Cristina Hernández: "Nos tiene que importar la violencia sexual al margen de a quién vote el agresor"

La directora del Instituto de las Mujeres, Cristina Hernández.

Cristina Hernández (Salamanca, 1979) llega al sábado con serenidad: parece haber superado la prueba de fuego, su primer 8M desde que el pasado julio atravesara las puertas del Instituto de las Mujeres. Llegó en un momento de crisis en el corazón de la institución, con una salida abrupta de la anterior dirección y con la mirada patriarcal cuestionando la mera existencia del organismo. Con el paso de los meses, las tareas desarrolladas han demostrado sobradamente que el Instituto es parte fundamental de las políticas de igualdad. Con ella al frente, el centro ha impulsado proyectos para recuperar la memoria de las mujeres, ha cifrado la brecha salarial en el mundo del fútbol y ha puesto contra las cuerdas a gigantes como las agencias de vientres de alquiler. Los retos son muchos, especialmente en un momento de escalada negacionista, pero si Hernández confía en algo, es en el potencial transformador del único movimiento capaz de sacudir los cimientos del sistema.

A finales de enero, el Instituto de las Mujeres remitió un informe jurídico a la Abogacía del Estado con el objetivo de estudiar acciones legales contra la agencias de vientres de alquiler. ¿En qué fase está?

Cuando hablamos de vientres de alquiler es importante decir de lo que estamos hablando: de violencia, así lo dice la norma española. El feminismo además está de enhorabuena porque ningún partido en el Parlamento defiende ya esta práctica y eso es un debate que ha ganado el feminismo. El Instituto tiene competencias para perseguir la publicidad ilícita y sexista, así lo hicimos con las agencias. Ahora hemos remitido un informe a Abogacía, que en estos momentos está preparando la demanda contra estas empresas 

¿Qué ocurre con la instrucción que permite la inscripción de bebés nacidos en el extranjero mediante esta técnica? ¿Es el momento de derogarla? infoLibre ha contado que esa es la intención del Gobierno.

Es una cuestión que preocupa al Gobierno. El Ministerio de Igualdad está estudiando todo lo que se puede hacer, pero realmente creemos que al ser una práctica que tiene que ver con el ámbito internacional, la respuesta también tiene que estar en ese ámbito. En estos momentos se está revisando la directiva de trata para introducir los vientres de alquiler como una forma de explotación sexual. Creemos que esa es una forma que puede ser mucho más estratégica para frenar esta práctica.

Su departamento ha puesto en marcha el proyecto Amiga date cuenta que recupera historias de represión y resistencia protagonizadas por mujeres. ¿Cuáles son las consecuencias de tanta desmemoria en lo que respecta a la historia de las mujeres?

En este tema las mujeres hemos sido olvidadas. Para el Instituto es prioritario recuperar esas historias. Con la nueva Ley de memoria democrática se reconocen las situaciones específicas que vivieron las mujeres durante el exilio, la guerra y toda la represión que sufrieron. Amiga date cuenta es un proyecto precioso que recupera y nombra los lugares donde las mujeres sufrieron violencia o fueron reprimidas, pero también donde las mujeres resistieron. Es un proyecto que debe ir acompañado de otras muchas acciones que vamos a impulsar este año. Por ejemplo, un gran homenaje al Movimiento Democrático de Mujeres, una historia olvidada en nuestro país. Un movimiento feminista organizado clandestino que luchó por la democracia, muy vinculado al Partido Comunista y con células en casi todas las provincias. Es espectacular que sólo muy pocas mujeres, incluso las que nos hemos interesado por el feminismo, conozcamos algunas cuestiones. En memoria democrática está todo por hacer.

Hay mucho por hacer y hay que hacerlo de manera organizada, pero creo que el gran papel está en los hombres

Hay una ola reaccionaria que tenemos bien cerca, ya no sólo en las calles, sino en las instituciones y hasta en las aulas. El negacionismo y la extrema derecha ya no dan miedo, ¿cómo puede el feminismo combatirlo?

El feminismo es el primer objetivo de la ola reaccionaria. Muchas cuestiones que estamos viendo las vivimos antes las mujeres. Nadie conocía a Vox, pero las feministas sí sabíamos de los grupos organizados contra la Ley integral contra violencia de género. Eso fue el germen. La extrema derecha se está organizando en torno a dos ejes fundamentales: uno tiene que ver con las cuestiones climáticas, porque hablar de cambio climático y medio ambiente pasa necesariamente por un nuevo modelo económico. Y otro, contra el feminismo porque nuestra propuesta es cambiarlo todo. Pero sobre todo, vamos a empezar por cambiar de manos el poder. Esa es la gran reacción que estamos viviendo. En España y en el mundo hemos experimentado cinco o diez años intensos de avances y estamos pagando la cuenta. No se ceden privilegios a cambio de nada, no se ganan derechos a cambio de nada. Hay mucho por hacer y hay que hacerlo de manera organizada, pero creo que el gran papel está en los hombres. Una sociedad no cambia si sólo cambiamos las mujeres. Por eso la reacción ultra tiene género: es masculina, machista y misógina. Les corresponde ahora mismo a los hombres progresistas también dar un paso al frente y hablar de cómo ser un hombre feminista.

Una forma de que la política sea segura es llenarla de más mujeres y de más feministas

Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero… pertenecían a partidos que hacen bandera del feminismo. ¿Qué mensaje lanza esto? ¿Qué reflexión deben hacer los partidos?

Primero hay que diferenciar a quién le interesa únicamente la violencia sexual cuando se trata de derribar al adversario y quiénes somos los partidos políticos que siempre hablamos de violencia sexual, independientemente de quién sea el agresor. El cinismo de la derecha y la ultraderecha hablando de violencia sexual o de prostitución solo cuando atañe a partidos de izquierda es vergonzosa y hace daño a la causa feminista. El machismo está en todos los lugares. Las mujeres llevamos años diciéndolo: el machismo es estructural, no entiende de clases ni de razas. Está en los partidos, en los sindicatos, en las redacciones y en las instituciones. Además, es muchísimo más difícil denunciar violencia sexual cuando estamos hablando de hombres con poder y eso tenemos que tenerlo en cuenta. Lo que cambia y lo que transforma los espacios es cuántas feministas hay en ellos. Los lugares seguros están donde hay feministas y una forma de que la política sea segura es llenarla de más mujeres y de más feministas. Pero sobre todo, nos tiene que importar la violencia sexual independientemente de a quién vote su agresor.

Es muchísimo más difícil denunciar violencia sexual cuando estamos hablando de hombres con poder

El beso de Luis Rubiales es una agresión sexual. Y sin embargo, sigue habiendo quien nos llama exageradas. ¿Qué lecciones deja este caso?

El caso de Jenni Hermoso a mí me deja un sabor agridulce, en el sentido del sufrimiento por el que ha tenido que atravesar esa mujer y porque le robaran un día tan especial. Tiene que ser muy duro estar en la cima y que te lo roben de esa manera. Pero por otro lado creo que todos los aprendizajes son positivos. Para mí el primero es que los agresores sexuales nunca más van a volver a contar con la comodidad de nuestro silencio. Podrán intentar combatir el feminismo con insultos, con memes, pero la fuerza del feminismo es abrumadora. No creo que haya ahora mismo ningún movimiento social con mayor capacidad de influencia y de transformación. Lo que ha pasado con una persona tan poderosa como Luis Rubiales es un éxito del feminismo.

En este caso fueron clave las redes sociales. ¿Son las redes un espacio seguro para las víctimas, o un arma de doble filo?

Las redes sociales y el feminismo nos hemos llevado muy bien. De hecho estamos donde estamos por las redes sociales, porque el feminismo es un movimiento horizontal, colectivo y de masa que no admite liderazgos, y las redes sociales también son, o eran, así. La gente que ha nacido después del año 2000 no entiende su vida sin internet y sin las redes sociales, por lo tanto cuando hablamos de crear espacios en libertad y en seguridad también hay que tener en cuenta en las redes sociales. Uno de los problemas a los que debemos atender son las estrategias de silenciamiento de las feministas. Aún así, creo que las redes siguen siendo una herramienta de transformación o tienen que serlo.

¿Y son el espacio para denunciar? ¿O dónde tienen que denunciar las víctimas?

Las víctimas pueden hacer exactamente lo que quieran: lo que necesiten y lo que sientan. Otra cosa es lo que tenemos que hacer las instituciones. Muchas víctimas no quieren iniciar procesos judiciales, sino simplemente que se sepa que eso sucedió. En las redes estamos haciendo un relato colectivo y narrativo de cómo es la violencia que sufrimos. No todo el machismo es delito y no todas las víctimas tienen que buscar una persecución. Estamos viendo casos dolorosísimos de mujeres que cuentan la violencia sexual que sufrieron hace años, y que no se denuncie en una comisaría no invalida ese testimonio. No hay que elegir. Las instituciones estamos obligadas a facilitar las otras vías, que las mujeres puedan denunciar, que estén en los centros de crisis abiertos, que tengan a psicólogas y a personal técnico. Nosotras tenemos que garantizar eso. Pero contar lo que nos pasa es la mejor estrategia que hemos tenido las feministas. De hecho, es la única que tenemos.

Se habla habitualmente del consenso en torno a la aprobación de la Ley contra la violencia de género en 2004, pero también fue la ley más recurrida y muchos de esos recursos vinieron de los jueces. ¿Es la justicia un terreno hostil para las mujeres?

Donde no hubo oposición fue en el Parlamento. También hay algunas columnas publicadas sobre esta ley, quien quiera tirar de hemeroteca puede hacerlo. La justicia es resultado de un sistema democrático y la democracia se construyó sin las mujeres. Somos democracias que se levantaron sobre tres ideas: igualdad, libertad y fraternidad… ¿De quién? De ellos. Sin nosotras. La democracia se ha construido sin las mujeres y la justicia también. Cada derecho que tenemos nosotras es fruto de modificaciones legislativas. No voy a hablar de todas las personas que están en el sistema judicial, tenemos ejemplos que nos están ayudando a avanzar, pero hay una clara resistencia y algunos datos, sólo hay que ver el porcentaje de jueces adscritos a asociaciones conservadoras.

"Chicas latinas. Dos amiguitas. Chica curvy paraguaya. Oferta dos horas: cien euros". Son panfletos que se puede encontrar cualquiera paseando por la calle de algún barrio de Madrid. Estos, en concreto, al lado de un instituto. ¿Qué medidas plantea para frenar esta propaganda de la prostitución?

Aquí se pueden hacer muchas cosas. Recuerdo la iniciativa que se votó en contra y que impulsó el Grupo municipal socialista del Ayuntamiento de Madrid con Purificación Causapié a la cabeza, sobre una ordenanza para prohibir esta publicidad. La prostitución necesita un marco muy amplio. Aquí detrás hay un delito y detrás de esto seguro que hay una mujer sufriendo. Pero el pequeño espacio que tiene el Instituto de las Mujeres es decir que esto también es sexista. Estamos preparando un estudio, para remitir también a Abogacía del Estado, sobre publicidad sexista que publicita prostitución y burdeles.

La prostitución es un fallo democrático. Si las mujeres son libres, las mujeres no se deberían poder comprar por cinco o por diez minutos

Yo soy una abolicionista de la prostitución absolutamente convencida. Es una indignidad pagar por sexo, pagar por el uso y abuso de los genitales de una mujer. Hay muchísimo por hacer y hay que trabajar en explicar que los cuerpos de las mujeres ni se compran, ni se alquilan, ni se usan, ni somos objetos para otros. Pero necesitamos una transformación brutal.

¿Y qué pasos hay que dar hacia la abolición de la prostitución?

Creo que es la gran deuda de la Ley de libertad sexual, pero cada vez que se ha llevado esto al Parlamento parece que sólo se habla de punitivismo. Yo sólo escucho esta palabra cuando hablamos del cuerpo y de la libertad de las mujeres. Tengo la sensación de que el punitivismo es algo negativo únicamente cuando se trata de proteger la libertad, la integridad física y la salud de las mujeres. Si decimos que si no hay deseo es una agresión sexual y que tiene que haber consentimiento, en la prostitución hay cualquier cosa menos deseo, porque el deseo no se puede comprar. Tenemos que seguir trabajando para presentar una ley abolicionista que la ministra ya ha anunciado. Necesitamos una norma integral que englobe muchas cuestiones: cómo atender a las víctimas, proyectos laborales… Pero es que el Congreso no tuvo a bien ni siquiera iniciar los trámites para perseguir el proxenetismo. A mí esto me parece duro. La aritmética parlamentaria para aprobarlo es complicada, pero es importante que sigamos trabajando en ese sentido. Las mujeres del PSOE entendemos la prostitución como un fallo democrático. Si las mujeres son libres, las mujeres no se deberían poder comprar por cinco o por diez minutos.

En el marco del caso Koldo, se ha hablado de “señoritas”, “amigas”, “sugar daddy”... ¿Cree que se está frivolizando o banalizando el consumo de prostitución con este caso? 

El consumo de prostitución está romantizado desde hace muchísimo tiempo. El patriarcado es muy inteligente y da palabras nuevas a cuestiones que son prostitución. Estoy muy orgullosa de que recientemente el PSOE aprobara que, igual que ningún maltratador puede estar en nuestro partido, ningún putero puede hacerlo. Por otro lado, en relación a todas esas formas nuevas y modernas que adopta la prostitución, creo que a las mujeres hay que explicarles que no necesitan un sugar daddy y que no necesitan Onlyfans. Lo que necesitan es vivienda digna, becas y no a un señor mayor, a los que antes llamábamos viejos verdes, que lo único que intenta alimentar es, en el mejor de sus casos, su flácido ego. No olvidemos que en la prostitución confluyen el capitalismo y la misoginia.

¿Cuáles son las consecuencias para las mujeres de que más del 80% de las interrupciones del embarazo se lleven a cabo en centros privados y no en la sanidad pública?

Es una cuestión que está abordando el Ministerio de Sanidad. Se está haciendo un registro de objetores y se están intentando buscar soluciones. Lo que también nos debe preocupar es el acoso que se está produciendo a las puertas de las clínicas. Esa reacción es fuerte. 

Porque se sigue produciendo ese acoso a pesar de que se aprobó una ley para perseguirlo.

Sí, tenemos quejas de que se sigue produciendo. La reacción ultra tiene mucho dinero: vemos cómo buscan fórmulas para esquivar la norma, por ejemplo alquilando espacios enfrente de las clínicas simplemente para poner publicidad de lo que ellos llaman provida, pero yo llamo antielección.

Lo que tenemos delante es más grande que cualquier diferencia que pueda haber entre nosotras

¿Está el feminismo dividido? ¿Se ha naturalizado esa división? ¿Es, de hecho, natural esta división? ¿No puede ser contraproducente en un momento de retrocesos?

El movimiento feminista quiere recuperar este 8M al 52% que piensa que la igualdad ha ido muy lejos

El movimiento feminista quiere recuperar este 8M al 52% que piensa que la igualdad ha ido muy lejos

El feminismo no es una hinchada de fútbol. Es un movimiento, una teoría, una idea política y en el feminismo las mujeres pensamos, dudamos, aprendemos, incluso cambiamos de posiciones. Quienes hablen del feminismo como un bloque único creo que se equivocan o han estado muy poco tiempo en los debates. Para mí el feminismo es un diálogo, primero conmigo misma todo el rato a través de los libros o de otras compañeras y en alianza. Hay mucha intencionalidad en restarnos fuerza al decir que el feminismo está dividido. Ahora bien, ha llegado el momento de dejar de mirarnos el ombligo y poner tanto empeño en matizar el matiz de la compañera, mirar continuamente de reojo a otras, cuando lo que tenemos delante, esta reacción ultra, nos viene a comer por las patas. Ha llegado el momento de tener una mirada estratégica, amplia, larga. Y eso implica generosidad. Lo que tenemos delante es muchísimo más grande que cualquier diferencia que podamos tener entre nosotras.

Esta fractura se ve en que llevamos varios años con dos manifestaciones en algunos territorios. ¿A cuál va a ir el 8M?

A mí es muy fácil encontrarme en una manifestación porque siempre estoy detrás de la pancarta del PSOE. Iré a la que está convocada por la mañana.

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