum Income Standard (MIS), que suma el gasto energético y los gastos básicos de un hogar y los compara con el dinero que tienen para llegar a fin de mes. El 15,1% de los hogares declara que si cubre todas sus necesidades energéticas no tiene para el resto. En 2023 la cifra fue del 12,9%.

Un indicador parecido es el de gasto desproporcionado en energía (conocido como 2M), que indica que una familia gasta (en porcentaje sobre su total de ingresos) el doble que la media de España (que sería el 3,7% de los ingresos). En esta situación estuvieron, en 2024, el 16,1% de los españoles, frente al 17,01% de 2023. Los investigadores también han calculado que en 2024 el 9,7% de los ciudadanos se retrasaron en el pago de sus facturas de luz y gas, y que el 17,3% de la población declaró haber tenido una temperatura inadecuada en su casa en los meses de frío.

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Este estudio anual ha analizado por primera vez en esta edición el impacto de la pobreza energética en los inquilinos que están en alquiler, un colectivo muy castigado en los últimos años por el encarecimiento de la vivienda. Y efectivamente, esto se refleja a la hora de poner la calefacción: el 30% de los hogares en alquiler pasó frío en su casa el año pasado, frente al 17,3% de la población general.

Sergio Tirado, experto en pobreza energética de la Universidad Autónoma de Madrid, también presente en la presentación de los resultados, afirmó que "el stock y el alto coste del alquiler ha cambiado tanto en los últimos años que probablemente sea el mayor factor de vulnerabilidad que puede tener una familia" en este momento.

Las conclusiones de la cátedra llegan precisamente cuando el Ministerio de Transición Ecológica elabora la nueva Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética 2026-2030, que llega con un año de retraso. En ella el Gobierno pretende agilizar la concesión del bono social eléctrico y térmico para que llegue a una población mayor. Rubén Tobajas, técnico de este ministerio, también participó en la jornada, y afirmó que la estrategia anterior "fue superada con creces por la situación extraordinaria", es decir, la pandemia y la guerra de Ucrania, pero que pretenden corregir sus deficiencias en la nueva versión.

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