¿La red está saturada? Las eléctricas piden inversiones millonarias y el Gobierno dice que está equilibrada

Archivo - Vista de una torre de alta tensión, a 23 de agosto de 2023, en Madrid (España). En esta cuarta ola de calor, la más prolongada en lo que va de verano, el precio de la luz se ha disparado. La cotización de la electricidad en el mercado mayorista

Este martes el sector eléctrico ha desvelado un dato clave para el futuro de la industria española: la capacidad que tiene la red para que se conecten a ellas nuevos centros de demandas, como fábricas, hogares o puntos de recarga para vehículos. Las compañías creen que el sistema está "saturado" y son necesarias inversiones milmillonarias para hacer hueco a toda la industria y las nuevas necesidades del país. El Gobierno contesta que en los últimos cinco años ha dado accesos suficientes para "doblar la demanda nacional" de energía y que hay que mantener un equilibrio entre la dimensión de la red y el coste de mantenerla.

Los mapas de capacidad publicados este lunes por las distribuidoras eléctricas recogen que en total hay espacio para conectar a la red 27,6 gigavatios de demanda, según el conteo que ha hecho infoLibre con los datos publicados por las cinco principales distribuidoras, que están en manos de Iberdrola, Naturgy y EDP. El problema es que prácticamente la mitad de las provincias de España tienen efectivamente la red saturada, y no tienen nada de espacio para dar energía a nuevos clientes.

Como se observa en el mapa, salvo la Comunidad de Madrid, Comunidad Valencia y algunas provincias del norte del país, el resto tienen sus subestaciones eléctricas trabajando a pleno rendimiento, y hace falta invertir en mejorar estas instalaciones –o construir nuevas– para que las zonas puedan prosperar. Esto ocurre en un momento en el que multitud de empresas apuntan a la península para producir hidrógeno verde, fabricar baterías o montar centros de datos, sectores muy intensivos en electricidad.

Hay lugares especialmente preocupantes como Aragón, que aspira a ser el epicentro de la construcción de los centros de datos. En Zaragoza apenas están libres el 9,2% de la capacidad de sus nudos eléctricos, en Teruel el 1,29% y en Huesca no hay ni un hueco. Lo mismo ocurre en Cataluña, tanto en Barcelona como en Tarragona, dos epicentros turísticos e industriales del país. Málaga, Cádiz y Huelva también están totalmente saturados, una zona copada por las grandes tecnológicas y que aspira a convertirse en un valle del hidrógeno.

Desde el Ministerio de Transición Ecológica matizan que la red está abarrotada porque en los últimos cinco años se ha concedido acceso a cientos de proyectos de gran consumo eléctrico, por un valor total de 43 gigavatios –equivalentes a lo que consume ya el país– y la gran mayoría están pendientes de construirse.

Es decir, los grandes proyectos que ya llevan años apalabrados como fábricas de coches y baterías, centros de datos o polos de hidrógeno que se van a levantar de aquí a 2030 tienen sus conexiones garantizadas. En concreto, se ha concedido acceso a 12 GW de permisos son para centros de datos, 11,3 GW para proyectos industriales, 6 GW para proyectos urbanísticos, 3 GW para hidrógeno y 2,3 GW para recarga de coches eléctricos.

Presión para negociar con la CNMC

Las empresas eléctricas han aprovechado la presentación de estos datos para presionar al Gobierno para que les dé rienda suelta a la hora de ejecutar estas inversiones. Lo que gasten en esta transformación lo recuperarán a través de la remuneración anual que entrega la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a cambio de realizar inversiones estratégicas, con un fondo que se financia a través de los peajes del recibo de la luz

"El Gobierno tiene que cubrir las necesidades de la red al mínimo coste posible para los ciudadanos. No puedes dedicarte a sobredimensionar la red para que se pueda poner una fábrica de baterías en cualquier punto del país y que lo paguen los consumidores", apunta un experto del sector. 

Un representante de una de las grandes eléctricas subraya sin embargo que "la situación es crítica", y pide a la CNMC que mejore las retribuciones a las empresas para que estas puedan invertir y resolver el atasco de la red. "La industria y las administraciones autonómicas llevan meses alertando de la falta de infraestructuras eléctricas, que dificulta la atracción de inversiones y la ejecución de proyectos estratégicos. Si no se acelera la inversión en redes y se revisa el modelo retributivo propuesto por la CNMC, el crecimiento económico y la competitividad quedarán seriamente comprometidos", señala este portavoz. 

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La disputa no es baladí porque precisamente ahora la CNMC está debatiendo cuál será la retribución que recibirán estas compañías durante los próximos seis años –de 2026 a 2031– a cambio de explotar la red de distribución, la que transporta la energía de media y baja tensión desde las subestaciones hasta el cliente final. El organismo dirigido por Cani Fernández también debate cuál será el techo de las inversiones y cuáles se priorizarán.

En julio, la CNMC publicó una propuesta que todavía debe ser ratificada, y que eleva la retribución financiera al 6,46% para el próximo periodo. Se trata de casi un punto por encima del periodo pasado (5,58%), pero un punto porcentual por debajo de lo que reclama la patronal Aelec (7,5%), donde están agrupadas Iberdrola, Endesa y EDP.

"El nuevo sistema que propone la CNMC es continuista, pero es evidente que no ha gustado a las compañías", valora Tomás Gómez San Román, profesor de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Comillas ICAI. "Plantea un sistema de incentivos para incrementar la eficiencia de las instalaciones que ya están construidas, y eso es positivo porque hay que aprovechar lo que se tiene. En el anterior esquema (2019-2025) no se discutían las inversiones, las empresas construían y se les pagaba, aunque con un tope, pero es que todo lo que se gasten corre a cuenta del bolsillo del consumidor", añade el experto.

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