España se juega el futuro de 180.000 toneladas de aceite si Trump impone aranceles

Botellas y vasos de aceite de oliva.

“En un año normal Estados Unidos importa 430.000 toneladas de aceite, de las cuales 180.000 proceden de España”, explica Rafael Pico, director adjunto de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador de Aceites de Oliva (Asoliva). Pero este idilio comercial, que en los primeros seis meses del año pasado generó una facturación de 611 millones de euros, está pendiente de los aranceles que el presidente Donald Trump ha empezado a hacer efectivos en la madrugada de este martes. Canadá y México sufrirán tasas el 25% sobre sus exportaciones, mientras que a China se le aplicarán de un 20%.

Europa también está bajo amenaza en esta guerra comercial a gran escala. En el caso de España, la dependencia a nivel macroeconómico no es tan alta como en otros países del entorno, ya que EE UU es el sexto destino en exportaciones y representa el 4,9% de las ventas al exterior. Sin embargo, algunos productos como el aceite podrían resultar muy comprometidos. “Hay preocupación en el sector ante la incertidumbre y la experiencia de los aranceles adicionales impuestos a España por la anterior Administración Trump”, señala Pico, quiñen insiste en que, pese a todo, “España es líder en ese mercado desde hace 10 años”.

Y es que no es la primera vez que Trump utiliza estas tasas contra otros países como represalia por políticas que lo le gustan. En su primer mandato, y a raíz de que la Unión Europea aportase dinero público a la aeronáutica Airbus para ayudarla a crecer frente a Boeing (su principal competidora estadounidense), el mandatario impuso aranceles a productos europeos por valor de 11.000 millones en 2019. En aquel momento, el aceite de oliva envasado sufrió el golpe, con unos aranceles adicionales del 25% que provocaron la pérdida del 80% de las exportaciones con origen español, según datos de Asoliva. 

Fuera de la Unión Europea, Estados Unidos es el mayor importador de aceite de oliva, por lo que no es un mercado fácil de sustituir. La guerra arancelaria abierta por el presidente norteamericano fue primero una amenaza, después una forma de presionar —poniendo como pretexto la supuesta entrada de Fentanilo desde Canadá y de migrantes desde México— y ahora se ha convertido en una realidad para China, Canadá y México que pone sobre aviso a Europa. “Establecer la regulación requiere un poco de tiempo, pero el efecto en los mercados es instantáneo”, explica el economista de la Universidad de Navarra, David Echeverry. Así, las subidas de precio en los productos afectados se dejarán ver de manera instantánea y el susto en las bolsas se dejó notar a lo largo de todo el martes. “Los mercados parecían dar por descontado que era un farol y a muchos economistas nos sorprendió que cumpliera la amenaza”, concluye. 

Desde Washington hasta Jaén

Cuando las relaciones diplomáticas se agitan, el comercio se resiente. Pasó en 2019 con la anterior Administración Trump, pasó con la crisis diplomática en Argelia o con las sanciones a Rusia tras la invasión de Ucrania. Todos ellos contextos muy distintos, en los cuales, los temblores llegan tanto a las grandes multinacionales, como a los productores más pequeños, porque afectan a los modelos de negocio y arrastran a la cadena producción. De hecho, la nueva política de Washington se dejaría notar y mucho en la principal región productora de España: Jaén. “Las empresas españolas han realizado grandes inversiones en EE UU para posicionarse como líderes en ese mercado. No poder exportar supondría una pérdida económica muy importante, además de afectar a la cuenta de resultados, porque perderían también una parte de su negocio”, concluye el director de Asoliva. 

El aceite de oliva es un producto caro, con consumidores acostumbrados a pagar por él, pero un aumento en las tasas de exportación haría que perdiese competitividad con respecto a otro tipo de óleos que se comercializan en EE UU. "El consumidor americano conoce el producto, valora sus cualidades saludables y tiene una renta per cápita que le permite adquirirlo", explica Pico, pero una subida en los precios podría comprometer y mucho su cuota de mercado. "Puede verse afectados por la competencia que existe en EE UU en cuanto al resto de aceites y grasas, como pueden ser el aceite de aguacate o el aceite de canola, que se produce allí, y que, además, tienen un precio sensiblemente inferior", concluye.

“En Trump hay un uso demasiado político de los aranceles. Normalmente, se aplican de forma muy quirúrgica y se centran en determinados sectores o productos. No es habitual imponer de manera uniforme un 20% o 25%”, explica el economista. Echeverry señala que es muy difícil ponderar los fenómenos que desencadenan este tipo de medidas. “Es un juego de confianza entre países que, si se rompe, es muy difícil de recomponer. Es fácil subirlos, porque el otro también los sube, pero los acuerdos para bajarlos son complejos y suelen llevar mucho tiempo”, concluye.

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En Europa no se ha concretado la amenaza por el momento, aunque lo ocurrido con China, Canadá y México esta semana vuelve el escenario de aranceles mucho más real para el viejo continente. En varias ocasiones, el presidente Trump se refirió a estas tasas como un “muro”, estableciendo una retórica proteccionista que usa los aranceles como látigo. “No pueden venir y robarnos nuestro dinero, nuestros trabajos y tomar nuestras fábricas y nuestros negocios y esperar no ser castigados. Están siendo castigados con aranceles”, señalaba en otra intervención.

En esta situación, la Unión Europea trata de mantener un tono conciliador, mientras cada vez más voces hablan de guerra comercial y de aranceles recíprocos. Un debate que previsiblemente tendrá una conclusión el 1 de abril, cuando la administración americana presente sus informes sobre el tratamiento que cada país está dando a sus productos.

En medio de esta agitación global, los productores españoles de aceite solo pueden mantenerse atentos a las noticias. "Antes de nada, necesitamos conocer el detalle y el alcance de la imposición de aranceles para poder hacer una valoración", señala Rafael Pico. Por el momento, dice, comparten la estrategia de la unión europea de negociar y tender puentes, pero advierten de la necesidad de estar preparados: "llegado el caso, deberían tener preparada una lista de contramedidas y de ayudas a los sectores más afectados", concluye.

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