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Un gigantesco bazar chino ‘online’ que fascina al capital de Occidente

Un gigantesco bazar chino 'online' que fascina al capital occidental

Todo en Alibaba es gigantesco. Hasta 99,7 dólares se han pagado por las acciones de la mayor compañía de comercio electrónico del mundo en su debut en la Bolsa de Nueva York. El precio inicial fue de 68 dólares. Las de otra operación de campanillas, la salida de Facebook, se quedaron en unos pobres 24. Así que, la capitalización bursátil de la compañía china supera los 233.000 millones de dólares –181.524 millones de euros–. En unas horas ha conseguido recaudar 21.800 millones de dólares –17.000 millones de euros–, lo que convierte su salida a Bolsa en la mayor Oferta Pública de Venta (OPV) de la historia de EEUU. Es más, si los colocadores ejercen sus opciones de compra, Alibaba podrá captar hasta 19.499 millones de euros. Es decir, será la mayor salida a Bolsa de la historia mundial, por delante de las del Agricultural Bank of China y de la compañía de tarjetas de crédito Visa.

Magnitudes que corresponden, en efecto, a un conglomerado que firmó transacciones comerciales por valor de 193.000 millones de euros en 2013, el 80% del mercado electrónico chino. Por establecer una comparación: esa cifra duplica las cerradas por Amazon y triplica las de eBay en todo el mundo. El tamaño de la empresa y de su negocio, en cualquier caso, se corresponde con el del mercado donde nació: 1.300 millones de potenciales consumidores. Aunque su red se extiende ya en 190 países. Y, si se tiene en cuenta que la penetración de internet en China es aún sólo del 45%, mucho menor que en cualquier país occidental, el potencial de crecimiento de Alibaba es, también, inmenso.

Por seguir con cifras colosales: sólo Taobao, la principal web comercial de Alibaba, vende 800 millones de artículos, ofrecidos por 8,5 millones de vendedores a 279 millones de compradores. The Wall Street Journal lo describe como un “ruidoso bazar chino online”online. Un gigantesco mercado virtual donde para hacerse notar los vendedores pagan por anunciarse. Ésa es su principal de ingresos, junto con las comisiones que cobra por cada venta. Porque Alibaba es un mero intermediario y, a diferencia de Amazon, no posee almacenes. Sus márgenes de explotación alcanzaron en el segundo trimestre de este año el 43%; los de la compañía de Jeff Bezos fueron del 0%.

Del fondo de inversión al portal de citas 

Pero el gigante chino es mucho más que un portal de compras. Ciertamente, Taobao –búsqueda del tesoro, en chino– es el punto de encuentro de millones de vendedores de cualquier tipo de producto con cientos de millones de compradores. TmallTmall nació en 2008 como un portal para vender grandes marcas internacionales: sus ventas se multiplicaron por 10 en sólo tres años. El siguiente paso lógico de Alibaba no podía ser otro que crear su propio sistema de pago, Alipay, que ya se ha convertido en la mayor plataforma de pago online del mundoonline: procesa el triple de que PayPal.

También ha entrado Alibaba en el sistema financiero a través de Yu'e Bao, un fondo de inversión que ya suma 67.747 millones de dólares en activos y es el sexto del mundo en liquidez. Aparte, el gigante chino ha comprado un navegador para automóviles, AutoNavi; un servicio de almacenamiento de archivos en la nube como Dropbox, Kanbox; el portal de citas MomoMomo y el equivalente chino de Twitter, WeiboWeibo. Según The Wall Street Journal, planea, además, entrar en el mercado estadounidense con una web de productos de alta calidad, 11main.com.

Las sombras del gigante: estructura corporativa, falsificaciones

Nada es demasiado grande, entonces, para el creador de este conglomerado, un antiguo profesor de inglés de 49 años, Jack Ma, que cultiva una imagen similar a la que hicieron célebres genios empresariales carismáticos como Steve Jobs o Bill Gates y que incluye estudiadas apariciones ante miles de clientes y empleados en estadios de fútbol. Le gusta decir que su empresa es un “ecosistema” de vendedores, compradores y accionistas. Aunque dejó el puesto de primer ejecutivo en mayo de 2013, sigue siendo el presidente de Alibaba, que creó en 1990. Tras la salida a Bolsa, mantendrá en su poder casi un 8% de las acciones. Lo que le permite consagrarse como el tercer hombre más rico de China.

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El resto del capital del gigante online se lo reparten el banco japonés Softbank, con un 32% de las acciones y que vio el potencial de Alibaba casi desde el principio, en 2000; el buscador estadounidense Yahoo!, con un 23%; el fondo soberano chino China Investment y, finalmente, una firma de capital riesgo estadounidense, Silver Lake.

No todos ellos participarán en la OPV de Nueva York, adonde acudió Jack Ma tras ser rechazado por la Bolsa de Hong Kong. Resulta que también es peculiar su estructura corporativa. Treinta personas, entre altos ejecutivos y directivos de las filiales, además del fundador, nombran a la mayoría del consejo de administración. La bolsa hongkonesa consideró que ese sistema infringe sus normas sobre los derechos de voto de los accionistas.

Alibaba ha puesto un pie en EEUU, pero el interés de los inversores está más en el inmenso mercado chino que en las posibilidades de expansión del grupo de Jack Ma en Occidente, donde Amazon y eBay le llevan mucha delantera. Otro elemento de sospecha sobre su futuro se refiere, paradójicamente, a su tamaño. Demasiado grande para moverse con rapidez, quizá, en un panorama comercial que mira ahora con avidez hacia las posibilidades del móvil. Además, ha trasladado al mundo online una de las peculiaridades menos atractivas del bazar chino real: sólo en 2013 Alibaba retiró de sus webs más de 100 millones de productos falsos e imitaciones, la octava parte de su oferta. Hasta un año antes el grupo chino figuraba en la lista de webs de piratería que elabora el Gobierno de EEUUlista de webs de piratería, la misma en la que aparecen Megaupload, Pirate Bay o la española Series Yonkis.

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