Crisis económica

Inspectores del Banco de España prevén "un desastre mayor al sufrido" por la actual regulación

Sede del Banco de España en Madrid.

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El presidente de la Asociación de Inspectores del Banco de España, Pedro Luis Sánchez Ruiz, ha advertido este martes de que la regulación financiera y contable antes de la crisis, aun siendo "mejorable", era mejor que la actual: "La tendencia en regulación y supervisión nos puede conducir a un desastre mayor al sufrido", ha alertado.

Así lo ha expresado el representante de este colectivo de trabajadores del supervisor financiero durante su comparecencia ante la comisión de investigación del rescate bancario, la crisis financiera y la quiebra de las cajas de ahorro del Congreso, a la que ha acudido este martes, según ha informado Europa Press.

Aunque cree que la regulación financiera y contable "era claramente mejorable", Sánchez Ruiz ha asegurado que era "más que suficiente para evitar tanto daño" como el causado tras el estallido de la burbuja financiera y la crisis económica y financiera. "Lo que ocurrió no tenía por qué haber ocurrido. O al menos no con la virulencia con la que tuvo lugar y que ahora sufrimos", ha aseverado.

"Pudo haberse hecho mucho más"

Así, Sánchez Ruiz se ha mostrado convencido de que "pudo haberse hecho mucho más, no necesariamente más cosas, pero sí más relevantes", para afrontar la crisis financiera. "No se utilizó con suficiente firmeza el amplio abanico de posibilidades que ofrecía la Ley sobre Disciplina e Intervención de las Entidades de Crédito", ha dicho. En este sentido, ha criticado la deriva regulatoria, antes, durante y después de la crisis financiera. La legislación mencionada, por ejemplo, se encuentra derogada y adoptada para trasponer las sucesivas directivas europeas.

Sánchez Ruiz ha lamentado la desaparición de las provisiones contracíclicas de antes de la crisis, que ha calificado como "un poderoso incentivo para frenar la expansión crediticia", y "el precio elevadísimo" que supuso, a su juicio, la entrada en vigor de Basilea II para determinar los recursos disponibles, que especialmente para las grandes entidades perjudicó la ponderación de riesgos.

Asimismo, también se ha referido a cuestiones internas del Banco de España, como la eliminación de la obligatoriedad de firmar los informes por parte del cabecera —inspector con más experiencia que lidera la inspección— o el "sucesivo deterioro de las condiciones de trabajo de los inspectores y los auditores informáticos".

En el organismo supervisor también ha destacado la creación de los llamados CTCs, comités técnicos de coordinación en los que, ha dicho, coordinadores y otros jefes de la institución "proceden a reinterpretar" determinadas normas y su aplicación, lo que supone, ha denunciado, una "regulación en la sombra".

Otras críticas han ido dirigidas a la falta de control del Banco de España y la CNMV en la emisión de preferentes, que, a su juicio, "no hubieran podido emitirse sin su beneplácito". Del mismo modo, ha criticado la dejadez de la administración para pinchar la burbuja por los ingresos fiscales que le reportaba y la "pésima praxis bancaria" que permitió la sobrevaloración de la vivienda como garantía. "Se ha olvidado que antes de valorar, las entidades deben de analizar la capacidad de reembolso y nunca antes estudiar la existencia de garantía. Es una pésima praxis bancaria conceder una operación en base a garantías subyacentes", ha dicho.

El coste no cuantificado del rescate

Sánchez Ruiz también discrepa de las cifras oficiales del coste del rescate financiero pues, en su opinión, contabilizar únicamente las ayudas directas o indirectas "es olvidarse de que la crisis financiera se tradujo en cierre de empresas solventes", la reducción de 72.000 empleos directos en la banca, el impacto fiscal y de reputación sobre bancos centrales y agencias de supervisión.

Respecto a la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb, más conocida como banco malo), Sánchez Ruiz ha dicho que, pese a ser un instrumento "habitual", los inspectores ven con "enorme preocupación el procedimiento de contabilización de activos incorporados por coste medio ponderado", por su financiación y porque, ha dicho, "quizás no exista suficiente transparencia en el procedimiento de enajenación de activos".

Los riesgos de la regulación europea

En su comparecencia, el presidente de los inspectores del Banco de España también ha expresado sus dudas por la deriva en la normativa europea. Manifestando que "en absoluto" se consideran "antieuropeos", pero que sí que creen que ni los mecanismos únicos de supervisión ni de resolución garantizarán una mayor estabilidad financiera.

"Nos resistimos al Mecanismo Único de Supervisión y de Resolución tal y como están hoy en día planteados", ha dicho, declarándose "seriamente preocupado". Así, ha advertido tanto de conflictos de interés entre las funciones encomendadas a cada institución como una "integración a machamartillo" entre las entidades nacionales y del Banco Central Europeo (BCE) "sin tener en cuenta suficientemente conflictos jurídicos en materia laboral, y legislación mercantil y civil, relativamente distintas".

En la misma línea, ha dicho que la entrada en vigor de la normativa comunitaria de supervisión no ha sido neutra, ya que en España "la elevada concentración" bancaria hace que el 90% de los activos dependan de Bruselas, mientras que en otros países ese porcentaje se sitúa en el 60%. "La cesión de soberanía no ha sido igual", ha dicho.

En este sentido, ha recordado que, hasta la entrada en vigor del Fondo de Garantía Único, España tendrá que pagar rescates sobre los que no pueda decidir. "Las decisiones finales se toman en Frankfurt, pero el rescate lo soportamos nosotros", ha explicado.

"Un espejismo regulatorio"

Sánchez Ruiz ha lamentado que las sucesivas directivas regulatorias a partir de Basilea II estén "construyendo un entramado regulador y supervisor cuya complejidad se quiere confundir con rigor", un "espejismo regulatorio" que, a su juicio, no garantiza una mayor eficacia y eficiencia, sino que únicamente provoca mayor complejidad.

Frente a ello, ha justificado que la supervisión está "completamente sobrepasada por esta implantación de criterios" y también por tener que "competir" con equipos de centenares de ejecutivos, frente a pequeños grupos de inspección. "Es una entelequia. Es una especie de obedézcase y no se cumpla", ha dicho.

Por otro lado, ha criticado que las nueva normativa ha reducido los requisitos de capital, por ejemplo en los modelos de riesgo de crédito, que son "diseñados" por las propias entidades. "Los modelos internos permiten alinear las exigencias de riesgo al perfil de la entidad", ha explicado.

El control interno de cada entidad era insuficiente

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Otra normativa que delega en las propias entidades financieras y criticada por los inspectores es la determinación de las provisiones para deterioros, pues no precisan de autorización ni validación supervisora. "Las provisiones no gustan a la industria ni al gestor, porque afectan al reparto de dividendos y al pago de remuneración variable", ha explicado, abogando por un procedimiento similar a la de la comercialización de valores y seguros.

Sánchez Ruiz ha aseverado que este tipo de regulación afectó a la evolución de las entidades de crédito, pues ha manifestado que las entidades financieras españolas no eran insolventes, pero "no disponían de suficientes provisiones" ni de carteras "suficientemente sanas", y en estas circunstancias "la solvencia se va agotando". "Si los activos son improductivos, no generan resultados y están deteriorados", ha dicho.

"Cuando en 2006 estaban reguladas sin Basilea II, las ponderaciones de riesgo no son tan dañinas como los modelos internos de las propias entidades", ha subrayado, criticando que entidades finalmente quebradas, como Caja Madrid, Caixa Catalunya y Banco Popular, contaban con este tipo de modelos internos.

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