Iberdrola anuncia un plan de inversión de 58.000 millones hasta 2028 y la creación de 15.000 puestos de trabajo
Iberdrola ha anunciado un ambicioso plan de inversiones de 58.000 millones de euros hasta 2028, un 30% más que en su plan anterior, con el objetivo de reforzar su presencia en redes eléctricas reguladas y consolidar su perfil como compañía más predecible y estable frente a la volatilidad de los mercados energéticos. El grueso de la inversión se concentrará en Reino Unido (20.000 millones) y Estados Unidos (16.000 millones), seguidos de la península ibérica (9.000 millones), Brasil (7.000 millones) y otros países de la UE y Australia (5.000 millones). “Vamos a invertir 58.000 millones hasta 2028, de los que dos terceras partes irán a redes de transporte y distribución, fundamentalmente en el Reino Unido y los Estados Unidos”, ha asegurado el presidente Ignacio Galán.
Según la eléctrica, el 65% de los fondos se destinará a redes de transporte y distribución, sectores que garantizan rentabilidades reguladas y estabilidad de ingresos. “Este plan pretende transformar el perfil de Iberdrola hacia una empresa más regulada, con las redes como vector de crecimiento”, ha afirmado Galán. La empresa señala asimismo que el 85% irá destinado a países con rating A dotados con marcos regulatorios estables, predecibles y atractivos. Esto permitirá, según Iberdrola, el impulso del crecimiento con más estabilidad, predictibilidad, rentabilidad y seguridad.
La compañía calcula que este giro le permitirá elevar su beneficio neto ajustado hasta los 7.600 millones en 2028, frente a los 5.600 millones actuales, con un EBITDA (beneficio operativo bruto) de 18.000 millones, en el que las redes reguladas aportarán más de la mitad del resultado operativo. Iberdrola se compromete además a destinar cerca de 20.000 millones a dividendos en el periodo 2025-2028, manteniendo una política de incrementar la retribución a sus accionistas en línea con la evolución de los resultados. De esta forma, Iberdrola destinará entre el 65% y el 75% del beneficio a retribuir a sus accionistas –pay out, en inglés–. Además, el grupo fija un suelo del dividendo de 0,64 euros para este periodo, dentro del programa de Iberdrola Retribución Flexible, que incluye la recompra de títulos.
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El plan contempla también una inversión de 21.000 millones en renovables y clientes, de los que el 75% ya corresponden a proyectos en construcción. La mayor parte se concentrará en la eólica marina (38%) y terrestre (24%), aunque también habrá recursos para solar fotovoltaica (10%) y almacenamiento (10%).
En paralelo, Iberdrola presenta el plan como un proyecto con impacto social: promete 15.000 nuevas incorporaciones laborales a nivel mundial en los próximos cuatro años, compras a proveedores por 65.000 millones que “sostendrán más de 500.000 empleos”, una contribución fiscal superior a 40.000 millones en los países que está presente y 1.600 millones en I+D+i. Además, reitera su compromiso de ser neutral en emisiones de CO₂ en 2030, una de las metas más ambiciosas del sector.
El viraje hacia mercados anglosajones consolida la estrategia de Galán de reforzar la posición internacional de la energética española, aunque abre interrogantes sobre el grado en que estas inversiones beneficiarán directamente a la economía y al empleo en España. El énfasis en dividendos y la apuesta por mercados estables contrastan con el debate sobre la suficiencia de las inversiones en transición energética en el territorio nacional, donde los consumidores aún soportan altos precios de la luz y crece la presión política por un modelo energético más justo.