FEMINISMO Y POLÍTICA
Más mujeres al frente y firmes contra la corrupción: cómo atar el voto femenino tras la crisis del PSOE
Cuando los discursos de extrema derecha comenzaron a calar en la opinión pública, las mujeres fueron señaladas rápidamente como dique de contención. La teoría se confirmó en las urnas: el partido de Santiago Abascal no era capaz de seducir al electorado femenino, la amenaza ultra se había topado de frente con un muro. Ellas, se quedaban en la izquierda. Pero la panorámica puede cambiar radicalmente. La crisis en el Partido Socialista, derivada del caso Cerdán, ha pasado factura, principalmente entre las mujeres.
El CIS de julio muestra una caída más pronunciada del voto socialista en el electorado femenino, a raíz de los últimos casos que han estallado dentro del partido. La fuga enciende todas las alarmas en una formación que históricamente ha podido presumir de retener a las mujeres como uno de sus principales activos electorales.
¿Seducidas por la derecha?
La politóloga Ana Salazar cree importante echar un vistazo a los datos. El CIS poselectoral del 23J mostraba, en términos de recuerdo de voto, a un un 27,7% de mujeres que habían apostado por el PSOE. El barómetro del pasado mes de junio no presentaba grandes alteraciones, con un 26,2% de las encuestadas eligiendo a los socialistas ante unas eventuales elecciones. Pero la situación da un giro tras la crisis en el seno del partido: en julio, el apoyo de las mujeres a la formación cae hasta el 19,4%.
En el extremo opuesto, llega la gran sorpresa: sólo un 4,4% de las mujeres, según su recuerdo de voto, apoyaba a Vox en el 23J; pero el porcentaje se eleva al 6,8% con el barómetro del pasado junio y se dispara hasta el 10,4% este julio. La pregunta es obligada: ¿han dejado las electoras de ser un dique de contención ante la extrema derecha?
"Aunque el voto de las mujeres subiría, la ultraderecha estaría capitalizando principalmente el voto de los hombres", asiente Salazar. Y de hecho, añade, la transferencia de voto del PSOE a Vox, sin discriminar por género, es sólo del 1,9% según el CIS. "El voto de izquierda no se va a ir a Vox", sentencia. Es el PP, añade, quien de hecho puede nutrirles: el mismo barómetro indica que el 13,7% del electorado conservador se entregaría a los brazos de la formación ultra, así que "el trasvase viene de ahí".
Coincide con ella Cristina Monge, politóloga. "No hay un trasvase de votos a la derecha, lo que hay es una desmovilización importante del electorado de la izquierda", analiza al otro lado del teléfono. Además, agrega, el voto femenino tiende a "castigar con dureza estos temas, siempre lo ha hecho", pero a la hora de la verdad, "¿votarían antes a un PSOE salpicado por estos escándalos o a un PP que va a gobernar con Vox, un partido que niega la violencia machista?", se pregunta.
La disputa de la izquierda por el voto femenino
La opinión de Inma Aguilar, consultora política y electoral, parte de las dudas en torno a plantear el electorado femenino como un sujeto uniforme: "Las mujeres no votan todas lo mismo y además no hablamos del voto masculino", lo que deja en evidencia cierto sesgo en el análisis. No obstante, la experta sí entiende que existen determinados asuntos, esencialmente ligados a la agenda feminista, que pueden interpelar a las mujeres y movilizarlas electoralmente.
En ese punto, cree que los socialistas están perdiendo la "referencialidad del feminismo institucional", un sello que sí poseían hasta hace bien poco. "Hoy ese capital simbólico está totalmente erosionado, sobre todo con la disputa con Sumar y Podemos por la bandera feminista". Pero además, añade, existe la "percepción de que el PSOE ha sido poco contundente en debates muy claves, como el de la prostitución. Y existe además una ausencia de liderazgo femenino con perfil fuerte".
En el caso específico de las mujeres jóvenes, sostiene Aguilar, se produce además una "desconexión cultural y generacional con el PSOE", especialmente debido a las "nuevas formas de ver el feminismo que no tienen que ver con el lenguaje clásico". Ahí, opina la experta, el voto femenino se vería más atraído por opciones como Sumar o Podemos, con una "narrativa más moderna en cuanto a los derechos de las mujeres y con líderes femeninas visibles".
Para Salazar, si bien es cierto que "puede haber un riesgo de fuga pequeño", es preciso tener en cuenta que el último barómetro del CIS muestra un trasvase del voto socialista a Sumar de sólo un 3,7%. Además, opina, "si se vuelve a activar el resorte emocional del 23J, también cabría esperar que haya un voto más estratégico: votar al partido grande porque con el pequeño no es suficiente".
Las indecisas
Pero el castigo de las mujeres socialistas en las urnas tiene otra lectura en la que se detienen todas las voces pulsadas. La propia encuesta del CIS de julio aporta un dato clave: un 20,8% de las mujeres entrevistadas admiten que todavía no han decidido su voto. Y ahí, en la indecisión, es donde la izquierda puede sembrar.
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El PSOE necesita enfatizar en "la empatía y en la mano dura no sólo con la corrupción", opina Salazar, sino también "con el machismo". A día de hoy "no lo está consiguiendo" y la sensación que predomina entre las electoras de izquierda es "el enfado". "Es lógico y normal, pero también saben que ese enfado se irá disipando. Hay un deseo de no forzar convocatoria electoral, porque hoy no van a ser capaces de votar al PSOE, pero la tendencia se irá revirtiendo. Ahí entra en juego la estrategia del PSOE: cómo conseguir que superen esa sensación de cabreo y desencanto".
Para Monge, los de Pedro Sánchez tienen trabajo por hacer en ese sentido. "Tienen una hoja de ruta que seguir con varios temas muy claros: compromiso contra la corrupción, también siendo tajantes ante cualquier sombra de duda, recuperar el marco de las mujeres y reforzar las políticas de igualdad", expone. "Ahí tienen mucho que hacer y van a tener que ponerse las pilas". Incide igualmente en que el voto femenino a día de hoy "está en la abstención", pero cree importante tener en cuenta que "no tenemos activado el marco electoral: de aquí a que se convoquen elecciones, pueden ir pasando cosas", desliza.
También Aguilar cree que existe "una bolsa enorme de gente cuyo voto puede cambiar unas elecciones de arriba a abajo" porque cada vez "hay más indecisos", especialmente cuando "no hay perspectiva de comicios" próximamente. Son, denomina la politóloga, "los huérfanos de la política: aquellos que no tienen claro a quién votar". El porcentaje de mujeres indecisas es siete puntos superior al de los hombres. Así que los datos parecen indicar que son ellas, femenino plural, las huérfanas de la política. Retenerlas en la izquierda dependerá en gran medida de "la estrategia de campaña y de lo que se hable" en la carrera hacia las urnas, zanjan las expertas.