Henar Álvarez, premio infoLibre a la Igualdad: "El feminismo está presente en todo lo que hago"
Insiste en que si hoy puede celebrar victorias desde la televisión, es porque primero se ha dejado la piel en los teatros. A Henar Álvarez (Madrid, 1984) nada le ha venido dado, pero es consciente de que sus éxitos son casi una anomalía: la ausencia de mujeres en el mundo del entretenimiento se entreteje como una de las grandes injusticias de un sector masculinizado que no deja espacio para ellas. La cómica, guionista y presentadora del programa Al cielo con ella no tiene reparos en denunciarlo y en señalar las costuras de la industria. Porque si algo marca sus pasos, ese algo es el feminismo. Y su compromiso no sólo es parte de su discurso, sino que es extensivo a su trabajo. La habilidad de conjugar el humor con la crítica social y de introducir en la escaleta asuntos de calado le llevan a recoger, este jueves, el premio infoLibre a la Igualdad.
'Al cielo con ella' ha sido lo más visto de La 2 este domingo. ¿Está superando las expectativas?
Estamos cumpliendo con nuestras expectativas, porque nosotras queremos que nos vea mucha gente y queremos hacer un programa que llegue al mayor número de personas posible, les entretengamos, se rían y pasen el domingo con nosotras. Trabajamos mucho para que eso suceda. Estamos muy contentas de lo que está pasando y ojalá que vaya cada vez a más.
Silvia Intxaurrondo, David Broncano y Henar Álvarez. Hay quien dice que la televisión pública se está llenando de 'progres' y 'feminazis'. ¿Cómo encaja estas críticas?
Si te digo la verdad, yo paso bastante de esas críticas porque si no, me despisto y tengo muchísimo trabajo. Si me enroco ahí, la verdad es que entonces pierdo mucho tiempo y no estoy a lo que estoy. Cuando me quité Twitter, hace bastantes años, dejé de ver todas esas críticas. En Instagram estoy genial. Es una herramienta de marketing del programa, porque casi todo lo que publico tiene que ver con los monólogos, la promoción y me sirve para estar en contacto con el público al que realmente le interesa nuestro trabajo. Lo demás, es ruido.
Twitter se acabó convirtiendo en un pozo de odio tan tremendo que la gente se ha ido marchando y ahora quedan cuatro pirañas en una charca
La violencia digital es de las más extensas y reportadas por parte de las mujeres. ¿La ha desterrado definitivamente de su vida?
En Instagram yo no he recibido más violencia. Cuando me fui de Twitter había muchos debates sobre si era positivo irse, o estábamos cediendo el espacio. Hubo un tiempo en el que yo comulgaba con esta idea y me generaba conflicto. Pero con el tiempo me he dado cuenta de que no es así, aquello se acabó convirtiendo en un pozo de odio tan tremendo que la gente se ha ido marchando y ahora quedan cuatro pirañas en una charca. Al final quedarte casi es como legitimar a toda esa gente que está ahí. Conquistar un espacio… es que no somos Alejandro Magno, ¿sabes? No tienes que estar en un sitio pasándolo mal, donde lo único que hay es polarización y dolor.
¿Cree que las mujeres están siendo capaces de construir espacios sanos en redes sociales? Instagram quizá es mucho menos hostil, pero también alberga otras formas de violencia como la presión estética.
La presión estética hacia las mujeres es algo que está en cualquier espacio y en cualquier situación. Esta misma semana me decía Maruja Torres que a las viejas no se les ve. Siéntate con una vieja en un bar y verás lo que sucede. Eso tiene que ver con la presión estética, con la dictadura de la juventud y de la belleza. No creo que sea algo específico de redes sociales.
¿Le preocupa la 'machosfera'? Muchos jóvenes hablan con cierta nostalgia de los años de dictadura. ¿Percibe que se extiende entre los chavales jóvenes?
Me preocupa. Es algo que ha salido en las encuestas, dicen que un 21% de la población considera que aquellos fueron muy buenos años y un cuarto de los jóvenes también lo piensan. Evidentemente, algo está pasando y claro que me preocupa. Yo no lo he vivido, pero he estudiado, tengo familia que sí lo ha vivido y yo creo que la gente cuando dice eso no sabe de lo que está hablando: una falta de libertades absoluta, no podías dar tu opinión, no te podías manifestar, no podías hacer muchísimas cosas que ahora hacemos y no podemos permitirnos perderlo. No sé cómo hemos llegado a esto.
Algunas voces creen que el feminismo debería haber incluido a los hombres en su discurso. ¿Coincide?
Pero, ¿por qué hay que incluir a los hombres en el discurso del feminismo? ¿Hay otros movimientos sociales en los que se incluyan a las otras partes? No sé ni siquiera cómo se puede plantear. Es decir, que si no eres el protagonista de un movimiento del que no eres sujeto político, también te enfadas y la culpa es nuestra. Hay que centrar el tiro. A mí en Instagram muchísimas veces me mandan discursos de gente que está claramente llamando la atención para conseguir viralizarse y me piden que conteste. Esta persona tiene dos seguidores y tres likes. Cuando me lo mandas le estás diciendo al algoritmo que es interesante. Pero es que además si yo lo subo para confrontarlo, le estoy dando altavoz. Hay gente que ya tiene un altavoz muy potente, no estoy hablando de eso, eso sería otra cosa diferente. Hay mucha gente por ahí con muchísimos seguidores y fuerza en redes.
¿Y a esa gente que sí tiene fuerza, cómo se le confronta?
No lo sé, es que yo soy cómica. Tendrías que preguntarle a quien se dedique exclusivamente a ello.
Precisamente ser cómica y al mismo tiempo tener un discurso decididamente feminista, ¿le impone una presión extra relacionada con las expectativas de la gente?
No, la verdad es que el contenido que he hecho siempre ha sido el mismo. Yo soy una persona feminista, el feminismo es mi ideología principal y está presente en todas las cosas que hago. Tengo un montón de contradicciones y dudas como cualquiera, pero el feminismo está muy presente en todo lo que hago. Para mí no supone ninguna presión añadida.
Sería hipócrita decir que el feminismo me ha penalizado, pero tampoco me ha beneficiado
¿Y le ha penalizado alguna vez?
No, para nada. Sería hipócrita decir que me ha penalizado. Es como cuando salen los señores a quejarse de que no se puede decir nada con veinte libros publicados, un programa en la televisión y tres columnas. Yo he trabajado mucho para llegar hasta el programa, eso sí lo puedo decir. No creo que me haya penalizado, ni que me haya beneficiado. El hecho de que yo ahora tenga el programa tiene que ver con que llevo haciendo giras y teatros muchísimos años, como cualquier trabajador, como cualquier otro cómico o cómica de este país. He ido cosechando un público que me ha acompañado, que le gusta el trabajo que hago y he podido crecer.
¿Siente que las mujeres de éxito tienen que justificar sus méritos de forma mucho más sostenida? ¿Es su caso?
Yo no he sentido eso, pero creo que es porque llegué en un muy buen momento. Justo apareció Estirando el chicle, que fue una revolución absoluta y digamos que los medios de comunicación empezaron a tener más en cuenta y a ser conscientes de la falta de mujeres en la comedia y en el entretenimiento. Yo empecé a ser colaboradora del programa y gracias a esa gran brecha que abrieron mis compañeras pasaron muchas cosas. Ahora, lo que es evidente es que hay una falta de mujeres en el mundo del entretenimiento.
¿Por qué esa falta de mujeres? ¿Son menos visibles o es el entretenimiento un mundo hostil para ellas?
Eso habría que preguntárselo a la gente que decide qué programa se pone en televisión. La primera persona que presentó un late night en televisión en España fue Eva Hache y hasta 17 años después no ha habido otra.
La ausencia de mujeres en el mundo del entretenimiento tiene que ver con las decisiones que se toman y con la falta de oportunidades
¿Pero tiene que ver con las decisiones que se toman o es que no hay propuestas?
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Tiene que ver con muchas cosas. Con las decisiones que se toman y con la falta de oportunidades. Es verdad que mucha gente piensa que poniendo a una mujer en la tele, va a tener audiencia. Y eso no es verdad. Para llegar y tener audiencia tienen que haberte ido dando oportunidades primero y haberte ido dejando crecer. Ver el talento y darle oportunidades, como en cualquier disciplina, para ir creciendo, ir formándose y generar una masa de público que te vaya acompañando para tener una red. Si no, es la crónica de una muerte anunciada. Es evidente que hay muchos fallos en el sistema que impiden que una mujer llegue a lo alto y tienen que ver con las decisiones y con la falta de oportunidades.
¿Hace falta un MeToo en el mundo del entretenimiento, especialmente en la comedia?
No creo que sea una cuestión de sectores. Es necesario un cambio social. Esta misma semana hemos visto cómo un señor le tocaba el pecho a una activista de Femen con las cámaras delante. Tiene que haber un cambio profundo en la sociedad y que no nos vean como un trozo de carne. Que un señor se atreva a eso te está diciendo cómo te ve la sociedad. Lo vimos también con la presidenta de México. Claro que hace falta una revolución general y un cambio para que nos vean como a seres humanos.